Avianza, la Asociación Interprofesional Española de Carne Avícola, ha dado a conocer en la Conferencia Europea de Avicultura en Valencia, las principales conclusiones de su “Informe sobre el Impacto del sector de carne avícola de la propuesta de Reglamento relativo a la protección de los animales durante el transporte y las operaciones conexas”. Este reglamento modifica el Reglamento (CE) n.o 1255/97 del Consejo de la Unión Europea y deroga el Reglamento (CE) n.o 1/2005 del Consejo. Aunque pretende mejorar el bienestar animal, Avianza argumenta que no logra este objetivo y además tiene un impacto negativo en la sostenibilidad, afectando especialmente a España.
El análisis, que se ha enviado a la Comisión Europea y al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación del Gobierno de España, describe cómo esta normativa podría tener consecuencias desastrosas tanto para los consumidores como para el medio ambiente. A pesar de su intención declarada, el reglamento podría llevar a la desaparición de muchas granjas y empresas productoras del sector avícola en España debido a las nuevas restricciones que afectarían su viabilidad y competitividad.
El reglamento propone cambios como el rediseño de los contenedores de transporte, aumentando su altura y regulando la densidad de animales por contenedor. También se incrementaría el consumo de recursos como combustible y horas extras de transportistas, lo que podría elevar el riesgo laboral y la congestión en las carreteras. Además, se requerirían adaptaciones en las infraestructuras de procesamiento, tiempos de espera, entre otros.
Principales conclusiones del informe
Resolución de un Problema Inexistente:
El informe señala que las bajas en el transporte avícola en España son muy bajas, con un promedio del 0.3%. Esto indica que el reglamento actual ya asegura un alto nivel de bienestar animal. La propuesta no presenta un análisis de situación ni de impacto, abordando un problema inexistente en la realidad del sector.
Impacto Económico en el Consumidor:
La implementación de este reglamento tendría un fuerte impacto económico en el coste de la vida de los españoles, como se ha observado en otros países europeos donde las regulaciones de bienestar animal han triplicado, en algunos casos, el precio del pollo, como en los Países Bajos. El coste adicional de producción se estima en 361 millones de euros solo el primer año, con un incremento anual de 125 millones de euros debido a viajes adicionales, personal necesario y consumo de energía, sumando un total de 861 millones de euros en esta legislatura. Este aumento afectaría especialmente a las personas en situación de vulnerabilidad económica.
Riesgo para la Soberanía Alimentaria:
España es un exportador clave de genética avícola de alta calidad. Las nuevas restricciones propuestas pondrían en riesgo la capacidad de exportación, afectando la soberanía alimentaria de la UE y de los países abastecidos. Las empresas podrían verse obligadas a deslocalizarse fuera de la UE para mantener sus mercados, lo que también pondría en peligro la soberanía alimentaria europea. Esta deslocalización podría llevar al cierre de empresas y la entrada de producción de mercados no regulados.
Consecuencias Ambientales:
El reglamento propuesto aumentaría las emisiones de CO2, el consumo de agua y la huella de carbono del transporte avícola, reduciendo la sostenibilidad del sector. Esto contrasta con los objetivos de sostenibilidad y protección ambiental que la UE pretende promover. Un incremento del número de viajes (más del 65%) implicaría un aumento del 222% en las emisiones de gases de efecto invernadero.
Supuesto “Bienestar Animal”:
Las nuevas regulaciones podrían perjudicar el bienestar animal en lugar de mejorarlo. Mayor espacio entre animales durante el transporte podría aumentar el riesgo de lesiones y fracturas sin beneficios significativos. Transportar a los animales con menores densidades generaría huecos peligrosos en caso de frenadas, y la normativa sobre la altura podría provocar caídas de animales y fracturas. Comparativamente, esta medida sería como «quitar los asientos de un autobús para que las personas viajaran de pie por carretera», lo cual es muy peligroso.
Avianza reafirma su compromiso con el bienestar animal, la sostenibilidad y la seguridad alimentaria, pero insta a que cualquier nueva regulación se base en datos concretos y un análisis riguroso del impacto real en el sector y en los consumidores.