El pasado año fue un ejercicio marcado por las dificultades y la incertidumbre para el sector avícola de Cataluña. Las empresas catalanas productoras de aves de corral y huevos tuvieron que enfrentarse a un gran número de externalidades como la volatilidad de los precios de la energía y el incremento generalizado de los costes de producción. Dicho incremento fue muy acusado en los precios de la alimentación animal debido a la escasez de cereal y otras materias primas para la elaboración de piensos, derivada de la guerra de Ucrania. A esta situación se añadió la dificultad de trasladar los incrementos en los costes a los eslabones siguientes de la cadena de suministro, en lo que también influyó la presión social sobre la subida de precios debido a la inflación generalizada.
El encarecimiento de los precios de los piensos es especialmente relevante para las empresas avícolas, puesto que la alimentación de las aves representa aproximadamente el 70% de los costes de la producción. Concretamente, los precios de los piensos para el engorde de pollo aumentaron una media del 31,2% en 2022 respecto a 2021 y acumulan una subida media del 61,5% en dos años. Los piensos para ponedoras se encarecieron un 27,3% respecto a 2021 y un 60,6% también de media respecto a 2020.
En este contexto, los esfuerzos de las empresas del sector durante el último año se centraron en el control de costes, el reajuste de la producción para adecuarla a la demanda y la negociación de los precios de venta, para poder mantener la actividad.
En el sector avícola de carne, las empresas que mantienen contratos con la distribución donde se establece el suministro de producto a precios cerrados, sufrieron muchas dificultades a la hora de trasladar el fuerte incremento en los costes de producción a los precios de venta. La revisión de las condiciones de estos contratos requirió mantener negociaciones muy dilatadas en el tiempo y los nuevos acuerdos tardaron en alcanzarse, por lo que las empresas pudieron salvar el año principalmente gracias al control interno de costes y también de los volúmenes de producción.
Para el sector del huevo también fue un año difícil, puesto que el incremento de los precios de venta no cubrió suficientemente el de los costes de los piensos, la energía y los precios de los envases, entre otros. Por otra parte, esta actividad vio afectada mundialmente por factores como la elevada incidencia de la influenza aviar altamente patógena, que supuso un descenso en la oferta mundial; por el cierre de granjas que no pudieron hacer frente al incremento de costes y por la migración progresiva que están haciendo los productores de huevos a escala global hacia sistemas de producción alternativos a la cría en jaulas, que conlleva necesariamente una disminución en el censo de ponedoras. Conjuntamente, estos factores generaron en el mercado mundial del huevo una descompensación entre la demanda y la oferta, que también se dejó notar en el mercado catalán.
Las temperaturas anormalmente elevadas del pasado verano, que se mantuvieron durante muchas semanas, influyeron en los niveles de crecimiento y producción en las granjas, que disminuyen en los períodos de altas temperaturas. En el caso del engorde de aves de corral, este factor contribuyó en parte a regular la producción, mientras que en el sector del huevo fue uno de los causantes de la reducción de la oferta y de la descompensación respecto a la demanda.
La previsión para 2023 es que se mantendrá la incertidumbre derivada de la situación geopolítica, que hace muy difícil prever la evolución en los costes de producción, así como la elevada incidencia de la influenza aviar tanto en Europa como a nivel internacional, que mantiene el nivel de riesgo alto y podría suponer una dificultad añadida para las granjas catalanas, en caso de producirse algún foco en la región. A estos elementos externos se añaden las negociaciones de los contratos de las integraciones, que es un modelo de organización mayoritario en el sector avícola de carne, haciendo prever un incremento adicional en los costes de producción.
En cuanto a las previsiones en el consumo, las diferencias respecto a los ejercicios pre-pandemia estarán determinadas por la recuperación del turismo, tanto de vacaciones como de congresos.
En su conjunto, para el presente ejercicio será clave la capacidad de las empresas para ajustar los costes de producción y gestionar con eficiencia la incertidumbre para mantener una respuesta adecuada a la demanda.
El sector en datos | Año 2021*
PRODUCCIÓN Y CONSUMO DE CARNE DE AVE
El sector avícola catalán cerró 2021 con una producción de 350,2 miles de toneladas de carne de aves de corral, de las cuales cerca del 77% era carne de pollo y el 18,5% de pavo. En peso, la producción se redujo un 1% respecto a 2020 pero creció un 5% en número de cabezas. Esta diferencia se explica por el descenso en la producción de pavo, de un 9% en 2021, mientras que creció la producción de codorniz, un ave con un peso mucho más bajo por su pequeño tamaño.
En relación al conjunto de la producción cárnica en Cataluña, las aves de corral representan la segunda posición con un 13,4% de la producción total, detrás del porcino (80,5%) y por delante del vacuno (5,1%).
La carne fresca de aves de corral es la más consumida en los hogares catalanes, un 41,4% del total, cuota que ha aumentado 0,6 puntos respecto a la de 2019. En segundo lugar se encuentra la carne de porcino (30%) y en tercero la de vacuno (14,5%). En Cataluña se consumen 14,2 kg de carne fresca de aves de corral por persona y año, de los cuales 12,3 kg son de pollo y 1,5 kg de pavo.
Cataluña es una de las comunidades líderes en producción de aves de corral de España. En número de cabezas es la primera productora del Estado, que genera en total 1.629,5 miles de toneladas al año.
PRODUCCIÓN Y CONSUMO DE HUEVOS
Cataluña tiene un censo total de 4 millones de gallinas ponedoras que en 2021 produjeron casi 97 millones de docenas de huevos, un 6,26% más que en 2020 y un 1,5% por encima de la producción de 2019. Un 3,8% de los huevos producidos en 2021 eran de gallinas camperas y un 3,1% de producción ecológica. Estos son los sistemas que más han crecido en los dos últimos años, concretamente un 6,16% los huevos camperos y un 19,35% los ecológicos.
El consumo de huevos de gallina en los hogares catalanes ha evolucionado de forma diferente. Tras crecer casi un 17% en 2020 a consecuencia del cambio de hábitos a causa de la pandemia, cayó un 13,9% en 2021. Sin embargo, se mantiene superior al consumo de 2019 en un 0,7%.
En 2021 en los hogares de Cataluña se consumieron 82,9 docenas de huevos de gallina, una media de 141,5 huevos por persona, con un gasto de 23 euros por cápita.
Cataluña es la quinta productora de huevos del Estado español.