- La coccidiosis y los sistemas de producción favorables al bienestar de las gallinas ponedoras. Una nueva conexión
La última década ha sido sin duda la más revolucionaria de la historia en lo que respecta al bienestar animal en la industria avícola. Muy probablemente sea el sector del huevo el que ha sufrido un mayor impacto derivado de estas medidas.
En Europa, donde los consumidores son más exigentes, los países han optado claramente por la producción sin jaulas. Por ejemplo, en los Países Bajos, Alemania, Austria y Suecia toda o casi toda la producción se lleva a cabo en sistemas sin jaulas, de acuerdo con lo que demanda el consumidor. La prevención de la coccidiosis en estos sistemas es ya uno de los numerosos problemas que los productores de huevos deberán resolver a corto plazo. La mayor prueba de esta nueva situación es que la vacunación contra la coccidiosis en gallinas ponedoras ha aumentado considerablemente en la UE, pero también en otros países.
¿Pero por qué ocurre esto y qué ha cambiado con respecto a la situación anterior?
La respuesta es sencilla, pero no está exenta de dificultades. Es sencilla porque la coccidiosis aparece en cualquier lugar donde las aves tienen la oportunidad de entrar en contacto con sus heces y picotearlas. Es evidente que esto es lo que ocurre con las gallinas criadas en suelo o en aviarios, donde se crían total o parcialmente en el suelo.
Sin embargo, también podría ocurrir con gallinas criadas en jaulas enriquecidas, ya que parte de las heces se acumulan en algunas zonas de la jaula, como los nidos, y no caen a la cinta de recolección de estiércol que pasa por debajo de la jaula.
Es por esta razón que actualmente hay que trabajar en la prevención de la coccidiosis en los tres sistemas de producción mencionados:
- Cría en suelo
- Cría en aviarios
- Cría en jaulas enriquecidas
Hay que decir además que el uso de anticoccidiales para prevenir la coccidiosis en gallinas ponedoras es esporádico, ya que tienen que utilizarse de manera constante durante casi todo el periodo de cría, y no se ha demostrado que este método sea eficaz y rentable al final. Por el contrario, es un hecho reconocido que la vacunación es la estrategia de prevención más conveniente en gallinas ponedoras, ya que una sola vacunación puede proteger a las aves durante toda su vida, siempre que se cumplan ciertas condiciones.
Elección de la vacuna
En relación con el tipo de vacuna a utilizar, hay que tener en cuenta dos aspectos esenciales:
Grado de atenuación
- Las vacunas vivas no atenuadas están elaboradas con parásitos que mantienen su virulencia natural.
- Las vacunas vivas atenuadas están diseñadas específicamente para generar una respuesta inmune limitando el peligro de que se desencadenen episodios adversos y sitúan a las aves en mejor disposición para alcanzar los objetivos de uniformidad y peso
Inmunomodulación
Este es un nuevo concepto que se ha introducido recientemente en las vacunas vivas contra la coccidiosis. Sabemos que las vacunas contra la coccidiosis pueden generar una potente inmunidad protectora tras la ingestión y el reciclado de los ooquistes de la vacuna en la cama. Sin embargo, a menudo este reciclado puede verse entorpecido por varios factores:
- La sequedad de la cama
- Densidades bajas
- Instalaciones de producción utilizadas (p. ej., aviarios, slats, etc.).
Es precisamente en estas circunstancias cuando la presencia de un inmunomodulador adquiere máxima importancia, ya que puede hacer que se desarrolle una inmunidad mediada por células, aunque no se pueda replicar la vacuna por completo (Pagès et al.1 2015).
