Icono del sitio aviNews, la revista global de avicultura

Bioseguridad en explotaciones avícolas: Potabilidad microbiológica del agua de bebida

Escrito por: Jose Luis Valls - Director técnico de aviNews. Revista avícola AVINEWS ESPAÑA.
PDF
Gestão da Água de Bebida

La bioseguridad en las explotaciones avícolas es fundamental, pues representa una herramienta esencial para garantizar un máximo rendimiento en las producciones, manteniendo el compromiso de seguridad alimentaria y bienestar animal exigido hoy en día.

Si vamos a continuar necesitando una integridad intestinal con las producciones actuales para evitar el uso de antibióticos, tenemos imperiosamente que conocer la calidad microbiológica del agua que deben beber nuestras aves. Los tipos de producciones actuales son suficientemente difíciles de manejar, incluso cuando todo va bien, pero si se tienen problemas con la potabilidad del agua aún será más difícil. Se necesita por tanto saber qué higiene tiene el agua y las conducciones por las que circula.

Los problemas de salud en nuestras granjas indican que algo no está bien. Si hay desprendimiento de mucosa intestinal, excrementos blandos, heces con alimento, alta mortalidad, índices de crecimiento bajos o altas conversiones de alimento, ¡ No hay duda de que algo está mal !. 

Cuando sucede algo de lo anterior y el pienso es bueno y el manejo en la granja es correcto, pero los resultados no son los adecuados ¿se ha considerado la posibilidad de que el agua pueda ser el origen de los problemas ¿Cuántas veces hemos oído esta respuesta a nuestra pregunta “ el agua de mi granja es buena“  o  “ si yo … cloro “ y resulta que no se tienen o no se han hecho analíticas hace tiempo.

Biofilm

Uno de los principales factores de riesgo en materia de calidad microbiológica del agua es el biofilm. Esta capa de materia orgánica que recubre el interior de los elementos del sistema de distribución de agua puede contener una alta carga de microorganismos. Además, se ha demostrado que los microorganismos que se desarrollan en el biofilm pueden ser más resistentes a los desinfectantes químicos. Por tanto, para realizar una gestión eficaz del agua, se debe tener en cuenta no solamente la carga microbiana que el agua trae desde su origen, sino también el riesgo que presenta la posible existencia de biofilm en la instalación del agua.

“para realizar una gestión eficaz del agua, se debe tener en cuenta no solamente la carga microbiana que el agua trae desde su origen, sino también el riesgo que presenta la posible existencia de biofilm en la instalación del agua”

En la actualidad existen múltiples métodos y desinfectantes de tratamiento del agua, pero no todos ellos son capaces de eliminar el biofilm existente, y evitar que vuelva a formarse. Además, hay otros factores que también son relevantes a la hora de evaluar la conveniencia de un método de higienización de agua. Por ejemplo, su eficacia independientemente de los parámetros físico-químicos del agua, su coste, su carácter medioambientalmente sostenible, la protección a la corrosión de las instalaciones, etc.

El RD 140 / 2003 estableció en España los criterios sanitarios de la calidad del agua de consumo humano y animal. En ella se autorizaron los biocidas para potabilizar el agua de bebida, que son:

Algunas de las actividades de cada uno de los biocidas se resumen en el siguiente cuadro:

Estos biocidas tienen que ser responsables de que se cumplan las Normas Bacteriológicas para que el agua sea potable:

De todos los biocidas autorizados comentaré en especial sobre la sal del ácido hipocloroso – hipoclorito sódico – por ser el desinfectante más usado para higienizar el agua, pero que contiene un álcali que hace que se incremente el ph del agua al adicionarlo.

Se tiene que conseguir un ph mínimo de 6 en el agua para que el cloro exista predominantemente en forma de ácido hipocloroso, que es el que actúa desinfectando.  Su presencia junto a la cantidad de ion hipoclorito formado, son los valores que medimos como cantidad de cloro libre, pero este valor no es dato bactericida.

