El estrés por calor ocurre cuando la temperatura central de un ave es más alta que su zona termoneutral. Cuando las condiciones significan que se excede la «temperatura crítica superior», las aves deben perder calor activamente jadeando.
Jadear es una respuesta normal al calor, pero a medida que aumentan las temperaturas, se aumenta la tasa de jadeo.
Si la producción de calor supera la «pérdida máxima de calor», ya sea en intensidad (estrés por calor agudo) o durante períodos prolongados (estrés por calor crónico), las aves no pueden controlar la temperatura corporal hasta morir por el calor (Departamento de Medio Ambiente, Alimentos y Asuntos Rurales, 2005).
Este desequilibrio energético entre la temperatura corporal del ave y su entorno puede ser causado por múltiples factores, como la temperatura ambiente, la humedad, la alta densidad de población, el equipo de ventilación, la tasa de metabolismo y la irradiación térmica.
Por lo tanto, el estrés por calor condujo a pérdidas económicas anuales de $128 a $165 millones en la industria avícola en los EE. UU. (St-Pierre, 2003)
Al proporcionar una ventilación adecuada y mejorada y usar almohadillas de enfriamiento, los ventiladores pueden ayudar a aliviar el estrés por calor en el entorno de alojamiento de las aves, incluida la reducción de la densidad de población.
En general, existen muchas estrategias nutricionales efectivas que se pueden usar para disminuir los efectos del estrés por calor en las aves, como la densidad de nutrientes, las vitaminas y los minerales traza.
GABA-Green Technology®
Por lo tanto, GABA-Green Technology® (Tecnología biológica por fermentación microbiana) desarrollada por CP BIO, que es un gránulo con buena fluidez, sin aglomeración cuando se mezcla con los ingredientes del alimento y termoestabilidad.
Esto permite que las aves mantengan la producción y la calidad de la carne y los huevos.
GABA, nombre completo; El ácido ƴ-aminobutírico, de estructura similar a C4H9NO2, es un aminoácido no proteico que actúa como neurotransmisor inhibidor primario en el sistema nervioso central de los animales.
GABA moduló la hormona tiroidea T3, que desempeñó un papel crucial en la termogénesis de las aves a través de la termorregulación al controlar la producción de calor metabólico para mantener la temperatura corporal normal, mejorar el apetito y la utilización eficiente de los nutrientes en el rendimiento del crecimiento (Tamijani et al., 2015).
GABA también fue un antioxidante que ayudó a disminuir el peróxido de hidrógeno libre (H2O2), aumentó las enzimas superóxido dismutasa (SOD) y las propiedades inmunoestimulantes para retardar la degeneración celular, redujo el estrés oxidativo y la inflamación (Tang et al., 2018).
En ponedoras, GABA alivió el estrés por calor, regula el apetito y mejora la utilización de nutrientes. Además, indujo la actividad de enzimas antioxidantes y el equilibrio electrolítico para mejorar la producción de huevos, FCR y FCG (Park et al., 2015; Zhu et al., 2015; Xia et al., 2012).
Finalmente, la aplicación de suplementos dietéticos de GABA en granjas avícolas disminuye el daño causado por el estrés, promueve el rendimiento del crecimiento, la producción de huevos y la rentabilidad económica sin antibióticos.