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Cloración para la desinfección

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Por Jose Luis Valls García, Veterinario Asesor Avícola.

Se puede emplear gas cloro, pero normalmente se emplea hipoclorito de sodio ( lejía ) por su mayor facilidad de almacenamiento y dosificación. En algunos casos se emplean otros compuestos clorados, como dióxido de cloro o hipoclorito de calcio.

Cuando se agrega cloro al agua la acción desinfectante y sanitaria que resulta es efectuada mediante un agente químico intermedio, el “Ácido Hipocloroso”.

El cloro y el agua reaccionan para formar el ácido hipocloroso de acuerdo con la ecuación de equilibrio de la figura 1. El ácido hipocloroso HOCL es el que realmente mata los microorganismos presentes en el agua cruda.

Figura 1. Reacción entre agua y cloro para formar ácido hipocloroso

El notable poder bactericida del ácido hipocloroso se atribuye a su capacidad de difundirse a través de las paredes de las células y de llegar así a las partes vitales de la célula bacteriana. 

El cloro residual es el término que se aplica al cloro disponible que permanece después que la demanda de cloro (cantidad de cloro requerida para destruir las bacterias y la materia orgánica) ha sido satisfecha. La presencia de cloro residual disponible en una fuente de agua es un seguro contra la nueva contaminación.

El pH es el factor con mayor influencia sobre la actividad biocida del cloro

La cloración conlleva también un control biológico y químico. Con respecto al primero, hay que señalar que su acción germicida elimina bacterias, mohos y algas, controlando los microorganismos.  La cloración permite el control del gusto y de los olores reduciéndolos, esto se debe a que el cloro  oxida sustancias que se presentan naturalmente, como las secreciones de algas malolientes y olores de vegetación que se encuentra en proceso de descomposición; el cloro le otorga al agua atributos inodoros y modifica favorablemente su sabor.

Gráfico 1. Actividad biocida del cloro en función del pH (M. R. Bartier)

El pH es el factor que mayor influencia tiene sobre la actividad biocida del cloro. Poder que depende mucho de su no disociación en soluciones acuosas que están directamente relacionadas con el pH.

Un aumento del pH disminuye sustancialmente la actividad del cloro y una disminución del pH aumentará ésta actividad en la misma proporción.

A un pH menor de 6 la presencia de HClO (ácido hipocloroso) es de cerca del 100% y por lo tanto, es un punto en el cual el sanitizante logra su máxima eficiencia. Cuando el pH es de 7 se pierde un 25% de la actividad biocida del ácido hipocloroso y si el pH es de 8, ésta actividad disminuye hasta el 75%, comprometiendo enormemente su acción biocida.

El efecto virucida del cloro libre disponible se ve afectado por el pH de la misma manera que en la acción biocida.

Hoy en día sabemos que el cloro no es el producto sanitizante que reúne las mejores características para aplicarse. Pero tiene un bajo costo, es mensurable, permanece en el agua como un residuo de seguridad, es activo contra las esporas, virus e incluso protozoarios, está al alcance de todos y su aplicación es sencilla y práctica. Sin embargo, el desconocimiento de las características de aplicación del producto puede inducir a errores y en consecuencia, obtener resultados no esperados con graves pérdidas.

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