En los últimos años, los avances en avicultura, en la producción de broilers y de huevos, han ido cada vez más enfocados a instaurar dos conceptos nuevos por los que se empiezan a preocupar tanto el consumidor como a administraciones: Bioseguridad y bienestar animal
La ganadería es el primer eslabón de la cadena en la producción de alimentos de origen animal. Durante muchos años, los avances en el sector se han enfocado a la mejora de las estirpes de los animales de producción mediante:
- Selección genética
- Optimización de los piensos
- Desarrollo de nuevas instalaciones maquinarias y estructuras
Todos estos avances han ido orientados a optimizar los índices productivos para obtener productos a precios más competitivos y de esta manera poder satisfacer la demanda cada vez mayor por parte de la población.
Como profesionales de la avicultura tenemos que entender que el destino final de nuestros productos es la industria alimentaria. Debemos velar tanto por el volumen de la producción, como por la calidad y la seguridad alimentaria de nuestros productos.
Un manejo adecuado en nuestras granjas debe extremar la bioseguridad y respetar el bienestar animal.
Una mejora en los parámetros de bienestar y de las medidas de bioseguridad durante la vida productiva del animal
- Mejora en los rendimientos de las partidas como en la calidad del producto final & de la seguridad alimentaria
- El control del bienestar animal debe de empezar antes de que lleguen los pollitos.
Definición de bienestar animal
El bienestar animal es un concepto difícil de definir, pero lo podemos entender cómo ese estado de “armonía” del animal con el medio en el que se encuentra, en el cual tiene todas sus necesidades específicas cubiertas, posee un buen estado de salud física y lleva a cabo su producción en ausencia de estrés.
Densidad de los animales
La primera decisión para velar por el bienestar es definir la densidad a la que se introducirán los pollitos en la granja. Todas las granjas son diferentes por lo que debemos personalizar las densidades para cada explotación dependiendo de las características de sus naves.
Limpieza, desinfección & control de plagas
Cuando se termina de cargar en una camada con destino a sacrificio, debemos comenzar con la preparación de las naves para la recepción del siguiente lote.
- Sacar de la explotación todos los restos y residuos de la camada anterior
- Proceder a la limpieza y desinfección de la nave.
Mientras en una explotación queden restos de la camada anterior (estiércol, aunque esté fuera de la nave) no debemos considerar que está en vacío sanitario, y menos aún proceder a la desinfección de las naves.
Lo idóneo es que tras la limpieza la desinfección y el control de plagas se lleve a cabo por una empresa profesional dedicada a tal fin, ya que es la mejor manera de garantizar la eficacia del proceso, a la vez que nos hacen una valoración sobre el estado y los riesgos de la explotación.
A lo largo de una camada, utilizamos diversos instrumentos que no forman parte de los materiales específicos de las naves –escaleras, cubos, vallas, carretillas–. Todos estos objetos deben de someterse igualmente a limpieza y desinfección entre un camada y otra.
Tratamiento de agua, depósitos & lineales
El pollito tiene que tener a su disposición desde su llegada a la granja agua de calidad. El acceso al agua es indispensable para la rápida adaptación y arranque de los animales.
- Los lineales de agua pueden ser reservorio de patógenos. Es muy importante en el proceso de limpieza de la nave tratar contra los biofilms y drenar todas las conducciones para ser preparadas para la nueva camada.
- El agua debe de estar a una temperatura adecuada para que el pollito la consuma, así que después del precalentamiento de la nave es aconsejable purgar las líneas de tetinas para garantizar que el pollito a su llegada encontrará agua fresca.
Una recomendación para optimizar la frescura del agua consumida es mantener las dos líneas de tetinas externas subidas durante los 5-7 primeros días, etapa en la cantidad de agua requerida por la manada es pequeña, evitando:
- El exceso de tiempo de agua estancado en las líneas
- El calentamiento del agua en las líneas
- La acumulación de los pollitos en los costados de la nave debido a la tendencia de los animales a parapetarse contra la pared, protegiendo esta parte de la cama que suele ser siempre la zona más perjudicada.
Mantener las líneas de los bebederos a la altura adecuada es de vital importancia para que los animales puedan consumir toda el agua que requieren sin esfuerzo y evitamos también de este modo el exceso de goteo de las tetinas que humedecerá la cama
Día 1
Las tetinas deben colocarse a la altura del ojo de las aves
Día 3
La altura idónea es en la que el pollo puede beber de la tetina estirando el cuello, sin tener que empinarse sobre los dedos y sin tener que agacharse o torcer la cabeza.
La altura de las líneas de bebederos debe ser dinámica a lo largo de la crianza, adaptándola a la altura del animal en crecimiento.
Es importante ajustar la presión de las líneas, ya que tendremos que adaptar el caudal de salida de agua por las tetinas al tamaño y fuerza del pollo según su edad, consiguiendo que los animales puedan beber la cantidad que necesitan sin esfuerzo y evitamos derrames de agua y goteos que perjudicarán a calidad de la cama.
Cama
La cama debe tratarse de un sustrato con las siguientes características:
- Suelto
- Suave
- Cómodo para los animales
- Sin polvo
- Con gran capacidad de absorción
- Con alta bioseguridad, que venga tratada para evitar que vehicule patógenos
Si tras la limpieza y desinfección de la nave introducimos una cama cuyo material no haya sido tratado y no dé garantías de venir con ausencia de salmonella, aspergillus y otros patógenos, estamos rompiendo las barreras de bioseguridad de la granja y por tanto destruyendo todo el trabajo anterior.
Precalentamiento
Antes de la recepción de los pollitos la temperatura de la nave debe ser adecuada. Se suele cometer el error de empezar a precalentar las naves tarde, sobre todo en épocas en las que el clima es más suave, y se recurre a encender las estufas a máxima potencia y que trabajen las turbinas, consiguiendo en la mayoría de los casos naves con el aire muy caliente y normalmente deshidratado, lo que no va a ayudar al pollito después del viaje. El aire es fácil de calentar: lo difícil es calentar la estructura de la nave, las superficies –paredes y suelo– con las que el pollito estará en contacto
Para calentar la estructura de la nave y que el suelo llegue a 27°C – 28°C, el precalentamiento debe ser más largo y progresivo
Consejos para un precalentamiento adecuado
- Empezar el precalentamiento de 48 a 36 horas antes de la recepción (según la época del año) a 25ºC, y preferiblemente con la cama sin extender.
- 24 horas antes subir la temperatura a 30°C, terminar de extender la cama y terminar el resto de preparativos.
- 12 horas antes subir la temperatura a 34°C
Para definir la temperatura óptima a la que debemos recibir las aves nos puede venir bien cierta información adicional sobre el origen de los pollitos como los lotes de reproductoras; del mismo modo, el estado del pollito a su recepción nos puede dar cierta información que podamos tener en cuenta para tomar alguna decisión de última hora.
Control ambiental
El control del ambiente de la nave aportando en cada momento los parámetros de temperatura y ventilación idóneos según los kg de carne que hay dentro de la explotación, es la piedra angular para aportar el máximo bienestar a los pollos.
La calefacción y la ventilación no son conceptos contrapuestos. Mediante la ventilación renovamos el aire de la nave introduciendo aire rico en O2 y extrayendo CO2 y gases nocivos producidos por el metabolismo de los animales