Los programas vacunales en matrices, que son las generadoras de los pollitos de un día que van a habitar las granjas de producción de pollos de corte, contribuyen no solo para mantener las aves libres de enfermedades, sino también para ofrecer más inmunidad a la progenie. O sea, antes incluso del pollito nacer, la producción avícola se preocupa por la salud animal y consecuente con la calidad de los alimentos. Pero escoger el correcto programa vacunal depende de varios factores, inclusive puede cambiar por cuenta de la localización de la granja.
La médica veterinaria y gerente de Servicios Técnicos de Cobb-Vantress para Ecuador, Yénifer Torres, orienta para que se haga diagnóstico integral antes de construir un programa vacunal. Eso, de acuerdo con ella, se divide en cuatro factores: los inherentes a las aves, los inherentes al estatus sanitario de la propiedad y a las condiciones ambientales, además de aquellos referentes al manejo y los que se refieren a los factores nutricionales.
Los inherentes a las aves son “edad, sexo, función zootécnica, estado de producción y trastornos genéticos y hereditarios”, destacó en webinar promovido por Cobb, una de las líderes mundiales en genética avícola. Sobre estatus sanitario y condiciones ambientales, destacó que es preciso tener atención a agentes infecciosos, señales de lesiones, localización de la granja, respuesta a la terapia y condición epidemiológica en la región donde la granja está insertada. Sobre factores nutricionales, resaltó la importancia de dar atención a las toxinas y anti-metabólicos, además de deficiencias en el balance nutricional. Además de eso, antes de introducir un programa vacunal es preciso mirar para el manejo. En ese sentido, el productor debe estar consciente “sobre programas de bioseguridad, programa de alimentación, terapias de prevención y tratamiento, además de ventilación, humedad y temperatura”, defendió Torres.
La especialista explica que en la primera aplicación, la ave desarrolla la respuesta inmune primaria, pero es necesario estimular la creación de células de memoria con una segunda aplicación y así garantizar la producción necesaria de anticuerpos. Así, el ave tiene una segunda respuesta inmune. “Hay vacunas que necesitan ser aplicadas hasta cuatro veces”, dijo Torres. Ella destaca la importancia de aplicar la vacuna en los días exactos. Hay incluso vacunas aplicadas en masa, mezclada al agua de bebida o con spray (aerosol), además de la propia vacunación en huevo: o sea: el futuro pollo ya eclosiona inmune a algunas enfermedades.
Programas de vacunación
De acuerdo con ella, entre los propósitos de la vacunación, además de evitar mortalidad y enfermedades, protege el sistema inmune, reduce infecciones secundarias, disminuye los desafíos sanitarios a campo, además de prevenir pérdidas económicas. La médica veterinaria destacó aun las ventajas y desventajas de dos tipos de programa; aquellos solo con vacunas vivas y otros con vivas e inactivadas, además de manejo de las propias vacunas, que necesitan un buen sistema de refrigeración y espacio para buena manipulación. “Necesitamos monitoreo de temperatura (en los refrigeradores), un sistema de alerta caso haya problema y un plan de contingencia”, orientó.
Torres destacó en la conferencia on-line con la participación de centenas de profesionales de varios países de América del Sur, la importancia del buen manejo en situaciones, por ejemplo, de aplicación subcutánea, de ave en ave. En video, presentó lo que ella considera ideal, que es un sistema automático, donde las aves tienen menos contacto con las personas.
Aun, alertó que es preciso “mantener una lectura real” del perfil serológico, con monitoreo de todos los aspectos involucrados en el diagnóstico integral antes de desarrollar un programa vacunal. “Debe haber buena rastreabilidad para que se cumplan todos los protocolos que están interrelacionados (con la vacunación), para que tengamos éxito en el control de enfermedades”, orientó Torres en conclusión.