La Influenza Aviar es, sin duda, una de las enfermedades aviares más problemáticas para el sector producción de huevos en la actualidad. En este contexto, los programas de bioseguridad demuestran tener un rol fundamental tanto para evitar la introducción de la enfermedad en los distintos países como la aparición de brotes secundarios.
El objetivo de este artículo es explicar brevemente las características generales de los programas de bioseguridad y cómo se difunde la Influenza Aviar para posteriormente poder identificar una lista de medidas de bioseguridad de especial importancia en los periodos de riesgo de aparición de casos de Influenza Aviar.
Influenza Aviar: una situación epidemiológica cada vez más complicada en todo el mundo
La aparición cada vez más frecuente de brotes de Influenza Aviar Altamente Patógena en explotaciones avícolas en diversos países ha producido enormes dificultades al sector de producción de huevos en estos últimos años.
- De hecho, la situación epidemiológica de la enfermedad parece año tras año cada vez más complicada a nivel mundial.
- De esta manera, incluso países que no solían tener casos de manera habitual están teniendo hallazgos de aves infectadas por primera vez en años.
El virus de Influenza Aviar ( AIV) es enormemente infeccioso y causa estragos en las poblaciones de aves de corral.
Gracias a la alta capacidad de mutación y recombinación de su material genético, puede evolucionar tanto en su virulencia, como en cuanto a las especies que afecta o su composición antigénica.
Todo esto, hace que los programas de control de Influenza Aviar sólo puedan tener éxito si se aplican de forma coordinada y contundente.
Todos los pilares tienen un objetivo en común:
Reducir la circulación del virus para facilitar el control o erradicación del virus de las aves de corral de un territorio.
En muchos países, existe controversia sobre la viabilidad de la implementación de algunos de estos pilares (particularmente sobre la vacunación y sacrificio de lotes infectados).
- En cualquier caso, la bioseguridad siempre se identifica como una herramienta clave para el control de la enfermedad.
Programas de bioseguridad en granjas avícolas:
Efectivamente la bioseguridad juega un papel clave en el control de Influenza Aviar (y de prácticamente cualquier enfermedad aviar).
En aquellas zonas libres de enfermedad, es el principal activo para evitar la introducción de la enfermedad en las granjas del territorio.
- Sin embargo, los demás pilares del programa siguen siendo imprescindibles pues complementan y trabajan en sinergia con la bioseguridad.
Para que los programas de bioseguridad tengan un impacto real en la salud de las aves deben presentar una serie de características:
Deben ser parte de la cultura organizacional de las empresas.
- La bioseguridad no se trata simplemente en tomar medidas aisladas en algunas explotaciones si no en que la compañía trabaje de manera que se minimice el riesgo de introducción y diseminación de enfermedades.
- Esto implica muchos cambios en cuanto a instalaciones, procedimientos, logística, entrenamiento del personal, etc.
Debe implantarse y trabajar a largo plazo.
- Es muy difícil incrementar los niveles de bioseguridad real en el corto plazo si no existe un trabajo de fondo detrás.
- Ni el equipamiento de las granjas ni el personal ni la compañía en su conjunto estarán preparados para un momento de alta presión como es un brote de Influenza Aviar.
Los programas de bioseguridad deben ser totales.
- Es decir, deben cubrir todos los riesgos de introducción o diseminación de enfermedades en las granjas.
- Se puede dividir la bioseguridad en tres categorías: localización, equipamiento y operacional.
- Posteriormente podemos identificar distintos programas para controlar riesgos concretos de introducción de enfermedades -visitas, control de plagas, agua y alimento, reposición de aves,
retirada de subproductos, formación de personas, protocolo de L+D, etc-. - Todos trabajan en conjunto y la solidez del programa es el punto más débil.
Por supuesto, para determinadas enfermedades, habrá determinadas partes del programa de bioseguridad que pueden tener una importancia mayor. Esto dependerá principalmente del modelo de transmisión de cada enfermedad en particular.
