Entendiendo el comportamiento animal Volver a ser granjeros
Durante años hemos “domesticado” a las gallinas condicionando su comportamiento natural para facilitar su manejo en cautividad y mejorar su productividad, llegando a su explotación en jaulas de reducido tamaño. En la actualidad, movidos por la demanda de los consumidores, y para mejorar el bienestar animal, hemos de volver a atrás, sacar a las gallinas de las jaulas y recuperar antiguos sistemas de cría. En realidad vamos a utilizar todo nuestro conocimiento técnico para conseguir producciones rentables, sin embargo, será preciso que volvamos a entender el comportamiento de las aves en condiciones de semilibertad
En otras palabras, deberemos volver a ser granjeros…
El alojamiento de las ponedoras en aviario les permite interactuar entre ellas y con su entorno expresando comportamientos diferentes a los que tienen en jaulas. Hemos de entender estos comportamientos para diseñar adecuadamente las instalaciones, alimentar a los animales y poder obtener producciones similares a las que teníamos con los alojamientos clásicos
¿Tienen diferentes necesidades las gallinas en los aviarios?
Genéticamente las gallinas utilizadas para producción en aviario o en jaula son prácticamente idénticas, aunque las diversas empresas de genética ya han empezado a seleccionarlas teniendo en cuenta el sistema de producción. Los objetivos productivos son los mismos y la composición del huevo también, por lo que las necesidades nutricionales para producción son similares. Lo que cambia claramente son las necesidades de mantenimiento.
La mayor actividad física de las gallinas alojadas en aviarios, que han de moverse en la nave para buscar la comida, el agua o el nidal, además de interactuar con el resto de las aves, incrementa al menos en un 10 % sus necesidades, especialmente en energía. Este aumento puede ser mayor si las condiciones de temperatura o la calidad del plumaje no son las idóneas. Para cubrir sus necesidades energéticas las gallinas en aviarios han de aumentar los consumos de pienso, lo cual no siempre es suficiente y dependerá de la recría de la gallina y de la estructura y composición del pienso.
Objetivo: Recriar pollitas robustas
Si siempre ha sido importante una buena recría para una puesta productiva, y la recría hay que considerarla como una inversión que se recupera durante la producción, en el caso de gallinas alojadas en aviarios es especialmente importante.
Hemos de hacer las recrías dirigidas a producir gallinas que puedan comportarse adecuadamente en un aviario, por lo tanto, la recría también ha de hacerse en instalaciones especiales. Las aves han de poder moverse libremente y aprender a buscar la comida y el agua antes de ir al aviario definitivo.
El desarrollo de la pollita durante la recría no es lineal ni homogéneo
Influencia de la recría en los parámetros productivos
El peso de las pollitas a distintas edades está correlacionado con los parámetros productivos. A las cinco semanas, período de desarrollo orgánico, vemos una fuerte correlación con los índices de puesta temprana (20 a 24 semanas) y tardía (68 a 72 semanas), así como con el número de huevos producidos y la supervivencia de los animales. El peso a las 10 semanas, más o menos al 50 % del peso adulto, tiene una correlación positiva con el inicio de la puesta pero no tanto con la producción total.
Conseguir los estándares de peso en las primeras 5 semanas va a ser muy importante para el resultado final del lote.
Deberemos controlar los pesos desde la llegada de las pollitas a la nave de recría para comprobar que mantienen la curva de crecimiento deseada
Dada la importancia del peso en las primeras semanas hemos de prestar atención al consumo en los primeros días de vida, empezando por la recepción de los animales. Aunque las aves mantienen parte del saco vitelino y pueden pasar hasta 48 horas sin comer después del nacimiento, cuanto antes empiezan a ingerir pienso y agua, antes reabsorben el saco. La recepción de las pollitas es crítica, no solo la temperatura ha de ser la adecuada para mantener un nivel alto de actividad (en exceso se deshidratan y si hace frío bajan la actividad y no comen) sino que hay que asegurarse un fácil acceso al pienso y al agua desde su llegada.
Una buena práctica es aumentar la intensidad de la luz y mantener la luz 24 horas encendida durante los dos primeros días para aumentar la actividad de las aves.
Un mal arranque no solo da pollitas con menos peso, sino que desiguala gravemente los lotes, lo que puede llegar a mantenerse a lo largo de su vida productiva
Estructura del pienso
Un factor fundamental para asegurarse un buen consumo de pienso durante toda la vida de la gallina, desde el primer día de vida hasta el final de la puesta, es controlar la estructura del pienso. Las gallinas son aves granívoras y el tamaño de las partículas del alimento es esencial, tanto para asegurar el consumo como para mejorar la digestibilidad de los alimentos ingeridos. Las pollitas de un día necesitan ingerir partículas finas, pero no polvo, siendo ideal utilizar piensos en migas finas durante las primeras semanas. De esta manera nos aseguramos un tamaño de partícula ideal. Si las partículas son muy finas comen poco y si son demasiado gruesas no pueden ingerirlas.
