¿Podemos seguir garantizando la salud y el bienestar de los animales a medida que reducimos el uso de los antibióticos?, y lo que es más importante: ¿está la sociedad usando los antibióticos en humana de manera más responsable? Para responder a estas preguntas, se han llevado a efecto ya varios estudios de opinión. Los encuestadores hicieron preguntas relacionadas con parámetros clave como la salud y el bienestar de los animales, la seguridad alimentaria, la resistencia a los antibióticos, la demanda de los consumidores y el costo de la producción de alimentos.
La mayoría de las respuestas señalaban que la etiqueta crianza sin antibióticos tenía prioridad sobre la salud y el bienestar de los animales. Menos de un tercio de los productores de pollos de engorde dijo que han tenido intervenciones efectivas contra enfermedades en sus aves, lo que significa que tuvieron que necesitar un antibiótico para tratar a los animales enfermos.
Los profesionales encuestados indicaron que la producción de crianza sin antibióticos tendría impactos negativos en los animales, incluido el aumento de la morbilidad y la mortalidad.
Pero la demanda de las grandes superficies ha creado una necesidad de mercado de aves de corral sin antibióticos porque dicen que los consumidores perciben que estas etiquetas significan mayores estándares de bienestar. Pero parece que puede no ser el caso, “el simple hecho de no tomar antibióticos” no necesariamente pone a la salud animal a la vanguardia del progreso.
La mayoría de las respuestas de los profesionales encuestados confirman en que son imprescindibles los incrementos de sanidad y del bienestar animal en las crianzas de los animales, pero también resaltan la enorme desinformación que intereses partidistas, principalmente de grupos animalistas, hacen con los medios de comunicación, incluso contra los intereses de la mayoría. No tiene que ser un problema de todo o nada. Debemos encontrar un equilibro donde todo el sistema de producción se vea involucrado.
La resistencia a los antibióticos es un problema de salud pública, lo que dificulta encontrar soluciones viables para las personas y los animales. Es un equilibrio entre reducir el uso de antibióticos en general y al mismo tiempo asegurarse de que los animales se traten adecuadamente cuando están enfermos. Los gobiernos deben continuar involucrando en la lucha contra la resistencia a los antibióticos a todos los sectores interesados, ya sean reguladores, médicos, veterinarios, ganaderos o empresas de la industria alimentaria.
El conocimiento de la problemática de la resistencia a los antibióticos desde un enfoque ONE HEALTH, mediante el análisis de la información proveniente de los sistemas de vigilancia del consumo y de la resistencia, así como el promover la adopción de medidas dirigidas a la optimización del consumo de antibióticos y a la contención del aumento de la resistencia a los mismos son imprescindibles
La toma de posiciones extremistas, desde luego, no ayuda a resolver problemas y sitúa a las distintas partes en posiciones enfrentadas.