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Control biológico da Coccidiosis Aviar en Pollos de engorde

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La coccidiosis aviar, enfermedad parasitaria caracterizada por producir enteropatía severa, representa una de las enfermedades infecciosas de mayor impacto económico para la avicultura industrial.

Anualmente, billones de dólares son destinados para la profilaxis, el control y el tratamiento de la coccidiosis, debido a las perdidas por mortalidad y principalmente en la productividad, por reducción en la capacidad de digestión y absorción de los alimentos.

La patogenia y la severidad de los signos clínicos varían de acuerdo con la especie de Eimeria que está afectando el lote, el grado de virulencia y la cantidad de ooquistes esporulados ingeridos por las aves. En el campo, las infecciones mixtas que involucran a dos o más especies de Eimerias son frecuentes y potencian aún más los efectos y signos clínicos de la enfermedad.

Diarrea, pasaje de alimento, presencia de sangre en heces, desuniformidad, los descartes y el aumento súbito de la mortalidad, son síntomas que pueden atribuirse a la enfermedad.
En pollos de engorde, el monitoreo de coccidios a través de necropsias, tiene como objetivo identificar scores de lesiones macroscópicas de solo 3 especies de Eimeria (E. acervulina, E. maxima e E. tenella) de las 5 que son patogénicas para las aves de ciclo corto.
Otras dos especies (E. praecox e E. mitis) que también son relevantes, porque promueven la destrucción del epitelio intestinal y la consecuente reducción de la capacidad de absorción de los nutrientes, diminución en la ganancia de peso y empeoramiento en la conversión alimentaria, terminan siendo subdiagnosticadas por no causar lesiones macroscópicas características.
Debido al gran potencial reproductivo de las Eimerias, donde la ingestión de un único oocisto esporulado por el ave puede desencadenar la eliminación y contaminación de miles de ooquistes en el ambiente de crianza, y es muy fácil la diseminación de estos ooquistes en las granjas comerciales, se torna muy poco probable mantener libres a los lotes de este protozoario.
Para el control de la coccidiosis aviar en pollos de engorde, se deben considerar medidas relacionadas con el manejo, como evitar que se genere cama húmeda, medidas de higiene y desinfección, uso de fármacos y/o vacunación.
La limpieza y desinfección de las instalaciones pueden ayudar a disminuir la presión de infección, pero son ineficientes para erradicar los ooquistes presentes en el ambiente de crianza.
La eficiencia reducida de los desinfectantes sobre ooquistes se debe a la presencia de una doble pared en la estructura de estos, lo que los hace impermeable a la mayoría de las moléculas utilizadas comercialmente.

Los anticoccidianos se han utilizado durante muchos años para controlar la coccidiosis aviar. Estos compuestos, generalmente son clasificados como químicos (drogas producidas sintéticamente) o Ionóforos (obtenidos a través de fermentación microbiana), pueden ser utilizados solos o en combinación en un programa medicamentoso.

El uso repetido de anticoccidianos durante períodos prolongados y sin descanso, puede inducir a la selección de cepas resistentes de Emieria en el campo.

La rotación de programas y principios activos, es una estrategia recomendada para minimizar estos problemas de selección. Sin embargo, en muchas ocasiones los cambios de programas suelen ser “tardíos”, y se realizan cuando ya se ha desencadenado un aumento de lesiones de Eimeria en los hallazgos de necropsia y el rendimiento zootécnico de las aves ya está comprometido.

Las bajas perspectivas en el lanzamiento de nuevas moléculas, debido a los elevados costos de desarrollo y registro, junto con las restricciones comerciales ya impuestas por algunos mercados sobre el no uso de antibióticos en la crianza de animales de producción, limitan el control y direccionan a la industria avícola a evaluar herramientas tan eficientes y más alineadas con estas nuevas demandas del mercado.

La vacunación, una práctica ya bien consolidada para reproductoras y ponedoras comerciales, también está emergiendo como una realidad en el control de la coccidiosis en pollos de engorde.

La utilización no induce resistencia, promueve un control natural y el mecanismo para la generación de inmunidad permite, a través de reciclaje, la diseminación y colonización del campo por ooquistes vacunales, sustituyendo progresivamente los ooquistes patogénicos de campo, mejorando la eficiencia y los resultados lote a lote.

La reutilización da cama de lotes vacunados contribuye a este mecanismo y ayuda a restablecer la sensibilidad de las Eimerias a los programas de control medicamentosos anteriormente utilizados (químicos y/o ionóforos).
La respuesta inmune, que es completamente de carácter celular, comienza poco después de la aplicación de la vacuna, mediante la exposición controlada de los ooquistes esporulados vacunales. Esto garantiza una respuesta precoz, desde los primeros días de vida, que sumada a los reciclajes (ingestión de ooquistes vacunales de la cama del galpón) de campo, proporciona un refuerzo en la inmunidad (efecto booster) y garantiza la protección hasta la faena de las aves.

