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La clasificación de los huevos incubables nos ayuda a identificar problemas o posibles faltas de eficacia en las granjas de reproductoras, además los resultados de una planta de incubación dependen en gran medida de la calidad de los huevos incubables que reciben, por eso definir y clasificar estos huevos puede ayudarnos a mejorar los resultados de la incubadora.
Porcentaje de huevos incubables
La manera más frecuente de llevar a cabo la clasificación de los huevos de las reproductoras es el porcentaje de huevos incubables respecto al total de huevos, siendo el primer paso para saber si tenemos un aprovechamiento correcto, que dependerá de:
- Equipamiento
- Condiciones de manejo de la granja de reproductoras
- Estirpe genética
Clasificación de huevos no incubables
- Huevos de doble yema
- Huevos deformes
- Huevos rotos
- Huevos muy sucios
- Huevos pequeños
Los valores objetivos de los incubables están entre el 94% y el 97% y cuando no se alcanzan estos valores es necesario hacer una buena clasificación de los huevos no incubables para identificar las posibles causas de esta falta de aprovechamiento
Huevos de doble yema
Los huevos de doble yema o huevos dobles pueden suponer importantes pérdidas económicas debido a que no se pueden obtener pollitos después de ser incubados. Los huevos dobles en lotes de reproductoras pesadas son considerados normales pero siempre dentro de unos límites.
- Se considera normal no sobrepasar el 3,5% de huevos de doble yema en semanas cercanas al pico de puesta.
- Una vez alcanzado el pico máximo de huevos de doble yema, el porcentaje deberá ir descendiendo progresivamente hasta estabilizarse en valores inferiores al 0,2% a partir de las 37 semanas de vida.
- En condiciones normales, se pueden observar 6 ó 7 folículos amarillos de tamaño creciente.
- Cada folículo de mayor tamaño envía señales hormonales a folículos de menor tamaño para evitar que el desarrollo de cada uno de ellos sea excesivo.
Factores que favorecen la aparición de huevos de doble yema
- Exceso de proteína desde las últimas semanas de recría hasta la aparición de los primeros huevos.
- Subidas fuertes de pienso –normalmente superiores a 4 gramos/semana– desde la fotoestimulación hasta el inicio de la puesta.
- Programas de luz muy agresivos aplicados a lotes con sobrepeso en el momento de ser fotoestimulados.
Huevos deformes
En la clasificación de huevos deformados incluimos los huevos redondos y elongados, los aplastados por una de sus caras y cáscaras con surcos y rugosas.
Es muy difícil obtener pollitos viables de huevos deformes, principalmente porque:
- La cámara de aire es inapropiada para realizar una respiración correcta
- El espacio para que el embrión se desarrolle es insuficiente.
El porcentaje de huevos deformados aumenta desde el inicio hasta el pico de puesta, con un máximo del 0,8%. A partir del pico de puesta, el número de huevos deformados es inferior al 0,2%. La variabilidad respecto al porcentaje de huevos deformados, en muchos casos, no tiene relación con las condiciones ambientales, de manejo o nutricionales de las aves, si no que depende del criterio de la persona que recolecte los huevos.
Factores que favorecen la aparición de huevos deformados
- Huevos elongados y redondos: Suelen aparecen a inicios de puesta, como consecuencia de las primeras ovulaciones y calcificaciones irregulares. Variabilidad individual de las aves.
- Huevos con fisuras o engrosamientos centrales de la cáscara: Aparecen tras la rotura del huevo en el interior del oviducto durante la calcificación. Esta rotura se vuelve a calcificar pero con menor calidad de cáscara. El estrés de las aves durante la calcificación del huevo puede provocar esta rotura.
- Huevos aplastados por una de sus caras: Son consecuencia de dos ovulaciones consecutivas. Cada uno de los huevos permanece junto al otro en el oviducto en el momento de la calcificación, lo que tienen como consecuencia una mayor deformación y fragilidad de la cáscara del lado aplanado.
- Huevos con cáscaras rugosas: Suelen aparecer después de procesos patológicos como Bronquitis infecciosa, Micoplasmosis o Laringotraqueítis. Los huevos con cáscaras rugosas también son consecuencia de alteraciones en el oviducto o nutricionales que conllevan a malas calcificaciones no relacionadas con problemas infecciosos.
Huevos rotos
Una de las principales causas de descarte de huevos incubables son los huevos rotos. Aunque el objetivo es tener ≤ 0,5% de huevos rotos, en algunos casos se puede llegar tener hasta el 5%. Si bien las gallinas reproductoras jóvenes suelen tener alrededor del 0,2% de huevos rotos, con la edad, aumenta el tamaño del huevo y disminuye la absorción intestinal, empeorando la calidad de la cáscara y favoreciendo de manera natural el aumento de roturas, superando en algunos casos el 0,5% diario.
Factores con mayor influencia en la rotura de huevos
Sin tener en cuenta problemas patológicos:
- La calidad de cáscara
- El manejo del ponedero y sistema de recogida
- El tamaño del huevo
- El estado de confort de las gallinas
Calidad de la cáscara
La calidad de la cáscara viene determinada por el equilibrio entre calcio, fósforo y vitamina D. Las necesidades de una hembra en la fase de producción son entre 4,7 a 4,9 gramos de calcio, y de 500 a 600 mg de fósforo disponible por día. La cantidad de calcio en un huevo es prácticamente constante, aproximadamente 2g de calcio y por ello a mayor tamaño del huevo el espesor de la cáscara disminuye, lo que favorece la posibilidades de roturas y fisuras
Es importante controlar el tamaño del huevo y evitar un exceso de peso al final de la vida de las reproductoras
Partículas de piedra caliza
El tamaño de las partículas de piedra caliza –Limestone– que se utilizan para aportar el calcio tiene una influencia en la disponibilidad del calcio para la calcificación de la cáscara. Piedra caliza fina. tiene una buena solubilidad; sin embargo, está durante poco tiempo en el tracto digestivo de las aves por su alta velocidad de tránsito.