Entendiendo cómo se transmite Influenza Aviar
El virus de la gripe aviar (AIV) es tremendamente transmisible e infeccioso y puede infectar a la mayor parte de las familias de aves conocidas.
- Esto incluye Anseriformes (patos, gansos y cisnes), Caradriformes (gaviotas), Ciconiformes (garzas), Columbiformes (palomas), Falconiformes ( aves de presa) y Galliformes (perdices y faisanes), entre otros.
Las distintas cepas presentan diversos grados de adaptación a las distintas especies de huéspedes.
- La transmisión entre especies de aves puede producirse, especialmente entre aquellas estrechamente relacionadas.
- Además, la transmisión directa a mamíferos, aunque es menos frecuente, ha sido también documentada.
La replicación del virus se produce principalmente en el sistema respiratorio e intestinal, renal y/o reproductivos.
- De este modo, las aves infectadas pueden empezar a excretar virus 3 días post infección a través principalmente de vías respiratorias, conjuntivas y la cloaca.
En el caso de la Influenza Aviar Altamente Patógena, el AIV también puede detectarse en la epidermis, incluidas las plumas.
- Los cadáveres de las aves infectadas también tendrán cargas virales muy altas y son altamente infecciosos.
El virus también puede ser aislado del interior del huevo y cáscara de huevos puestos por aves infectadas.
- Sin embargo, teniendo en cuenta que las aves suelen cesar su puesta tras la infección y que el virus presenta una alta embrio-letalidad, la transmisión vertical no parece jugar un rol importante en su transmisión.
El virus se transmite por contacto directo entre aves infectadas y susceptibles o por contacto indirecto a través de aerosoles o la exposición a fómites contaminados por el virus.
Es importante reseñar que el virus de Influenza Aviar es un virus con cubierta lipídica. Esto lo hace poco resistente al medio ambiente especialmente en temperaturas altas.
Por tanto, los fómites juegan un papel clave en su transmisión ya que le permiten una mayor estabilidad.
- Las heces de las aves, el agua y las plumas juegan un rol fundamental en la trasmisión de AIV, sin excluir otros materiales como el algodón o la madera.
- Las dosis infectivas son muy bajas por lo que la introducción de cantidades ridículas de estos fómites puede iniciar un brote en una granja.
Igualmente, el virus puede transmitirse por el ambiente a otras especies de animales que hagan de vector mecánico o puedan infectarse y convertirse en excretores del virus.
Por último, no puede descartarse que en caso de brote en una granja la enfermedad pueda transmitirse mediante plumas y polvo vehiculado por el viento desde otras de su entorno.
Durante este estadio previo a un brote los principales factores de riesgo son aquellos relacionados con el contacto con aves migratorias, sus heces y otros vectores en contacto con ellas.
Cabe reseñar que existe una fluctuación en este riesgo a lo largo del año debida a las épocas de migración de las aves y entre años debida a la carga viral y al tipo de virus que recircule en las aves migratorias.
- Si el virus consigue introducirse en granjas o núcleos de aves del territorio, la fuente de contagio también tendrá origen en las aves de corral infectadas.
Por tanto, se sumarán también aquellos factores de riesgo relacionados con el contacto directo -por proximidad- o indirecto -camiones de alimento o huevos, retirada de gallinaza o yacija, visitas, etc.- que puedan vehicular el virus de una granja a otra.
En este punto, la precocidad en el muestreo, sacrificio, aislamiento y destrucción de las aves y el material infectado juega un papel fundamental en el devenir del brote.
Debemos tener en cuenta que, en una situación real, las infecciones primarias y secundarias pueden estar dándose al mismo tiempo y que tenemos un conocimiento limitado del rol de las aves silvestres no migrantes en la difusión de la enfermedad entre granjas de un mismo territorio.
Parte II del artículo disponible en la próxima edición
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