Estas infecciones vacunales precoces, además de estimular la inmunidad, limitan la aparición de coccidiosis subclínica que normalmente afectan a las aves tratadas con anticoccidianos, en fases más tardías donde hay un mayor consumo de alimento.

Las vacunas pueden ser clasificadas en:

no atenuadas y atenuadas.

Las cepas no atenuadas consisten en cepas de Eimerias de campo que no han tenido su patogenicidad y potencial reproductivo reducido. Son productos de menor costo de fabricación, alto potencial inmunogénico, pero con un margen de seguridad reducido. Para la formación de inmunidad, durante el reciclaje, ocasionan una intensa destrucción del epitelio intestinal de las aves, y pueden desencadenar cuadros severos de reacciones vacunales o coccidiosis clínica.
Las vacunas atenuadas, consisten en parásitos de reducida virulencia que fueron derivados o por pasajes en serie en huevos embrionados o por selección repetida para completar precozmente el ciclo de vida. Hay una reducción en el número de generaciones y de ooquistes producidos durante las infecciones, eliminando los riesgos de reacciones vacunales y tratamientos posteriores, pero se preserva el potencial inmunogénico.

Las vacunas son compuestas por ooquistes esporulados de diferentes especies de Eimerias aviares y se presentan en forma líquida. Debido a esta forma de presentación, se debe implementar un cuidado adicional en la cadena de frío para evitar el congelamiento de la vacuna y, por lo tanto su inactivación.

Estan indicadas para ser aplicadas vía spray en dosis única, en el primer día de vida, en la planta de incubación.

Requieren una adecuada gestión en la planta de alimento, para evitar la contaminación cruzada del alimento los lotes vacunados con medicamentos anticoccidianos.

El producto ideal para pollos de engorde debe cumplir con importantes requisitos técnicos, que influyen en su eficacia y rendimiento en el campo, tales como: composición, atenuación, cepas antigénicamente protectoras y formulación.

Composición: Preferentemente contener las 5 especies de Eimerias patogénicas para las aves de ciclo corto (pollos de engorde), ya que no existe protección cruzada entre especies.

Atenuación: tener el grado de atenuación necesario para asegurar la ausencia de reacciones vacunales y garantizar un equilibrio entre protección y el rendimiento zootécnico das aves.

Cepas antigénicamente protectoras: selección de cepas compatibles (adaptadas) con desafíos de campo, ya que existe la posibilidad de variación entre especies, incluida la existencia de cepas variantes.

Formulación: número de ooquistes adecuados por dosis.

Estos requisitos distinguen completamente los productos comerciales disponibles en el mercado y determinan las recomendaciones y viabilidad económica de uso.

Las vacunas multivalentes atenuadas que contienen las 5 especies de Eimerias patogénicas para las aves de ciclo corto, pueden ser utilizadas de manera continua eliminando la necesidad de rotar con medicamentos anticoccidianos.

Reemplazan completamente los tratamientos de campo y los programas de anticoccidianos en la fábrica de alimento, incluidos los ionóforos. Incluso se recomiendan para zonas de alto desafío y coccidiosis difíciles de controlar.

La evaluación de la viabilidad económica de estas vacunas, debe incluir los parámetros de observación de campo (control da coccidiosis, calidad de heces, ausencia de reacciones vacunales y tratamientos terapéuticos), costo directo de cada programa (vacuna x anticoccidianos) y sobre todo comparaciones de desempeño zootécnico entre lotes vacunados y lotes tratados con anticoccidianos.

Los parámetros de observación de campo, aunque sean un poco más subjetivos, son en gran medida los mismos que los utilizados para evaluar los agentes anticoccidianos.

El costo de implementar el programa vacunal no deberá ser una limitante para el mercado, ya que que los valores son compatibles.

El desempeño zootécnico de los lotes vacunados podrá ser comparado con los lotes tratados con anticoccidianos, en condiciones similares de campo o pueden ser utilizados datos históricos de desempeño productivo de la empresa en períodos anteriores de la vacunación.

*Ejemplo de estudio comparativo en 3 diferentes empresas brasileñas:

Total: 21 millones de aves vacunadas

*En las dos primeras empresas, los lotes inmunizados con una vacuna comercial brasileña tuvieron su rendimiento en comparación con los lotes criados en el sistema convencional (anticoccidianos).

En la tercera empresa, lotes inmunizados con esta misma vacuna comercial brasileña fueron comparados con lotes de una vacuna competidora.

Productos eficientes demuestran que en la actualidad es completamente posible producir pollos de engorde sin el uso de anticoccidianos de manera segura, económicamente viable y alineada con las nuevas tendencias del mercado.

BIO-COCCIVET

Bio-Coccivet posee una formulación específica para pollos de engorde, que contiene las 5 especies de Eimerias para aves de ciclo corto, con cepas aisladas en Brasil.

Esto garantiza que las aves vacunadas tengan una rápida y eficiente protección inmunológica contra los desafíos de campo. El equilibrio perfecto entre composición, dosis y atenuación, de las cepas de Eimeria presentes en la vacuna, garantiza la inmunización en la medida correcta y el desempeño productivo eficiente para las aves.

 

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