En Brasil, el año 2020, el menor poder adquisitivo de la población de este país ante la crisis generada por la pandemia del covid-19 llevó a los demandantes a migrar hacia proteínas más baratas, como la carne de pollo. Conforme a la información del Centro de Estudios Avanzados en Economía Aplicada, CEPEA.
A pesar de la valorización de la proteína y del animal vivo en el promedio del año en Brasil, las alzas en los precios fueron menos intensas que las registradas para las principales sustitutas – en el valor acumulado de 2020 –desde el 2 de enero al 28 de diciembre, mientras que la carne bovina y porcina aumentaron en 35% y 32%, respectivamente, las cotizaciones del pollo avanzaron menos, 9%.
Como resultado, las diferencias entre los precios del pollo entero y las cotizaciones de las canales bovina y porcina alcanzaron niveles récords en 2020, lo que se tradujo en un aumento de la competitividad de la proteína avícola frente a las competidoras.
Mientras, el poder adquisitivo del avicultor disminuyó en relación a los principales insumos de alimentación consumidos en la actividad, ya que en el 2020 tanto el maíz como la harina de soja registraron un intenso incremento de precios en Brasil.
MAÍZ: La producción y los precios alcanzan récord en 2020
El mercado brasileño del maíz en 2020 estuvo marcado por producción y precios récord. En los dos primeros meses de 2020, las menores existencias de maíz combinadas con la producción magra de la primera cosecha dieron como resultado un aumento en los precios de los cereales.
- Ya entre marzo y junio, las perspectivas de producción récord en la segunda cosecha y el avance de la pandemia del covid-19 en Brasil presionaron los precios internos.
- Con las medidas para controlar la pandemia, los agentes temían una reducción de la demanda de los exportadores y consumidores nacionales, lo que, de hecho, ocurrió en abril, pero pronto fue compensado por el buen ritmo de las exportaciones y la reanudación de las compras en el mercado interno en los siguientes meses.
- Para la segunda cosecha, el clima favoreció el desarrollo de los cultivos y, en conjunto, la producción brasileña fue récord.
- Y, aun ante esta producción récord en el segundo semestre, la fuerte alza del dólar, los avances en los valores internacionales y la alta demanda externa sustentaron la paridad de exportación y, en consecuencia, los precios en el mercado interno a partir de julio, lo que, a su vez, alcanzó niveles récords en octubre.
- En diciembre, el debilitamiento del dólar presionó los valores en la región portuaria y, consecuentemente, en el interior de Brasil.
SOJA: Las ventas anticipadas y los precios alcanzan récords en 2020
Como buena parte de la cosecha 2019/20 ya se había negociado con anticipación (aún en 2019), los productores de soja brasileños comenzaron el año 2020 resistentes a las ventas involucrando a grandes lotes, orientadas al cumplimiento de los contratos.
- La demora en la cosecha también trajo incertidumbre sobre el volumen de producción, que al final fue récord, de 124,8 millones de toneladas, según la Conab.
- A partir del segundo bimestre del año, el dólar comenzó a operar por encima de los R$ 5,00, lo que intensificó la disputa entre los compradores de soja nacionales y extranjeros.
- Por el lado de la demanda interna, las industrias brasileñas adquirieron mayores volúmenes, a fin suministrar la acalorada demanda por derivados.
- Además, en ese momento, las exportaciones de harina y aceite de soja se vieron favorecidas por la menor oferta en Argentina.
- En el segundo trimestre, las exportaciones brasileñas se intensificaron, a medida que China demandaba volúmenes récords de soja.
- En el último semestre, con el bajo excedente y los precios récord, la soja brasileña comenzó a perder atractivo para los importadores. Por lo tanto, los compradores internacionales recurrieron al producto estadounidense.
- De ahí en adelante, el pequeño volumen ofertado en Brasil fue disputado por las industrias locales, que ofrecieron precios por encima de la paridad de exportación, algo atípico.
- Este contexto provocó que los precios récords se renovaran mes a mes y estimuló a los agentes a negociar la producción de las dos próximas cosechas, siendo la producción de 2022 aún incipiente.
Fuente: CEPEA