Factores que condicionan la cloración:

Dosificación de cloro

La dosis de hipoclorito sódico es la porción de cloro añadida a una determinada cantidad de agua. Se expresa en mg/l o su equivalente en partes por millón ( p.p.m. )

Veamos con un ejemplo ¿cuál sería la dosificación si se considera que se debe mantener un cloro residual de 0,75 mg/l, transcurridos 30 minutos de tiempo de contacto de un agua cuya demanda de cloro es de 1,5 p.p.m.?                                  

Solución:    demanda ( 1,5 ) + residual ( 0,75 ) = 2,25 mg/l

Solución:   2,25 x 1.000 = 2.250 mg = 2,25 gramos

Solución: 2,25 x 100 = 225 g/día

Solución:  1 litro de hipoclorito de sodio al 15% contiene 150 g de cloro activo, de acuerdo a la siguiente tabla:

Litros de hipoclorito/día = (( Gramos cloro/m3 ) / ( gramos/l cloro activo )) x m3/día =

( 2,25 / 150 ) x 100 = 1,5 litros / día

Así que ¿cuántas veces NO SE ESTÁ CLORANDO ADECUADAMENTE el agua?… y encima llegamos a autoconvencernos de ¡ QUÉ BARATA ES LA CLORACIÓN ¡.

Otro punto que hay que tener en cuenta es el uso del método de valoración de la ortotolidina, como sistema más utilizado para medirlo. Medición que nos lleva a errores pues no es un método fiable, al indicar la suma de las reacciones del cloro residual libre, con el combinado y además con los nitratos del agua.

Lo ideal es medir el potencial redox para conocer el potencial desinfectante existente con cualquier biocida oxidante que se utilice.

Es muy importante tener claros los OBJETIVOS DE LA DESINFECCIÓN DEL AGUA, que son:

El cloro cuando genera ión hipoclorito y ácido hipocloroso no sólo reacciona con los microorganismos, sino también con materias orgánicas dando lugar a subproductos potencialmente peligrosos para la salud animal y humana  ( Trihalometanos y ácidos acéticos halogenados ).

Según un estudio publicado sobre análisis efectuados en el agua de los grifos de 26 países de la UE, los trihalometanos detectados son responsables de cerca del 5% del total de los casos europeos de cáncer de vejiga. Habiendo nueve países de la UE que superaban los valores límites máximos de este subproducto, entre ellos España. La traducción de este porcentaje supondría que a España le correspondería la impresionante cifra de  1.482 casos de cáncer al año por los trihalometanos. ( VILLANUEVA C.M. y cols., “Cloración del agua potable en España y cáncer de vejiga”. Institut Municipal d’Investigació Mèdica. Unitat de Recerca Respiratòria i Ambiental. CSIF. Instituto de Investigaciones Químicas y Ambientales de Barcelona. Departamento de Química Ambiental. Gaceta sanitaria, Barcelona enero 2001; v.15 n.01 p. 48-53.)

Debemos recordar, porque no suele hacerse, que es obligatorio por Ley analizar la cantidad de trihalometanos en las aguas de aquellas explotaciones que utilizan el hipoclorito sódico como higienizante del agua.

 

Para intentar evitar esta formación de subproductos, en humana se hace una precloración para oxidar la materia orgánica y disminuir su concentración y luego una postcloración que garantiza la desinfección y la presencia de cloro residual.

Hace tiempo podría ser más importante desinfectar el agua que mantener un posible riesgo para la salud. Pero hoy en día, indiscutiblemente hay biocidas más eficaces que el hipoclorito de sodio y menos peligrosos para la salud.

Es obvio que hay que centrar más atención en la calidad del agua potable de las aves de corral si esperamos criar lotes saludables en el entorno de producción sin antibióticos. El agua es el nutriente más importante que consumen las aves y consumirán aproximadamente el doble de agua que alimento. No podemos esperar criar aves sanas con agua contaminada.

 

En algún momento, hay que comenzar a tomar muestras de agua en las granjas para descubrir qué está sucediendo en el campo. Ya no hay la opción de medicar para evitar la mala calidad del agua. Todos los productores e integradores deberían hacerse esta pregunta: “¿Estoy dispuesto a beber el agua que beben mis aves?”. Si su respuesta es no, hay trabajo que hacer.

 

 

PDF
Salir de la versión móvil