El Centro de Empresas Procesadoras Avícolas, CEPA, presentó oficialmente su Primer Informe de Pollo Entero: Inventario de Ciclo de Vida 2024, un estudio pionero que marca un antes y un después en la industria avícola argentina.
- Por primera vez, se ha realizado una evaluación completa de la huella ambiental de la carne de pollo producida en el país, con un enfoque integral y técnico. Este documento constituye una herramienta clave en el camino hacia una producción más sustentable, eficiente y transparente.
Durante la presentación del informe, el ingeniero Carlos Sinesi, Director Ejecutivo de CEPA, expresó:
“Este informe es un testimonio del compromiso de la industria avícola argentina con la producción sostenible y la transparencia. Comprender en profundidad la huella ambiental del sector nos permite estar mejor preparados para implementar mejoras significativas, optimizar procesos y contribuir a un futuro alimentario más responsable”.
UN ANÁLISIS DE “CUNA A TUMBA”
El estudio, desarrollado bajo las normativas internacionales ISO 14040 y 14044, abarca toda la cadena de valor del pollo entero producido en Argentina durante el período 2023-2024.
- Esto incluye desde la producción de granos para alimentación animal hasta la llegada del producto final a los hogares de los consumidores. Este enfoque, conocido como “de la cuna a la tumba“, permite identificar con precisión las etapas del proceso productivo que generan mayor impacto ambiental.
La investigación fue una actualización y ampliación del análisis previamente realizado por el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) en 2021, incorporando nuevos datos y métodos para reflejar con mayor exactitud la realidad del sector avícola argentino actual.
PRINCIPALES HALLAZGOS DEL INFORME
Entre los resultados más relevantes del estudio se encuentra la identificación de los puntos críticos en la huella ambiental del pollo. Uno de los principales factores de impacto se encuentra en la producción del alimento balanceado destinado a las aves. Este insumo representa una parte considerable de las emisiones totales de gases de efecto invernadero (GEI).
Asimismo, el estiércol generado por los pollos parrilleros en la etapa primaria del ciclo productivo contribuye significativamente a la huella de carbono del producto. Por otro lado, durante la fase de consumo, se determinó que la energía empleada por los consumidores para conservar y cocinar el pollo también representa una proporción importante del impacto ambiental total.
- Estas conclusiones permiten al sector avícola priorizar acciones correctivas e impulsar innovaciones en aquellas fases donde se concentran los mayores desafíos ambientales.
ALTA EFICIENCIA PRODUCTIVA COMO VENTAJA AMBIENTAL
Uno de los aspectos positivos resaltados por CEPA en el informe es la eficiencia del sistema productivo avícola argentino. La industria local se destaca por su alta capacidad de conversión de alimento en carne, lo cual se traduce en una menor huella ambiental por cada kilogramo de pollo producido.
Esta eficiencia es resultado de años de mejora genética, nutricional y de manejo, y representa una ventaja competitiva para el sector, tanto en el mercado interno como en los mercados de exportación.
- CEPA subraya que la optimización constante de los indicadores de eficiencia es una prioridad estratégica, ya que permite avanzar en sostenibilidad sin comprometer la competitividad.
MÁS QUE UN DIAGNÓSTICO: UNA HOJA DE RUTA PARA EL FUTURO
El Inventario de Ciclo de Vida 2024 no se limita a ofrecer una radiografía de la situación actual. El informe es también una herramienta práctica para la toma de decisiones, la implementación de mejoras y la innovación continua.
“Continuaremos trabajando en colaboración con todos los actores de la cadena para reducir nuestro impacto y asegurar que el pollo argentino siga siendo una opción saludable y sostenible para los consumidores”, afirmó Sinesi.
Además, indicó que el informe será actualizado anualmente, con el fin de reflejar la evolución de las prácticas productivas y los avances tecnológicos en materia ambiental.
HACIA UNA INDUSTRIA MÁS TRANSPARENTE Y COMPETITIVA
El estudio también busca fortalecer la posición del pollo argentino en los mercados globales. Al contar con datos ambientales rigurosos y verificables, las empresas del sector pueden responder con mayor solvencia a las exigencias de los consumidores, tanto nacionales como internacionales, cada vez más interesados en el origen y el impacto de los alimentos que consumen.
La publicación de esta informe marca un hito importante en la historia de la avicultura nacional. Sienta las bases para un diálogo más profundo entre empresas, consumidores, organismos técnicos y autoridades sobre el papel que debe jugar el sector en la transición hacia un modelo alimentario más responsable, resiliente y sostenible.
Fuente: Con información del medio El Clarín, Argentina.