Por Lluis Puig, Veterinario
Existen varios factores que afectan la incubabilidad. Entre otros: estirpe, salud de la manada, nutrición, edad de las reproductoras, peso del huevo, condiciones de almacenamiento, estación del año, y por supuesto también la calidad interna y externa del huevo.
Por lo que se refiere a la calidad interna, ésta valora la frescura del huevo en Unidades Haugh (que miden la altura de la albúmina). Esta valoración de la calidad interna empieza a perder desde el mismo momento de la puesta y lo hace más rápidamente si el huevo no se almacena en condiciones adecuadas de humedad y temperatura.
Una vez salido de la gallina, el huevo empieza a perder dióxido de carbono y agua. Así aumenta su pH, lo cual junto a la deshidratación perjudica la estructura proteica de la albúmina gruesa, que se hace más acuosa (se reducen las UH). La clara pasa de presentar un aspecto nebuloso a cada vez más transparente.
Con el tiempo la yema va absorbiendo agua de la albúmina e incrementa su tamaño. Esto causa un estiramiento de la membrana vitelina que la debilita. Así las yemas pasan de redondas y firmes a aplanadas y moteadas.
IMAGEN 1. La enfermedad de Newscastle afecta a la incubabilidad.
Además de la importancia de un manejo adecuado (recoger los huevos con suficiente frecuencia y delicadeza, transferirlos al cuarto frío de almacenamiento en condiciones adecuadas -entre 18 y 20°C- y con rapidez, sobre todo en las estaciones con temperaturas extremas), también afectan a la calidad interna del huevo: la edad de la gallina, los agentes infecciosos y la calidad del alimento.
La calidad interna del huevo se empieza a perder desde la puesta y lo hace más rápidamente si el huevo no se almacena en condiciones adecuadas de humedad y temperatura
En lo relativo a la calidad externa del huevo, ésta hace referencia a la cáscara. Sus características dependerán especialmente de la correcta deposición de carbonato cálcico, que a su vez responde al tiempo de permanencia del mismo en el útero. Cuanto más temprano es puesto el huevo en el día mayor es la calidad de la cáscara, y cuanto más vieja es la gallina más fina es esta cáscara. Cuando la temperatura ambiente aumenta -sobretodo en situaciones de estrés por calor extremo- esta perjudica la deposición del calcio de la cáscara en el útero, por lo que es importante tener un buen sistema de control ambiental que nos regule la temperatura de la nave y mantenga a las reproductoras en un intervalo apropiado para ellas.
La calidad externa del huevo dependerá de la correcta deposición de carbonato cálcico que depende del tiempo de permanencia del mismo en el útero.
Entre los problemas por calidad de la cáscara tenemos: fisuras (por cáscaras demasiado delgadas, exceso de presión dentro del huevo o golpes), huevos reparados, malformaciones de la cáscara y huevos en fárfara (sin cáscara). Las deficiencias nutricionales (principalmente debido a deficiencia de calcio (Ca), fósforo (P) y vitamina D3) repercuten en cáscaras de insuficiente calidad y es por ello fundamental una correcta suplementación con carbonato cálcico fuera a parte de la ración (generalmente 3.5 – 3.75% de calcio, 0.45% de fósforo, además de niveles adecuados de otros minerales como Manganeso (Mn) y Zinc (Zn)).
Los huevos reparados son huevos que se rompen dentro del útero antes de la puesta y allí son reparados, con una cáscara que siempre resulta ser de más débil fortaleza. La incidencia de este problema se relaciona a menudo con situaciones de estrés para las gallinas, y suelen observarse con mayor frecuencia entre las 6 y las 8 de la mañana.
Los huevos reparados son huevos que se rompen dentro del útero y allí son reparados con una cáscara que de más débil fortaleza
Los huevos con cáscaras malformadas presentan un mayor riesgo de rotura y por lo tanto de contaminación. Normalmente los huevos deformes y en fárfara suelen asociarse a problemas infecciosos que afectan a la reproductora como son la enfermedad de Newcastle, Bronquitis Infecciosa, Laringotraqueitis Infecciosa, Enfermedad Respiratoria Crónica (CRD), problemas entéricos y Sindrome de baja puesta, además de situaciones extremas de estrés y tratamientos medicamentosos (nicarbacina y clortetraciclinas).
Imagen 2. La formación de la cáscara es un proceso muy sensible
Los huevos con problemas en la cáscara se deshidratan más de lo debido durante la incubación, lo que repercute en la viabilidad del embrión y la calidad del pollito. Además, la falta de integridad de la cáscara supone también un mayor riesgo de contaminación del huevo, lo cual también compromete el desarrollo del embrión.
El embrión es muy sensible a la temperatura de almacenamiento, la humedad ambiental y el estrés mecánico.
Otra situación observada en los huevos de reproductoras son las deficiencias de pigmentación de la cutícula, las cuales también se asocian a una deficiente calidad de la cáscara. Entre las causas del problema se citan el estrés (por calor o manejo), problemas infecciosos virales, manadas viejas, exceso de vanadio en la dieta y tratamientos medicamentosos (sulfamidas y nicarbacina).
Imagen 3.Huevo deforme debido a reproductoras viejas.
En lo relativo al manejo del huevo después de la puesta es importante considerar que al recogerlo este ya tiene 24 horas de desarrollo, y que este desarrollo proseguirá en función de las condiciones ambientales (humedad y temperatura). El embrión es muy sensible a la temperatura de almacenamiento, la humedad ambiental y el estrés mecánico. Así que debe asegurarse un ambiente óptimo (almacenamiento en el cuarto frío y transporte en condiciones equivalentes) lo más rápidamente posible. Como también debe moverse con el mayor cuidado posible, desde su recogida hasta su llegada a la incubadora. Igualmente, la espera excesiva antes de iniciar su incubación también perjudica la incubabilidad, sobre todo en manadas de reproductoras jóvenes.
Aunque no se practique, el uso de programas de iluminación «ahemerales» (ciclos de luz-oscuridad superiores a un dia) ha mostrado ser eficaz en causar que el huevo pase un mayor tiempo en el útero, produciéndose así, huevos con cáscaras más gruesas.