En mayo de 2020, la Comisión Europea anunció, como parte de la estrategia de la granja a la mesa, la necesidad urgente de mejorar el bienestar animal y se comprometió a revisar la legislación de la UE sobre bienestar animal antes de finales de 2023, para alinearla con la evidencia científica más reciente.
La encuesta de la organización europea de consumidores, BEUC, busca explorar más a fondo los hábitos de consumo de carne y pescado de los consumidores, sus actitudes hacia el bienestar animal, incluido su deseo de mejorar las leyes para los animales de granja, su disposición a pagar por un mejor bienestar animal, así como su interés y comprensión del etiquetado de bienestar animal. Confían en que ofrezca información útil a los políticos para el próximo mandato legislativo.
Algunas de las conclusiones y recomendaciones de políticas para las autoridades son:
La encuesta muestra el fuerte interés de los consumidores en el bienestar animal y la clara demanda de mejores estándares de bienestar para los animales criados con fines de producción de alimentos. Además, numerosos dictámenes científicos de la EFSA subrayan el fracaso de las normas actuales para garantizar un bienestar adecuado de los animales de granja. Por lo tanto, la revisión de la legislación actual de la UE debería ser una prioridad para el próximo mandato legislativo.
Las propuestas deberían estar en línea con las expectativas de los consumidores y basadas en las recomendaciones científicas de EFSA, que incluyen más espacio vital para los animales de granja, el fin del uso de jaulas y la prohibición de las prácticas de mutilación. La UE debería mejorar y ampliar el etiquetado de los métodos de producción a todos productos animales.
A pesar del gran interés por el bienestar animal, el conocimiento de los consumidores sobre las prácticas actuales de cría de animales es bajo. Esto puede explicarse en parte por la falta de un etiquetado de bienestar obligatorio. La encuesta indica que una gran mayoría se declara a favor de ampliar el etiquetado del método de producción para todos los productos de origen animal, no sólo los huevos, como ocurre actualmente. También, que el etiquetado de los huevos también podría mejorarse, ya que aproximadamente 1 de cada 2 consumidores no lo ha visto o no lo entiende.
Es probable que la implementación de las recomendaciones científicas de la EFSA para los animales de granja genere al menos algunos costos para los agricultores y, eventualmente, para los consumidores finales. Preguntados por este punto, 7 de cada 10 encuestados están dispuestos a pagar al menos un poco más por productos con mayor bienestar animal, aunque en distinta medida.
De los que están dispuestos a pagar más, la mitad sólo hasta un 5% más, el 30% pagaría hasta un 10% más, el 12% hasta un 20% más y el 8% pagaría más del 20% de sobreprecio.
En el contexto de precios récord de los alimentos, incluidos los alimentos de origen animal, los consumidores con menores ingresos tienen más probabilidades de verse afectados por posibles aumentos de precios, incluidos los derivados de futuras mejoras en las normas de bienestar animal.
También concluye el trabajo que debe garantizarse que los costes de esta transición se compartan equitativamente y no sean asumidos únicamente por los consumidores. Asimismo, los agricultores deberían recibir apoyo financiero para avanzar hacia sistemas de bienestar más elevados.