Piedra caliza gruesa, está retenida más tiempo en la molleja por su menor solubilidad y aumenta la acción del ácido clorhídrico digestivo, permitiendo la liberación progresiva de calcio en el tracto digestivo, principalmente durante la noche, lo que contribuye a la mejor calcificación de la cáscara durante la noche, que es el momento de su formación.
Lo ideal sería utilizar el 50% de la fuente de calcio en la dieta con una partícula fina (0,2 mm) y el 50% del calcio con una partícula gruesa (> 4 – 5 mm), sobre todo en piensos en forma de harina. Si se peletizan las dietas es más difícil utilizar las partículas gruesas, se podría reducir el porcentaje de calcio de partículas gruesas (30%) o utilizar un tamaño medio de calcio (2mm). El uso de las fitasas en el pienso permite la liberación de fósforo desde los fitatos y también del calcio que está ligado a los fitatos. Este calcio y fósforo liberado y disponible para la gallina debe tenerse en cuenta con respeto a las recomendaciones
Los niveles recomendados de vitamina D es de 3000 UI y la forma más efectiva de ofrecer la actividad de vitamina D3 tanto en condiciones normales como de estrés para aves es en la forma de Hy-D o 25 Hidroxi Vit D.
Altos niveles de magnesio y cloro, deficiencia de manganeso y mala calidad de la grasa también interfieren con la calidad de la cáscara, ya que interfieren en el balance electrolítico y pueden afectar el movimiento intracelular del Ca y el P
El estado de confort de las gallinas
Cualquier situación de estrés afecta la calidad de la cáscara y entre los factores que más afectan está el estrés térmico.
- Se ha demostrado que el estrés térmico provoca jadeo y alcalosis respiratoria, incrementándose la frecuencia respiratoria, junto a la disminución del CO2 en el torrente sanguíneo de la gallina, elevándose el pH en sangre, con la consiguiente pérdida de agua a nivel tisular –Ajakaiye et al., 2010a–.
- Asimismo, el riñón elimina más bicarbonato para restaurar el pH normal en sangre; por ello, al haber concentraciones bajas de calcio y bicarbonato se limita considerablemente el intercambio iónico en el útero de las aves, contribuyendo a reducir la disposición de calcio en la cáscara –Ebeid et al., 2012–.
El manejo del ponedero y sistema de recogida
Durante la recogida de los huevos hay que evitar que se puedan golpear tanto al acumularse en la plataforma o mesa donde se colocan en las bandejas de incubación, como en el sistema de recogida automático al pasar de la cinta del ponedero a los diferentes tramos de transportadores.
Huevos muy sucios
Junto con los huevos rotos, los huevos sucios son la principal causa de descarte de huevos. El porcentaje objetivo está entre el 1 y el 2% pero este porcentaje puede llegar a ser mucho más alto.
- Cuando el porcentaje es bajo se deben rechazar ya que la carga microbiana es alta y compromete la calidad microbiana del pollito de un día.
- Cuando el porcentaje de huevos en el suelo es muy alto y sea necesario utilizarlos, solo se deben coger los más limpios sin restos de materia orgánica.
- Los huevos de suelo nunca pueden clasificarse como huevos limpios, incluso aunque la apariencia sea de un huevo limpio. Debemos clasificarlos como huevos pseudolimpios y manejarlos aparte.
Huevos pequeños
El porcentaje de huevos pequeños debe estar alrededor del 1% aunque puede variar entre un 0,6 y un 2%, dependiendo del peso mínimo que determine la sala de incubación. El tamaño mínimo de los huevos es de 50 gramos, pero podría variar entre 48 y 52 gramos en función de las necesidades de la incubadora y las condiciones de las granjas de alojamiento. El tamaño del huevo incubable es el principal factor que afecta al tamaño del pollito, que es normalmente un 66-68% del peso del huevo incubable al nacimiento
- Así huevos de 60 gramos nos darán pollitos con un promedio de 40 gramos pero que todavía pueden llegar a perder unos 2 gramos en el momento de alojamiento en granja.
- Una buena clasificación del huevo en función del peso nos ayudará a tener pollitos uniformes y mejores arranques.
La edad y el peso de las reproductoras al inicio de puesta también van a tener una gran influencia en el porcentaje de huevos pequeños. Los lotes que inician la puesta muy pronto con menor peso corporal suelen tener un número elevado de huevos pequeños y un mayor retraso en conseguir alcanzar el peso estándar de huevo que le correspondería con la edad. El peso del huevo es un reflejo del peso de la gallina. Los lotes que retrasan el inicio de puesta y el peso corporal de la gallina es mayor, prácticamente no tienen huevos pequeños.
El racionamiento de las reproductoras y los niveles nutricionales del pienso también tienen influencia en el tamaño del huevo, así niveles bajos de energía y proteína en el pienso o retrasos en la subida de pienso pueden aumentar el número de huevos pequeños. Entre los nutrientes que más influencia tienen en el peso del huevo está el ácido linoleico, aminoácidos esenciales como la metionina, y el nivel de proteína y energía.