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Bioseguridad en el manejo del alimento.

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Por Josep Gifra, ASVET VETERINARIS SL 

El pienso debe considerarse como lo que es, comida. Con ello deberíamos seguir criterios más similares a la de una cocina que la que se tiene en el reparto de cemento.

Empezaremos haciendo un repaso del circuito que sigue nuestro pienso desde que lo pedimos hasta que se distribuye en las tolvas.

En primer lugar, EL PEDIDO. Debe quedar constancia escrita de este acto. Hace años, se utilizaban los faxes. Ahora, SMS y e-mail. Debemos conocer la persona de contacto con la fábrica de pienso.  Anotaremos: la fecha de pedido, la empresa de piensos, el nombre de la granja, la fecha de recibimiento esperada, la cantidad de pienso especificado para cada silo y el número de silo (evidentemente, debemos tener claramente identificados los silos con su número bien visible). Con esta constancia, evitaremos errores no menos frecuentes y muy importantes en la distribución del pienso.

A la llegada del camión, tanto sea a granel o en sacos, debemos comprobar los albaranes y etiquetas antes de la descarga para asegurar que sea todo correcto.

El PIENSO (mejor dicho, alimento). El pienso en sí mismo, es un factor de riesgo.  Podría llegar a estar en mal estado o contaminado. Por eso, debemos trabajar con empresas que nos dan garantías de calidad en la fabricación y que garanticen y sigan un código de buenas prácticas. En la elaboración de pienso únicamente se deben emplear aditivos y materias primas autorizadas por la normativa vigente, debiendo conservarse la oportuna documentación (etiqueta y albarán), que permita su trazabilidad a lo largo de la cadena productiva. Debemos guardar una pequeña muestra de pienso anotando la fecha, el fabricante, el tipo de pienso, el número de silo y el lote de animales que lo ha tomado.

LAS MEDIDAS DE BIOSEGURIDAD SON EL CONJUNTO DE ASPECTOS ESTRUCTURALES Y DE MANEJO ORIENTADOS A PROTEGER A LOS ANIMALES DE LA DIFUSIÓN DE LAS ENFERMEDADES INFECTOCONTAGIOSAS Y PARASITARIAS DE LA GRANJA. 

EL ALMACENAJE. Por lo general, el pienso a granel se almacenará en un silo. Este es uno de los puntos más críticos del circuito debido al volumen que suele albergar. Los elementos  a controlar son:

El reparto y almacenaje de sacos se utiliza para piensos de los cuales tenemos un bajo consumo. A veces, suelen ser piensos con aportes extras de vitaminas y minerales, por tanto son más delicados y perecederos. No debemos tener cantidades excesivas en el almacén para que este sea lo más fresco posible.

El almacén debe ser realmente un almacén. Es decir, una sala o habitación perfectamente cerrada, seca y con cierta ventilación. Es necesario que los sacos no esten en contacto con el suelo ni con las paredes.  Debemos prevenir que no se humedezcan y tener las trampas para roedores.

Imagen. Tolvas de distribución de pienso.

LA DISTRIBUCIÓN. Al igual que el cajetín del silo, los circuitos del tornillo sin fin y bisen fin son complicados de limpiar y por lo general, nunca se hace. Lo lógico sería hacer una limpieza en seco al menos una vez al año con un compresor de aire.

LAS TOLVAS. Estos elementos son en definitiva los platos de nuestro restaurante. Es importante, limpiarlos y desinfectarlos al final de cada ciclo. Es frecuente, tener que pasar a repasar y si es necesario limpiarlos ya que hay riesgo de fermentaciones.

La tolva debe mantenerse en buen estado y integra, más por el bienestar y salud del animal que por el buen mantenimiento del alimento.

PRACTICAS POCO CORRECTAS. Finalmente, queremos hacer mención de la reutilización de los pienso bien por derrame o  bien por aprovechamiento de otras tolvas. Anteriormente era una práctica frecuente que comportaba un riesgo en el contagio de enfermedades o en la fermentación del pienso.

En conclusión, es conveniente entrar en la rutina de trabajo todos estos pequeños controles del reparto y distribución del pienso a fin de obtener los parámetros productivos óptimos y constantes.

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