La bioseguridad no es un concepto nuevo para la industria avícola, porcina o láctea.
Sin embargo, es un desafío al que nos enfrentamos continuamente en las operaciones de ganadería y también es un factor clave para optimizar la salud, el bienestar y la sostenibilidad de los animales de granja.
Por lo general, analizamos escenarios de enfermedades que ocurrieron en el pasado para ver qué salió bien (o no) y saber cómo podemos mejorar aún más nuestras prácticas y estrategias de bioseguridad.
Si bien aprender del pasado es de vital importancia, también debemos mirar hacia el futuro e investigar cómo podemos ser más eficientes, eficaces e innovadores.
BIOSEGURIDAD, UNA COMBINACIÓN DE BIOEXCLUSIÓN Y BIOCONTENCIÓN
En un artículo1 publicado en 2012 sobre los riesgos de enfermedades para los hatos de bovinos, John F. Mee describe la bioseguridad como una combinación de bioexclusión y biocontención.
Específicamente, afirma que “la bioexclusión se relaciona con medidas preventivas (estrategias de reducción de riesgos) diseñadas para evitar la introducción de infecciones patógenas (peligros), mientras que la biocontención se relaciona con medidas para limitar la transmisión dentro de la granja de peligros infecciosos y su posterior propagación a otras granjas”.
Esta misma filosofía de bioseguridad se aplica a la industria avícola. Para tener éxito en la eliminación de enfermedades, debemos centrarnos en nuevas estrategias para prevenir la introducción de patógenos infecciosos (bioexclusión) y mitigar la posible propagación de un patógeno de enfermedades (biocontención).
En este artículo, nos centraremos en medidas innovadoras y estrategias efectivas para prevenir la introducción de patógenos aviares y minimizar su propagación.
Específicamente, se compartirán las lecciones aprendidas del pasado -de empresas avícolas y otros sectores de la ganadería.
Y se destacarán ideas para el futuro que pueden inspirar a las empresas a considerar herramientas basadas en animales para la detección temprana de enfermedades y medidas novedosas para eliminar el riesgo de enfermedades para sus granjas.
1Mee JF, Geraghty T, O’Neill R, More SJ. Bioexclusión de enfermedades en granjas lecheras y cárnicas: riesgos de introducir agentes infecciosos y estrategias de reducción de riesgos. Vet J. 2012 Nov;194(2):143-50. doi: 10.1016/j. tvjl.2012.07.001. Epub 2012 Oct 26. PMID: 23103219; PMCID: PMC7110757.
La industria avícola mundial tiene décadas de experiencia con IAAP, micoplasma, salmonella y otras enfermedades avícolas en operaciones avícolas comerciales. Por lo tanto, afortunadamente (desafortunadamente) tenemos muchos ejemplos de los cuales aprender y también seguimos teniendo oportunidades para mejorar nuestra capacidad de eliminar enfermedades y riesgos de bioseguridad.
BIOEXCLUSIÓN
El viejo dicho, “más vale un gramo de prevención que un kilogramo de curación” es la base principal para la bioexclusión y las acciones para prevenir la introducción de patógenos en las instalaciones avícolas. Sabemos que las bacterias y los virus pueden fácilmente ser introducido por personas (calzado y ropa), equipos que ingresan a los galpones avícolas y vehículos que ingresan a la granja. A continuación se presentan algunas lecciones clave aprendidas e iniciativas innovadoras para avanzar en las medidas de bioexclusión para las granjas avícolas:
Limpieza y desinfección para prevenir la entrada de patógenos:
Muchos responsables de control de calidad dicen que “la dilución es la solución a la contaminación” cuando hablan de la importancia de los protocolos de limpieza y desinfección (L&D). Garantizar que el desinfectante utilizado para los procedimientos de L&D sea eficaz contra los patógenos de mayor preocupación (por ejemplo, los virus de la influenza aviar) es un paso fundamental para reducir el riesgo de introducción de enfermedades.
Lecciones aprendidas:
Como parte del proceso de selección de productos químicos, las empresas avícolas deben utilizar laboratorios para verificar que el producto químico sea realmente eficaz contra los patógenos de interés y también deben verificar la dilución requerida para proporcionar instrucciones específicas a los avicultores y al personal de producción.
- Si la granja se encuentra en un área geográfica con clima severo (es decir, temperaturas bajo cero), también es importante verificar si el desinfectante se puede usar y será efectivo durante escenarios de clima frío.
- Independientemente de la calidad del desinfectante, es necesario y debe realizarse, como paso de limpieza crucial, la eliminación del material orgánico (es decir, heces, pasto, hojas, etc.) antes de poder utilizar el desinfectante.
Lecciones aprendidas:
La proporción de mezcla y la concentración del desinfectante son clave para prevenir la introducción de enfermedades.
- Dado el costo de los desinfectantes químicos y los riesgos para la salud humana que supone una mezcla incorrecta, no se recomienda el método «glu-glu» (o sea agregar un poquito de aquí y un poquito de allá) utilizar una cantidad desconocida de desinfectante.