A medida que la edad, y el tamaño, de las pollitas aumenta deberemos incrementar el tamaño de partícula. Cuando se valora la ingestión voluntaria de piensos con distintos tamaños de partícula vemos como en las primeras edades las pollitas seleccionan las partículas más pequeñas y, posteriormente, prefieren las gruesas.
Además, las partículas gruesas tienen un efecto positivo en el peristaltismo intestinal y la salud digestiva, haciendo trabajar a la molleja y mejorando la digestibilidad del alimento. Los piensos con moliendas groseras y homogéneas además evitan que los animales seleccionen y mejora la homogeneidad de los lotes.
Para conseguir moliendas con tamaños de partícula adecuados es crítico el tipo de molinos utilizados, los molinos de martillos tradicionales tienden a dar partículas muy finas y muy gruesas, sin tamaños intermedios.
Uniformidad a las 16 semanas
Como podemos comprobar en el cuadro presentado anteriormente, la homogeneidad del lote a las 16 semanas tiene una alta correlación con la producción de huevos a las 60 y 72 semanas. Conseguir que todas las pollitas de un lote tengan pesos similares y uniformidades superiores al 85 % es crítico cuando hablamos de aviarios. Al interactuar más las gallinas entre ellas, cuando hay diferencias de peso estas se incrementan y conseguir lotes homogéneos es más difícil.
El control semanal del peso es fundamental para poder corregir las desviaciones durante la recría dado que en la puesta es mucho más difícil
Dos comidas al día
Una buena práctica para mejorar la uniformidad es la administración de dos comidas diarias a las aves con un período intermedio de descanso que permita vaciar los comederos. Si observamos el consumo voluntario de las gallinas veremos que el 40% del consumo de pienso es por la mañana y el 60 % por la tarde. Si mantenemos pienso permanentemente en los comederos no solo no estimulamos el consumo, sino que favorecemos que los animales elijan las partículas más apetecibles y el resto se acumule sin consumirse.
La práctica correcta es dar una comida por la mañana y otra por la tarde. La última pasada de pienso debería ser 2 o 3 horas antes de apagar la luz para que todas las gallinas puedan consumir pienso sin restricción y quede pienso en el comedero para el día siguiente. En el centro del día dejaremos varias horas sin pienso para que apuren los comederos. Esta práctica facilita el consumo rápido del pienso, desarrolla el buche y la molleja y mejora la homogeneidad de los lotes.
La calidad del plumaje en las ponedoras, especialmente cuando se alojan en aviarios, es de gran importancia. Las plumas suponen un aislamiento natural frente a la pérdida de calor. Cuando la cobertura de plumas del animal es mala este va a tener mayor pérdida de calor y, por consiguiente, mayores necesidades energéticas.
Si el consumo de pienso se encuentra cerca de la máxima capacidad de ingestión de la gallina entonces habrá una merma en el tamaño del huevo e incluso descenso de la puesta. Además, la calidad de la pluma es un indicador del bienestar de la gallina, empeorando si hay alguna deficiencia nutricional y, sobre todo, en casos de picaje y canibalismo.
Para conseguir la máxima calidad de emplume hemos de cuidar especialmente el aporte de aminoácidos. A las 10 semanas se produce la muda y aumentan las necesidades de aminoácidos azufrados.
Cualquier deficiencia de los mismos puede dar lugar a problemas posteriores. También podemos ver una influencia positiva entre el contenido de fibra del pienso, especialmente al final de la recría, y la calidad del plumaje.
Niveles de fibra por encima del 5-6 % mejoran la sensación de saciedad de los animales reduciendo el picaje. Además, ayudan a aumentar el consumo de pienso y la capacidad del buche durante las últimas semanas de recría, mejorando la capacidad de ingestión, lo que será importante durante la puesta.
Utilización del pienso prepuesta
Para facilitar la transición del período de recría al de puesta deberemos utilizar un pienso de prepuesta. Los piensos de recría tienen niveles de calcio bajos (alrededor del 1 %) mientras que los de puesta tienen entre el 3,5 y el 4 %. Durante las dos semanas (16 a 18 semanas de vida) que podemos considerar como período prepuesta se va a desarrollar el aparato reproductivo para iniciar la puesta y se formará el hueso medular, almacén de calcio de fácil movilización para la formación de la cáscara. Es por ello por lo que es conveniente utilizar un pienso intermedio que facilite la asimilación y almacenamiento del calcio, pero sin frenar el consumo de pienso. El consumo recomendado será de 1 kg por animal durante estas dos semanas, debiendo pasar al pienso de puesta una vez que esta se inicie (1-3 % de puesta) para evitar descalcificaciones en los animales más precoces
Conclusiones
Las gallinas alojadas en aviario tienen comportamientos que las diferencian de las gallinas en jaula. Hemos de observar su conducta y volver a ser granjeros.
La recría es crítica para conseguir una puesta larga y productiva. Hemos de recriar pollitas robustas.
La ingestión de energía a menudo es un factor limitante. Hay que asegurar el consumo de pienso.
La recría no dura 18 semanas, continúa hasta las 30. Uniformidad y calidad del plumaje son factores a tener muy en cuenta para conseguir buenos resultados.