Las plantas incubadoras funcionan como un “embudo”, pues toman los huevos incubables de un número limitado de granjas de reproductoras y dan a cambio pollitos de un día de edad a una cantidad de casetas o galpones de producción mucho mayor. Aunque esto aumenta el riesgo de transferencia de enfermedades, se puede invalidar de forma efectiva con buenas prácticas de higiene.
Pueden actuar como vectores de microorganismos patógenos los huevos incubables recibidos de una sola explotación de reproductoras infectadas
Figura 1. Papel central de la planta incubadora en la prevención de la transferencia de enfermedades
Hay una serie de factores, por ejemplo, los huevos incubables que se reciben de una explotación de reproductoras infectadas, personas, equipo de transporte, roedores, … actuando todos éstos como vectores de dichos patógenos. Sin el control adecuado, los patógenos se pueden multiplicar y diseminar dentro de la planta incubadora.
Una falta de control de los posibles patógenos supone un riesgo potencial para todos los clientes en especial donde la contaminación presenta un peligro para la salud del consumidor mediante intoxicaciones alimentarias, como Salmonella enteritidis y Campylobacter.
Las bacterias más comunes, como la E.coli-spp van a ocasionar una mayor mortalidad a los siete días, con una producción subóptima y un mayor uso de antibióticos.
En última instancia, se pone en riesgo la reputación de la planta incubadora: restaurar la confianza del cliente es mucho más difícil que mantenerla
PREVENCIÓN de la ENTRADA de patógenos a la planta incubadora
La prevención empieza desde que se diseña el proyecto de una nueva planta incubadora. Debe escogerse con sumo cuidado la ubicación, tomar en cuenta la posición de otras granjas avícolas y carreteras con relación a la dirección prevaleciente del viento. Los filtros en las unidades de manejo del aire minimizan la introducción de patógenos a la planta incubadora, que a menudo vienen adheridos a las partículas de polvo.
Con frecuencia, si se requiere de un mayor nivel de protección se recomiendan los biofiltros, como por ejemplo en el caso de plantas incubadoras de las progenitoras primarias. Es evidente que un buen diseño de la planta incubadora debe incluir instalaciones tales como vestuarios y baños con ducha para el personal de la planta.
Cualquier área a la que se tenga acceso antes de los vestuarios y duchas en una planta incubadora debe considerarse como “área sucia”, con lo que el “área limpia” de la planta incluye la sala de incubación, sala de ovoscopia y transferencia, sala de nacimientos y las salas de manejo del pollito. Las áreas técnicas, por ejemplo las instalaciones eléctricas o la sala del calentador, se ubican en la parte exterior, de tal forma que los ingenieros no tengan motivo para entrar al área limpia de la planta.
De la misma forma, las oficinas del personal administrativo, los comedores para conductores de camiones y las salas de reuniones, para clientes deben estar separadas de forma clara y efectiva de las áreas limpias de operación. También es básico contar con un estricto control de roedores, con base en la prevención y el monitoreo constantes, para mantener fuera de la planta a estos visitantes indeseados.
PROTECCIÓN DE HUEVOS INCUBABLES
Uno de los vectores más evidentes para la introducción de patógenos son los huevos incubables y las bandejas de huevos.
Los huevos sucios o puestos en el suelo bajo ninguna circunstancia deben entrar a la planta incubadora, en particular porque pueden explotar. Es importante que durante el transporte se mantengan bien sujetos los huevos incubables, para evitar la formación de pequeñas grietas, que constituyen puntos de entrada para bacterias y los hongos al huevo.
Una vez rota la cáscara, mecanismo crítico de defensa, el resultado no sólo se traduce en término de pérdidas, sino también en una violación seria de la bioseguridad de la planta incubadora.
Las bandejas de incubadora diseñadas para usarse en las granjas son la alternativa perfecta a las de cartón de un solo uso. En cualquier caso, solamente se deben usar bandejas nuevas de cartón, además de que deben limpiarse y desinfectarse las bandejas de incubadora y los carros entre usos. Deben desinfectarse los huevos incubables antes de que entren al área limpia de la planta incubadora.
Un método común es la fumigación con gas de formalina. Cada vez más se restringe el uso de formalina, debido a sus efectos negativos en la salud humana y en el ambiente, además de que en algunos países ya no se permite su uso. La nebulización de bajo volumen brinda el medio para aplicar una gama más amplia de químicos, tales como productos “viscosos” fundamentados en la combinación sinérgica de compuestos cuaternarios de amonio y glutaraldehído. Este método cubre de forma confiable toda la superficie de cada huevo en particular.