- De hecho, agregar un volumen desconocido de desinfectante es imprudente y puede resultar en un mayor riesgo de entrada de patógenos.
Tiras como esta pueden ser una manera fácil y efectiva para que los auditores, veterinarios y gerentes de producción verifiquen rápidamente que los baños para desinfectar las botas tengan la concentración correcta cuando visitan las granjas (Figura 1). Si la concentración es menor de lo esperado, se deben implementar cambios de inmediato para garantizar que pueda ocurrir la bioexclusión en el sitio.
Lecciones aprendidas:
Ejemplos anteriores de brotes de micoplasma e IAAP han demostrado que reducir los desafíos relacionados con las personas es clave para detener la introducción de enfermedades.
Además de las expectativas diarias de bioseguridad, estos ejemplos pueden ayudar a prevenir la introducción de patógenos:
- verificación anual de bioseguridad (es decir, un gerente realiza una visita anual al sitio para certificar que el empleado no tiene especies aviares en su residencia);
- políticas de «tiempo fuera de granja» por contacto accidental por contacto accidental con aves (es decir, después del contacto con aves silvestres, el empleado tiene un mínimo de 72 horas de tiempo de inactividad antes de ingresar a la granja avícola); y
- sistema de entrada danés para cambio de botas (es decir, proceso de entrada de 3 zonas para evitar la contaminación de botas “limpias” (uso dentro del galpón) con botas “sucias” (uso exterior) en la granja).
Desafíos de Personas:
En la mayoría de las situaciones de enfermedades, las investigaciones de control de calidad revelarán que las personas (y las acciones de las personas) son uno de los mayores factores de riesgo para la bioseguridad en una granja avícola. Por lo tanto, para optimizar las estrategias de bioexclusión, las empresas deben aprender cómo mitigar los riesgos relacionados con las personas para minimizar la introducción de patógenos en las granjas.
Pensando fuera del galpón:
Las herramientas y protocolos desarrollados para otras especies pueden resultar útiles para la industria avícola. Al evaluar nuevas herramientas para la bioexclusión, debemos pensar “más allá del galpón» y considerar lo que los veterinarios porcinos, los expertos en zoológicos, animales silvestres y otros han probado para eliminar la introducción de enfermedades.
3Requisitos de tiempo y temperatura para la inactivación térmica de patógenos que se aplicarán a los remolques de transporte de cerdos. (AASV, 2021: https://www.aasv.org/shap/issues/v29n1/v29n1p19.html)
Pensamientos innovadores:
Para las prácticas de bioexclusión relacionadas con la IAAP, debemos priorizar formas de minimizar el riesgo de enfermedades de las aves silvestres.
- Nuevas herramientas como BirdCast² permiten a los avicultores en los Estados Unidos prestar atención a los patrones de migración y observar cuando haya un mayor volumen de aves silvestres sobrevuela sus granjas avícolas (Figura 2).
Si bien los avicultores no pueden evitar que las aves migratorias vuelen sobre sus galpones y no pueden evitar que las aves silvestres se detengan a descansar en terrenos cercanos a sus granjas, esta herramienta gratuita en línea se puede utilizar como indicador de advertencia de un mayor riesgo de enfermedades y puede permitir a los avicultores implementar medidas de bioseguridad adicionales, durante los períodos en los que el tablero pronostica un incremento en la migración de aves silvestres.
- Durante el brote de PRRS (síndrome respiratorio y reproductivo porcino) en piaras de cerdos hace varios años, los veterinarios porcinos descubrieron que el aumento de temperatura y tiempo eran medidas clave para inactivar los patógenos porcinos en los vehículos de transporte3 utilizados para trasladar a los cerdos de una granja a otra.
Teniendo en cuenta el valor y la larga vida útil de las aves reproductoras comerciales, las empresas pueden implementar medidas innovadoras como el “horneado térmico de los remolques de transporte” (es decir, temperatura específica y duración programada para la inactivación de los virus) en sus protocolos de L&D para mejorar aún más la bioexclusión de patógenos equipos que se utilizan para múltiples granjas. https://www.aasv.org/shap/issues/v29n1/v29n1p19.html
BIOCONTENCIÓN
Las granjas avícolas modernas suelen contar con numerosos galpones y una gran cantidad de aves.
- Por lo tanto, cuando ocurre una enfermedad en una granja, la biocontención es una prioridad urgente para limitar la propagación de patógenos. En el caso de la IAAP, en el que todas las aves del sitio infectado generalmente quedan despobladas, nuestro objetivo es prevenir la propagación del virus a otros lugares de producción en la región y evitar la propagación del patógeno a otras granjas vinculadas.
- En el caso de salmonella y micoplasma, nuestro objetivo es evitar que el patógeno se propague a otros galpones de la granja.
