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Avícola Larrabe apuesta nuevamente por el sistema Bolegg Gallery

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En Vizcaya encontramos la granja de la familia Larrabe con más de 60 años de experiencia en el sector avícola.

Actualmente, gestiona la granja la segunda generación de granjeros de la familia, siendo 4 socios actualmente.

Con un total de 7 naves, con distintas capacidades que oscilan entre las 40.000 y las 50.000 por nave, suman un total de unas 260.000 gallinas.

La última nave destaca por sus dimensiones de 80 metros de largo por unos 15 metros de ancho, tamaño similar a las otras naves, aunque todas tienen medidas distintas.

En 2016 aprovecharon la creciente tendencia hacia los sistemas libres de jaula para reconvertir sus sistemas de alojamiento para empezar a eliminar gradualmente las jaulas de sus naves.

El funcionamiento de los sistemas les gustó y los resultados fueron mejores de lo esperado, por lo que decidieron seguir con la reconversión de sus naves durante los años siguientes hasta el día de hoy, en el que la mayoría de sus naves ya son libres de jaula.

Conscientes de su falta de experiencia previa en sistemas de aviario, confiaron en Vencomatic sabiendo que la empresa ya tenía una amplia experiencia previa en la avicultura sin jaulas.

El sistema elegido para todas las naves libres de jaulas siempre ha sido el Bolegg Gallery de 3 pisos, gracias a los buenos resultados obtenidos con anterioridad.

Además, optaron por el Bolegg Gallery debido a las características y ventajas que presentaba.

De la misma manera, los suelos de malla de acero del Bolegg Gallery cuentan con una ligera inclinación que permite que en caso de haber huevos fuera del nido puedan llegar rodando hasta el nidal y sean recogidos por las cintas.

En Avícola Larrabe tienen tan solo un 0,1% de huevos en el suelo, gracias a el buen diseño del sistema que recoge los huevos puestos en las plataformas y a una buena adaptación de las aves al tipo de sistema-

“Al principio, cuando entran las gallinas hay que tener mucho cuidado de acostarlas bien por las noches y estar muy encima de ellas hasta que se amoldan al sistema, pero bueno, al final los resultados han sido buenos, vamos, mejor de lo esperado” – Kepa Larrabe

Las pollitas entran al sistema cuando tienen unas 16 semanas de vida, lo que les permite adaptarse a su entorno, sobre todo cuando estas pollitas han sido criadas teniendo en cuenta las capacidades necesarias para moverse en un sistema de aviario libre de jaulas.

El sistema Bolegg Gallery ha sido diseñado con el objetivo de facilitar al máximo la labor del granjero.

El sistema se basa en un diseño con concepto de árbol que permite una inspección sencilla de los distintos niveles.

Las perchas colocadas estratégicamente a lo largo de todo el sistema permite que las gallinas se muevan libremente por los distintos niveles sin obstáculos.

El sistema cuenta con nidos en 2 niveles del aviario y de una cinta para la recogida de huevos en el tercer nivel.

Los nidos están capacitados para albergar gran cantidad de gallinas, así como para poder inspeccionarlos fácilmente gracias a que la pared trasera se puede levantar.

Además, se aseguran de que los nidos se mantengan limpios mediante el sistema de cierre automático durante las noches.

En cada uno de los 3 pisos del Bolegg Gallery se encuentran líneas de comedero y bebederos suficientes para que todas las aves puedan acceder fácilmente a comida y bebida en todo el sistema.

La extracción de residuos se lleva a cabo mediante cintas en los tres niveles que transfieren la gallinaza a la cinta transversal Hercules que se encarga de extraer los desechos fuera de la nave de forma fácil y segura sin necesidad de un foso.

“Como nosotros tenemos un sistema de compostaje en la granja y toda la gallinaza que se produce se composta, normalmente sacamos lo que es la gallinaza cada 2 días. Optamos por el sistema Hercules, antes teníamos las típicas cintas que van metidas en un foso y claro los fosos son un agujero negro, por mucho que intentes limpiarlo y demás es complicado y pues con la Hercules eso no sucede, vamos, de hecho, en naves que teníamos con foso optamos por tapar el foso y colocar el sistema de cinta Hercules”

La gestión de la gallinaza siempre ha sido una preocupación en Larrabe.

“Ya nuestro padre decía que había que hacer algo, no le convencía que tuviera que venir un camión todos los días a sacarla de la granja, y nosotros estábamos de acuerdo”. Había que buscar alguna manera de valorizarla.

Valoraron diferentes soluciones, pero ninguna les convencía del todo, hasta que apareció Smart Compo, con la tecnología de compostaje COMPO de origen japonés.

Larrabe buscaba una solución que no requiriese mucha mano de obra, que fuera sencilla de operar y con poco mantenimiento.

La tecnología COMPO cumplía con todos esos requerimientos y les gustó su formato compacto y cerrado.

Ésta les permitió valorizar el 50% de la gallinaza generada en la explotación, alrededor del 20% más de lo previsto inicialmente, así que estaban muy contentos.

“La máquina es muy sencilla de manejar, la carga y descarga no nos lleva más de hora y media al día y no tuvimos problemas para conseguir las autorizaciones pertinentes”.

Con la primera máquina participaron en un Proyecto En Cooperación de Economía Circular, colaborando con un Centro Tecnológico y una Cooperativa Agrícola, entre otros.

Actualmente, Avícola Larrabe cuenta con dos equipos y trata la totalidad del residuo generado: la gallinaza y los huevos rotos.

El producto obtenido del compostaje está inscrito como fertilizante orgánico NPK y su venta les permite obtener un ingreso extra para la granja.

“El que compra nuestro fertilizante, repite.”

De momento, han cumplido su objetivo y, aunque su prioridad sigue siendo la producción del huevo fresco, no descartan avanzar en la producción del fertilizante, ya sea dándole un formato de pellet o gránulo o enriqueciendo la fórmula.

El consejo que trasladan para cualquier granjero que esté pensando en eliminar las jaulas y dar el paso a sistemas de aviario es el siguiente:

“En aviario no es igual que en las jaulas. Al estar las gallinas ahí metidas no hay ningún problema, pero en aviario siempre hay cosillas. Por ese motivo, hay que optar siempre por un aviario que ya tenga cierto recorrido, vamos, que no sea un invento nuevo porque los inventos en las gallinas de suelo no suelen ser muy buenos, tiene que ser algo muy probado.”

 

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