TRANSMISIÓN VERTICAL
La transmisión vertical, de la gallina reproductora al pollito de un día de edad por contaminación de la yema del huevo de patógenos específicos como Salmonella enteritidis y Mycoplasma gallisepticum pueden prevenirse sólo con el monitoreo estricto de la parvada de reproductoras.
El monitoreo de Salmonella spp. incluye la toma de muestras de pelusa de la nacedora de cada lote específico de huevos. Sin embargo, debemos aceptar que los pollitos nacerán entre la aparición de una parvada de reproductoras infectada y la identificación de dicha infección, por lo que necesitan estar monitorizados para prevenir la contaminación cruzada.
EVITAR la TRANSFERENCIA de patógenos dentro de la planta incubadora
Para prevenir la contaminación cruzada, es importante delimitar con claridad las diferentes zonas higiénicas en la planta incubadora:
- Área de recepción del huevo
- Sala de incubación
- Sala de ovoscopia/transferencia
- Sala de nacimientos
- Sala de manejo
- Entrega de pollitos
Los huevos que explotan, a menudo a causa de Pseudomonas spp, son una fuente importante de contaminación cruzada entre lotes dentro de una misma incubadora. Para reducir el riesgo, deben transferirse los lotes con una mayor incidencia de huevos que explotan a la incubadora hasta el final
Al aplicar estrictamente la regla “un lote por nacedora”, mediante la limitación de la capacidad de las nacedoras, se previene en gran medida el riesgo de la contaminación cruzada, por ejemplo de lotes más viejos a los más jóvenes. En una planta incubadora bien diseñada, el número de incubadoras por sala de nacimientos se basa en la producción diaria de pollitos. Esto evita la recontaminación después de la limpieza y desinfección, con lo que así se minimiza el riesgo de contaminar el nacimiento del día siguiente. Si se sabe que un lote específico está infectado con Salmonella, la decisión a veces impulsada por la legislación, es ya sea destruir los huevos antes de que eclosionen o sacar los pollitos infectados al final del día de nacimientos.
Lo limpio nunca debe encontrarse con la sucio:
Una planta incubadora bien diseñada hace que se pueda cumplir con facilidad la regla “lo limpio nunca debe encontrarse con lo sucio”. Los huevos que se transfieren a una nacedora no deben cruzarse con los pollitos que se sacan. Camino a la sala de transferencia las canastas de nacedoras, después de lavarlas y desinfectarlas no deben pasar por la sala de pollitos o por ningún área en donde se realice algún tipo de procesamiento. La ropa y zapatos de la planta incubadora, así como herramientas tales como los cauchos del suelo de diferentes colores, ayudan mucho a que el personal de la planta cumpla con responsabilidad la higiene.
Otro posible contaminante es el plumón del pollito, que se transporta fácilmente en el aire. Debe, por lo tanto, controlarse su movimiento para prevenir la contaminación cruzada. La sala de incubadoras debe mantenerse como la sala más limpia de la planta, mantendremos la sobrepresión con relación a la sala de nacimientos. Debe evitarse la acumulación de plumón en los conductos de aire, porque forma el caldo de cultivo para hongos como el Aspergillus spp. El aire que sale de la nacedora debe sacarse directamente por las cámaras de escape, que se pueden limpiar y desinfectar con facilidad. El uso de conductos de aire debe restringirse sólo para aire limpio, sin usarse.
Huevos que explotan:
Los posibles huevos que explotan a menudo se reconocen por una sustancia espumosa que se secreta por los poros de la cáscara; trate de sacarlos con mucho cuidado antes de transferirlos y elimínelos en un recipiente lleno con solución desinfectante. Cada vez que un huevo explote, limpie los residuos inmediatamente por completo.
INHIBICIÓN del desarrollo posterior de PATÓGENOS en la planta incubadora
La limpieza y desinfección normales controlan la multiplicación de microorganismos de forma efectiva. La “suciedad” de la rotura fortuita de un huevo cuando se combinan con la temperatura ideal en la incubadora, crean el ambiente perfecto para el desarrollo bacteriano y fúngico. La mayor exigencia de un mejor estatus higiénico es una razón de peso para hacer la conversión a incubación de una fase, que permite la limpieza y desinfección de las incubadoras después de cada ciclo. El diseño de las instalaciones deben diseñarse para resistir la acumulación del agua, suciedad y patógenos. Para que la limpieza sea fácil y profunda, el suelo de las incubadoras y nacedoras no debe tener ningún obstáculo.