Contenido disponible en: English (Inglés)
La bioseguridad, por definición, es un conjunto de procedimientos que se llevan a cabo para limitar la transmisión de determinados patógenos infecciosos a una población vulnerable. Sin embargo, es mucho más que eso. La bioseguridad es una actitud, una forma de evaluar los riesgos potenciales y reaccionar frente a ellos. Y la actitud adecuada unida a los procedimientos adecuados protegerán su planta de incubación contra las amenazas a la bioseguridad. Por el equipo de especialistas en incubación de Petersime.
DESARROLLAR UN ENFOQUE ORIENTADO A LA BIOSEGURIDAD EN LA PLANTA DE INCUBACIÓN
Para lograr que las operaciones de la planta de incubación tengan éxito, hay que empezar por la bioseguridad. Existen procedimientos y protocolos que se deben cumplir. Pero, en realidad, la bioseguridad es mucho más que eso. Es una actitud, no solo una serie de acciones.
Promover una cultura de bioseguridad es importante para lograr un éxito a largo plazo. Cada empleado de la planta de incubación debe entender por qué unos sólidos procedimientos de bioseguridad son cruciales para el éxito de la planta de incubación. Cuando los empleados de la planta de incubación conocen la suma importancia de la bioseguridad, es muy probable que se involucren más y se pregunten qué medidas concretas pueden adoptar. La reciente y generalizada pandemia de COVID-19 nos ha ayudado a comprender mejor esto: lo que importa es la determinación de hacer lo correcto para proteger a las personas, los animales, etc.
CUATRO FACTORES DE RIESGO
Para establecer un procedimiento de bioseguridad eficiente y eficaz, lo lógico es invertir en los mayores riesgos que puede controlar. Por eso, analizaremos cuatro vectores que pueden introducir patógenos en sus operaciones. Una vez que sepa cuáles son los vectores (o factores de riesgo), podrá tomar las medidas más adecuadas para reducir la posibilidad de que se introduzcan en su planta de incubación.
-
Huevos entrantes
-
Personas
-
Acceso a sitios
-
Otros animales
HUEVOS ENTRANTES
Para establecer un procedimiento de bioseguridad la primera «amenaza» son los huevos que llegan de la granja. Algunas enfermedades pueden transmitirse a los huevos mientras estos aún se están desarrollando en el oviducto. Este tipo de transmisión se denomina «auténtica transmisión vertical».
Una comprobación semanal de los lotes de reproductoras puede advertirle de dichas enfermedades. Esto le permitirá apartar los huevos de un lote que puedan estar infectados antes de transferirlos a la nacedora, ya que, una vez que se inicia el nacimiento de las aves, estas pueden empezar a propagar la enfermedad.
La «transmisión vertical visible» es la contaminación presente en la superficie del huevo. Los huevos sucios no deben entrar nunca en la planta de incubación, ya que contienen una enorme amenaza bacteriana y vírica. Además, cualquier materia fecal o pluma presente en la superficie de los huevos puede arrastrarse en los cabezales de transferencia de huevos, lo que causaría una contaminación cruzada de otros huevos de categoría A. Por eso, solo se deben usar huevos de nido limpios y se debe realizar una fumigación inicial en la granja para reducir los niveles de bacterias.
PERSONAS
Las personas son un gran factor de riesgo a la hora de propagar enfermedades de un lugar a otro. Para impedir que esto ocurra, debe introducir unas prácticas sencillas, aunque muy eficaces, en su planta de incubación.
-
Ofrezca cursos de formación sobre bioseguridad para todos los empleados. El personal nuevo debe recibir formación de inmediato. Se recomienda realizar cursos de formación de repaso cada año.
-
No permita que los empleados tengan aves en casa (o interactúen con ellas), ni que visiten mercados húmedos y lugares con un alto riesgo de enfermedades aviares, debido al riesgo de contagio. El contacto físico con aves salvajes y la caza de estas aves también debe evitarse en todo momento.
ACCESOS AL SITIO
Es necesario aplicar medidas adecuadas para evitar el acceso no autorizado a la planta de incubación y garantizar un control apropiado de la bioseguridad en el emplazamiento:
-
Instale vallas en las instalaciones con una señalización clara y controle los puntos de entrada y salida.
-
Mantenga un registro de visitantes y haga que todos respondan a un cuestionario a su llegada para detectar riesgos de bioseguridad. Incluya preguntas para saber la razón de su visita, el último lugar con aves que visitaron, la fecha de esa visita, etc. con el fin de poder realizar una trazabilidad en caso de que aparezca alguna enfermedad.
-
Todo el personal que entre en la planta de incubación debe pasar por un sistema de duchas de sentido único que actúe como barrera y elimine la contaminación de la ropa (esto no es posible con una ducha convencional).
-
Coloque desinfectantes para las manos en todas las puertas, ya que las manos deben desinfectarse al entrar o abandonar cualquier sala (en la sección de los huevos y la sección de los pollitos de la planta de incubación y, sobre todo, en el comedor).
-
Todos los equipos que entren en la planta de incubación deben desinfectarse usando una cámara de luz ultravioleta o un pulverizador desinfectante.
-
Divida la planta de incubación en tres sectores (el sector de los huevos, el sector de los pollitos y el sector exterior) para mantener a los trabajadores de los distintos sectores separados. Utilizar uniformes con códigos de colores facilita la identificación de los trabajadores y ayuda a restringir sus movimientos.
-
Al comprar un equipo nuevo, piense también en el aspecto de la bioseguridad. Algunos equipos reducen los riesgos de bioseguridad mejor que otros: que no tengan trampas donde se acumule suciedad, de limpieza sencilla y con alta presión etc.
OTROS ANIMALES
El resto de los animales (que no sean especies de aves) también constituyen un riesgo de introducción de enfermedades. Afortunadamente, se puede evitar fácilmente que esos animales entren en las instalaciones. Las mayores amenazas son los roedores y las aves salvajes.
-
Mantenga un programa eficaz de lucha contra los roedores: deje las posibles fuentes de alimentación en cajas de plástico (no de cartón) y coloque trampas con cebo para roedores en el exterior y el interior de la planta de incubación.
-
Coloque redes para mantener a las aves salvajes fuera de la planta.
COVID-19: ALGUNAS PRECAUCIONES DE SENTIDO COMÚN
Los expertos en sanidad prevén que los efectos de la pandemia de COVID-19 a escala mundial continúen durante los próximos meses. Por eso, se aconseja tomar las siguientes medidas de precaución de sentido común, además de llevar a cabo sus procedimientos (de bioseguridad) estándar:
-
Aumente los niveles de los cursos de formación sobre bioseguridad.
-
Ofrezca una formación cruzada a la plantilla para que distintas personas puedan realizar distintas funciones en caso de que algunos de sus empleados deban confinarse. No olvide incluir formación sobre mantenimiento y primeros auxilios, puesto que son esenciales en cualquier planta de incubación.
-
Haga un mayor hincapié, si cabe, en la higiene (de las manos): lávese las manos, desinféctelas con regularidad, evite tocarse los ojos, la nariz y la boca, etc.
-
Asegúrese de que dispone de piezas de repuesto en el almacén.
-
Instale internet en los edificios de la planta de incubación. Esto puede resultar útil para recibir asistencia remota directa por parte de especialistas, cuando sea necesario.
Es fundamental que se asegure de que todos los empleados conozcan y sigan los procedimientos de bioseguridad dictados para su planta de incubación, y es aún más importante que entiendan la suma importancia de dichos procedimientos. La actitud adecuada unida a los procedimientos adecuados protegerán su planta de incubación contra las amenazas a la bioseguridad.