Lecciones aprendidas:
Protocolos simples pueden marcar una gran diferencia en los primeros días de la investigación de una enfermedad en una granja.
- La trazabilidad de las personas en una granja es una manera fácil de verificar los movimientos de personas en un sitio y en un área. Por ejemplo, en una granja grande, tener hojas de registro en la puerta de entrada de cada galpón permite al gerente y al auditor de control de calidad determinar rápidamente quién estuvo en el galpón durante la última semana, dónde estuvieron anteriormente estas personas y cuándo/por qué estaban en el galpón.
- Tener un libro de registro de entrada y salida en la instalación de entrada a la granja con los detalles requeridos (nombre, fecha de la visita, última ubicación y última fecha de contacto con aves, galpones visitados en la granja, etc.) también es útil como estrategia reactiva y permite a la empresa ser más eficiente a la hora de determinar qué ubicaciones de granjas adicionales podrían estar en riesgo de propagación de enfermedades debido a los movimientos de personas.
Lecciones aprendidas:
En granjas grandes, la biocontención se puede implementar como estrategia preventiva.
Si bien el personal avícola y los avicultores visitan rutinariamente las parvadas “de más jóvenes a más viejas” cuando planifican visitas a las granjas, un paso adicional puede ser establecer medidas de parada entre galpones o granjas.
- Por ejemplo, si los galpones están agrupados en zonas de bioseguridad (es decir, galpones 1, 2 y 3), una granja grande puede implementar una parada de bioseguridad (es decir, cambio de ropa, ducha, etc.) antes de visitar la siguiente zona de bioseguridad (es decir, galpones 4, 5 y 6).
- Si bien la configuración de esta zona requiere tiempo y planificación adicionales, puede ser una forma efectiva y proactiva de reducir el riesgo de propagación de enfermedades de una parte de la granja a otra.
Otro protocolo que debe implementarse durante los períodos de mayor enfermedad implica limitar la cantidad de granjas visitadas por día por el personal de servicio de la empresa (es decir, solo se pueden visitar 2 granjas por día en lugar de 4 o más) y restringir las visitas a regiones conocidas de alto riesgo.
- Por ejemplo, en el caso de la IAAP en una región, todas las visitas no esenciales suelen estar prohibidas para garantizar la biocontención y así reducir el riesgo de transmisión de enfermedades a otras granjas.
En el futuro, si monitoreamos continuamente el comportamiento y el movimiento (actividad) de las aves comerciales a través de sensores de video y los sonidos de los animales (tos, llamadas estridentes, etc.) a través de sensores de sonido, podremos detectar anomalías sutiles en la parvada antes de que los signos relacionados con el rendimiento indiquen que se sospecha una enfermedad.
Pensamientos innovadores:
De cara al futuro, debemos centrarnos en los animales para mejorar nuestros protocolos de biocontención.
- Actualmente, podemos sospechar de una enfermedad después de varios días de disminución de la producción de huevos, aumento de la mortalidad o disminución del consumo de agua.
- En el futuro, si monitoreamos continuamente el comportamiento y el movimiento (actividad) de las aves de corral a través de sensores de video y los sonidos de los animales (tos, llamadas estridentes, etc.) a través de sensores de sonido, podremos detectar anomalías sutiles en la parvada antes de que los signos relacionados con el rendimiento indiquen que se sospecha una enfermedad.
- Si bien estas herramientas de monitoreo no equivalen a la detección real de enfermedades (es decir, no nos dicen qué enfermedad está presente), pueden servir como indicadores iceberg y ayudar a un avicultor o veterinario a investigar rápidamente las señales tempranas de alerta de enfermedad en una parvada (Figura 3).
- Para animales de granja grandes, sensores como una marca auricular electrónica o un sensor ingerible (es decir, un sensor de rumen) pueden proporcionar mediciones individuales específicas basadas en animales que indican si el animal tiene fiebre, camina menos por día, etc.
- En el caso de las aves de corral, los sensores se centran en la parvada (o el galpón) en lugar del ave individual.
En ambas situaciones, estas herramientas innovadoras pueden proporcionar una gran cantidad de información al avicultor y permitir respuestas más proactivas para salvaguardar la salud animal.
Mientras la tecnología de monitoreo para parvadas de aves de corral aún se está desarrollando, es emocionante pensar que el futuro del monitoreo de la salud animal nos ayudará con la detección temprana de enfermedades y la biocontención.
RESUMEN
Cuando pensamos en el costo de las enfermedades (es decir, pérdidas de producción, costos de limpieza y desinfección, pérdidas de animales, interrupciones en la cadena de suministro, etc.), la decisión de invertir en bioseguridad debería ser fácil.
- Si bien podemos aprender del pasado y de enfermedades anteriores en la industria avícola mundial, también debemos mirar hacia la tecnología y las ideas innovadoras futuras e incluso considerar lo que se está utilizando en otros sectores de animales de granja para que realmente podamos trabajar hacia la eliminación de enfermedades.