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Caso clínico de influenza aviar en ponedoras comerciales

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Influenza aviar en ponedoras comerciales, casos clínicos

La Influenza aviar (IA), es una enfermedad viral altamente contagiosa causada por el virus de la familia Orthomyxoviridae, del género Influenzavirus A.

Estos se clasifican según dos tipos de proteínas (antígenos) presentes en su superficie denominadas “hemaglutinina” (“H”) y “neuraminidasa” (“N”).

Se conocen 16 tipos de hemaglutinina (H1-H16) y 9 tipos de neuraminidasa (N1- N9).

El virus que está afectando este año de forma predominante en Europa y, que ha sido detectado en aves silvestres y algún caso en domésticas en España, es del subtipo H5N1.

Influenza aviar de baja patogenicidad e Influenza aviar de alta patogenicidad

Existen múltiples cepas del virus IA que se clasifican en dos categorías según la gravedad de la enfermedad en las aves:

Por parte de los Servicios Veterinarios Oficiales (SVO) se realiza una vigilancia activa y pasiva permanente de esta enfermedad tanto en explotaciones, como en el medio natural y se analizan tanto los virus de alta como los de baja patogenicidad.

Transmisión de la Influenza Aviar

La fauna silvestre aviar a través de sus rutas migratorias, juega un papel fundamental en la diseminación geográfica de la infección.

Actualmente, se habla de que la enfermedad ya se considera endémica en aves silvestres y por ello tenemos que extremar las precauciones.

Signos Clínicos de la Influenza Aviar

La IAAP tiene una letalidad tan elevada, que prácticamente no se detectan signos en los animales.

 

Caso Clínico

En el presente caso, en menos de 24 horas los animales pasan de estar enfermos a morir.

En ese período, se observa apatía, depresión y fiebre.

La enfermedad se detecta en una nave de la explotación con 0,102% de mortalidad total. Aunque es muy baja, cabe sospechar debido a que todos los animales enfermos de una zona mueren.

En este caso, en la misma nave se observan jaulas con un 100% de mortalidad frente a jaulas con 0% de morbilidad y por tanto un 0% de mortalidad.

Significa entonces que el paso de los primeros signos clínicos a la muerte es menor a 24h y, que los síntomas que describe la bibliografía (bajada puesta, bajada consumos, crestas cianóticas, secreción nasal, edema facial…) podrían corresponder más a IABP que a IAAP (en gallinas ponedoras que son muy sensibles).

La diseminación de la enfermedad nos demuestra que se transmite mucho más por contacto directo de los animales y por fómites, que por aire. Así, podemos evidenciar que en la nave dónde empezó el foco, se extendió mucho más lento que si la enfermedad fuese por aire.

Lesiones Influenza Aviar

Los protocolos sanitarios que seguimos en nuestras granjas cuando tenemos sospecha de enfermedad siempre van acompañados de necropsias con su correspondiente toma de muestras.

Las muestras son remitidas al Centro de Sanidad Avícola de Aragón y Cataluña (CESAC).

Las lesiones que encontramos en las necropsias se observan en las Imágenes 1,2,3,4 y 5.

 

Imagen 1. Esplenomegalia con punteado blanquecino

Imagen 2. Punteado multifocal blanquecino en hígados

Imagen 3. Asociado a los animales que presentaban diarrea, se observa enteritis con desprendimiento del epitelio y en algún caso presencia de sangre en contenido intestinal

Diagnóstico Diferencial

Se analiza la presencia de posibles patógenos para diferenciar patologías.

Bacteriología general

PCR

Resultados

Los resultados se comunican en menos de 24h desde la llegada al CESAC, y todo lo incluido en el diagnóstico diferencial no se detecta.

A falta de una parte del diagnóstico bacteriológico y viendo la evolución y conscientes de la situación actual de IA en España, junto al asesoramiento técnico y patológico del CESAC, se decide notificar a la Oficina Comarcal de Veterinaria y al Servicio de Sanidad Animal de la consejería una posible sospecha de IA o de Enfermedad de Newcastle (EN).

La consejería autoriza al CESAC a analizar las muestras de hisopos traqueales y cloacales por PCR.

Desde la granja se decide llamar a todos los ganaderos de la zona y empresas relacionadas epidemiológicamente con la explotación para informar de la situación y poder tomar las medidas necesarias en cada caso.

En 24h y después de la paralización de la explotación, es el Laboratorio Central de Veterinaria de Algete el que confirma de manera oficial la detección del virus de la IA y confirma que se trata de una cepa de IAAP subtipo H5N1. A partir de este momento se procede a la despoblación total de la explotación.

Evolución Clínica

Los SVO tienen la obligación, junto con los ganaderos y veterinarios de explotación, de realizar una encuesta epidemiológica para esclarecer el origen del foco. Actualmente, se mantiene bajo estudio.

Medidas adicionales de la zona

En el momento de la declaración de la enfermedad se establecen unas normas por parte de los SVO.

En estas zonas se aplican diferentes medidas:

Todas estas medidas se mantienen mínimo durante 21 días después de que la granja infectada haya efectuado las tareas preliminares de limpieza y desinfección.

PUNTOS CLAVE QUE AFECTAN A LA IA

Bioseguridad

Detección del virus

Formación personal

Enemigo común estrategia conjunta

La única estrategia para que después de un foco el virus no se propague, es la lucha conjunta.

LAS MEDIDAS QUE SE PUEDAN APORTAR A TRAVÉS DEL SECTOR SON FUNDAMENTALES PARA LA ELIMINACIÓN RÁPIDA DEL VIRUS.

Protocolos de actuación

Es importante llevar a cabo protocolos de actuación para el personal interno, pero, sobre todo, para personal y empresas externos que trabajaran durante la despoblación y el vacío sanitario.

Aportar protocolos a las empresas externas y comprobar que los siguen para evitar la diseminación.

Planificación de la matanza

Vacunación

En España se encuentra prohibida la vacunación prohibida la vacunación de aves domésticas contra la enfermedad.

Se dispone de un Plan de Vacunación de emergencia, que detalla los requisitos que habría que cumplir. Se emplearía como método de control o lucha contra la influenza, y deberían ser aprobados por la Comisión Europea.

IA en humanos

No supone ningún riesgo para la seguridad alimentaria.

El potencial zoonótico es muy bajo y solo puede darse en contacto directo con aves infectadas, cuando el contacto es muy prolongado y no se disponen de las medidas de protección adecuadas.

Conclusiones

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