Día de vacunación y vía de administración
Siempre interesa que las aves estén totalmente inmunizadas cuando comience a producirse el desafío de las cepas de campo, lo que suele ocurrir en torno a las 4-5 semanas. Por este motivo, pero también por razones prácticas, lo mejor es vacunar a los pollitos al cumplir 1 día. De hecho, especialmente en aquellos casos en que las gallinas se crían total o parcialmente en jaulas. Las vacunas contra la coccidiosis pueden administrarse por varios métodos, pero lo primero que hay que tener en cuenta es que deben ingerirse por vía oral para iniciar la primera replicación en el intestino:
- La vacunación en espray directamente sobre el alimento, aparte de poco práctica, tiene el riesgo de desecar los ooquistes
- La aplicación en agua de bebida es viable técnicamente pero requiere utilizar bebederos de campana. Raramente se utiliza hoy en día porque los bebederos de campana prácticamente han desaparecido y han sido sustituidos por bebederos de tetina inadecuados para la aplicación por la propia estructura del bebedero y el riesgo de los biofilmes
- Otra posibilidad es aplicar la vacuna por espray en la granja, en el momento en que se reciben los pollitos y mientras todavía están dentro de las cajas. Este método también es efectivo, pero muy costoso en tiempo y se aprecian inconsistencias entre granjas, ya que existen varios modelos y tipos de aspersores portátiles. Puede ser contraproducente para los pollitos de un día, porque se incrementa la abstinencia de agua y comida después de un viaje ya de por sí largo
Seguramente, el sistema más conveniente, consistente, fiable y preciso para los tres sistemas de producción de ponedoras mencionados es la aplicación en spray de gota gruesa (“coarse spray”) en la incubadora con un equipo específico. De hecho, este método permite mantener los aspectos críticos bajo control para garantizar una ingestión adecuada de la vacuna y la consiguiente inmunización:
- Dilución de la vacuna para garantizar la dosis correcta por pollito.
- Distribución uniforme de la vacuna sobre las bandejas de pollitos, estrictamente en relación con el volumen (ml) aplicado por caja.
- Tamaño de las gotas (> 200 μm): las gotas tienen que ser suficientemente grandes para que sean detectadas por los pollitos e incitarles al picoteo.
- Presencia de un agitador magnético: es un hecho bien conocido que los ooquistes tienden a depositarse en el fondo del tanque de vacunación, ya que esta vacuna es una suspensión, no una solución. Es por esta razón que es importante mantener la suspensión bien mezclada durante todo el proceso
- Presencia de un colorante y un aromatizante: para conseguir que las vacunas de la coccidiosis preparadas con ooquistes esporulados atenuados se absorban correctamente y generen la inmunidad esperada. Para ello, es preciso mejorar el comportamiento de picoteo y acicalamiento de los pollitos con ayuda de un colorante y un aromatizante mezclados en la suspensión de vacunación (Pagès et al.2, 2015).
Gestión posterior a la vacunación
Después de la vacunación contra la coccidiosis y al objeto de que se genere la inmunidad, es esencial que se desarrollen dos o tres ciclos de replicación en el intestino anfitrión, a fin de alcanzar un buen nivel de inmunización. A partir de aquí, es fácil comprender que si la primera replicación depende estrictamente de la técnica de vacunación, la segunda y la tercera dependen de las condiciones de esporulación de los ooquistes en la granja. Es bien sabido que los ooquistes de Eimeria solo son infecciosos cuando esporulan, y dicha esporulación depende de factores ambientales como:
- la temperatura
- la humedad
- el oxígeno
La gama de temperaturas óptima está entre 25 °C y 28 °C y la humedad relativa debe ser de aproximadamente un 70 %.
En los sistemas que limiten el espacio de suelo hemos de cubrir la rejilla de la jaula con papel, para evitar que caigan heces a la cinta de recolección de estiércol y que las aves puedan entrar en contacto con sus propias heces en la segunda y la tercera replicación. Interesante usar un papel grueso (de 220 a 250 gramos) para poder mantener los niveles mínimos de humedad en las heces para que los ooquistes esporulen. Además, el papel debe ser grueso porque tiene que durar al menos 21 días después de la vacunación, a fin de asegurarnos de que la vacuna complete al menos dos replicaciones.
Está bastante claro que, en el sector de las ponedoras, «los tiempos están cambiando», y los cambios en los sistemas de producción también influyen en una «antigua» enfermedad como la coccidiosis y en cómo debemos actuar para prevenirla.