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Bioseguridad en la granjas de pollos, el primer eslabón

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Por Miguel Rey Rey Veterinario Asesor Avícola

La bioseguridad, como otros aspectos de la avicultura, cambia sus objetivos. En la actualidad  el control más importante es el de los agentes patógenos zoonósicos.

Una correcta bioseguridad nos ayudará a obtener una seguridad alimentaria, bienestar animal, óptimo rendimiento productivo. Una vez aplicados los programas LDDD (limpieza, desinfección, desinsectación y desratización) tendremos una zona limpia como es el interior de las naves. Por tanto, debemos establecer una estrategia para evitar introducir agentes patógenos. Hay que considerar una bioseguridad dinámica revisando diferentes puntos críticos.

A.) Instalaciones

En el 50 Congreso AECA-WPSA, los doctores M. Cerdá y F.J García Peña, referenciaron estudios daneses que relacionan la acción de las moscas como vectores de introducción de Campylobactersppdesde el exterior al interior de las naves de pollos. La recomendación consecuente es la instalación de mallas antimoscas  en las entradas de aire.

B.) Vallado Perimetral

Perímetro de la nave libre de vegetación.

C.) Acceso y tránsito de personas.

A la entrada de la nave, considerada zona limpia, hay que establecer un banco-barrera que obligue y facilite la utilización de un calzado exclusivo para cada nave por parte de las personas que entren. Las visitas deben ser las mínimas imprescindibles, equipadas con ropa y calzado adecuados. Los equipos de carga requieren, por su movimiento itinerante de granja en granja, una atención especial. Deben disponer de ropa y calzado, limpio y cómodo, para realizar su trabajo sin riesgo contaminante. A la entrada de cada nave habrá un pediluvio de tamaño y situación adecuado para su función.

D.) Pienso y agua.

Los silos deben estar cerrados para evitar el contacto de los pájaros con el pienso. El pienso derramado accidentalmente alrededor del silo, debe recogerse inmediatamente, para evitar la atracción de los pájaros. El agua debe tener un tratamiento continuo de higienización, el cual será registrado documentalmente. El agua debe analizarse periódicamente. Este análisis ha de ser profundo y documentado.

E.) Higiene en la explotación.

La yacija que utilicemos debe ser con garantía sanitaria. Algunos materiales se tratan térmicamente lo cual asegura su inocuidad. Es una buena práctica pulverizar con una solución desinfectante la yacija una vez extendida sobre el suelo de la nave. Las herramientas que se tengan que utilizar en la nave, deben introducirse limpias.

Especial atención requiere, el toro mecánico utilizado en el proceso de la carga de pollos. Hay que lavarlo en profundidad para eliminar posibles restos de estiércol procedente de otra explotación.

Los animales domésticos, como posibles reservorios de agentes patógenos,  son incompatibles en las explotaciones avícolas. Los roedores, que nunca vemos pero siempre están, requieren un control continuo mediante los correspondientes porta-raticidas. Los cadáveres deben manejarse de acuerdo al tipo de contenedor disponible. Un vestuario y aseo sanitario en la explotación es necesario por higiene y comodidad. Un dispensador de gel desinfectante para manos a la entrada de cada nave es conveniente. El Dr. O. Desouzart en su ponencia presentada en el 50 Congreso AECA-WPSA, predijo un incremento de la demanda de la carne de pollo de un 3% anual durante los próximos 40 años.

“El factor más determinante para el crecimiento del sector de la carne de pollo, es la BIOSEGURIDAD”. 

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