La avicultura desempeña un papel crucial en la producción global de proteínas, representando uno de los ejemplos más destacados de desarrollo entre todas las áreas de la producción animal.
La evolución, especialmente en el ámbito genético, marcó un punto decisivo en este progreso, conduciendo a la creación de aves con desafíos específicos para alcanzar la máxima productividad.
En este contexto, factores como la edad, el sexo, la nutrición, el ambiente y la salud son componentes cruciales susceptibles a una influencia global.
LAS MICOTOXINAS
La existencia de cientos de micotoxinas, algunas de ellas comprobadamente capaces de disminuir el rendimiento animal, interfieren, por tanto, en los resultados económicos del sector.
Esta interacción compleja de elementos requiere un análisis riguroso y enfoques de gestión innovadores para optimizar la productividad y la eficiencia en la industria avícola.
Las micotoxinas son metabolitos tóxicos producidos por el metabolismo secundario de hongos y pueden proliferar en diversos alimentos, incluidos granos y alimentos balanceados en la alimentación animal.
Las principales especies fúngicas productoras de micotoxinas incluyen:
- Aspergillus spp.,
- Penicillium spp.,
- Fusarium spp.,
- Claviceps spp.,
- Alternaria spp.,
- Pithomyces spp.,
- Mirothecium spp.,
- Stachibotrys spp.
- Phoma spp.
Para el desarrollo de estos microorganismos, se requieren condiciones ideales que abarcan:
- Temperatura,
- Humedad,
- Concentración de oxígeno,
- pH,
- Presencia de sustrato.
Cuando se ingieren por las aves y otras especies también, estas sustancias pueden tener efectos adversos significativos en su salud y productividad.
- La evaluación de riesgos de la exposición a micotoxinas inicialmente se centró en los efectos mutagénicos y carcinogénicos, así como en el impacto negativo en la productividad de las aves, inicialmente observado en pavos.
- Sin embargo, está aumentando la comprensión de los efectos adversos de varias micotoxinas en el sistema inmunológico y en la integridad intestinal.
Estos efectos resultan en un desequilibrio en los sistemas de defensa de las aves, aumentando la susceptibilidad a enfermedades infecciosas o empeorando las condiciones existentes.
Las micotoxinas tienen una gama variada de efectos perjudiciales en las aves, afectando diversos sistemas orgánicos.
Pueden comprometer la función hepática, causar inmunosupresión, interferir en la absorción de nutrientes y provocar trastornos gastrointestinales, lo que puede resultar en:
- Disminución del crecimiento,
- Baja tasa de conversión alimenticia,
- Disminución en la calidad de los huevos
- Mayor vulnerabilidad a enfermedades.
Diferentes tipos de micotoxinas afectan a las aves de distintas maneras:
Las aflatoxinas pueden causar problemas hepáticos, lo que resulta en pérdidas significativas en los índices de rendimiento (Figura 1), inmunosupresión y reducción en la producción de huevos.
- Las fumonisinas están relacionadas con trastornos neurológicos en algunas especies, pero en las aves causan importantes pérdidas económicas (Figura 2).
- La ocratoxina A tiene efectos negativos en el sistema inmunológico y en la función renal.
Los tricotecenos causan trastornos gastrointestinales, inmunosupresión y reducción en el aumento de peso, además de lesiones especialmente en la cavidad oral.
La exposición continua a las micotoxinas, enfocándose en la concentración durante la exposición, también puede afectar considerablemente la productividad, disminuyendo el aumento de peso y la tasa de crecimiento, afectando la eficiencia en la producción de carne y resultando en huevos de menor calidad.
Estrategias de control
Para minimizar los efectos de las micotoxinas en la producción avícola, pueden implementarse diversas estrategias de control.
- Optar por materias primas de alta calidad y evitar ingredientes susceptibles a la contaminación por hongos puede reducir la exposición de las aves a las micotoxinas.
- Las medidas preventivas en la pre y post-cosecha también se han desarrollado, como buenas prácticas agrícolas y almacenamiento adecuado para prevenir el crecimiento de hongos productores de micotoxinas.
Las pruebas regulares para detectar la presencia de micotoxinas en los alimentos ayudan a monitorear y ajustar las formulaciones según sea necesario. El cálculo del Riesgo de Micotoxinas es hoy el enfoque más racional para establecer estrategias de control.
La utilización de la técnica consagrada de Cromatografía Líquida de Alta Eficiencia (HPLC) es estándar, pero su limitación es la velocidad de resolución del problema.
Métodos secundarios, como pruebas basadas en kits y espectroscopía de infrarrojo cercano (NIRS), permiten tomar decisiones más rápidas. El NIRS es ventajoso por la velocidad de procesamiento e interpretación por parte de expertos en micotoxinas.
La adición de aditivos antimicotoxinas (AAMs) en los alimentos para secuestrar micotoxinas e impedir su absorción en el tracto gastrointestinal,
- con un ambiente controlado y el uso de una nutrición perfectamente controlada para fortalecer el sistema inmunológico de las aves son herramientas que ayudan a mitigar los efectos adversos de las micotoxinas
- Los AAMs tienen diferentes mecanismos de acción, como la adsorción o biotransformación, eliminando eficazmente las micotoxinas a través de las heces, evitando así sus efectos negativos.
La propuesta de utilización de compuestos bioactivos recibe cada vez más atención y su uso ya está confirmado en animales.
La concurrencia de múltiples micotoxinas es una preocupación, resaltando la importancia de los AAMs capaces de neutralizar una amplia gama de ellas.
Otros métodos de control químico incluyen inactivadores químicos, agentes oxidantes y agentes alquilantes, pero pueden tener efectos colaterales perjudiciales y aún deben desarrollarse en el futuro con nuevos enfoques.
Sin embargo, la elección del mejor AAM no es única para todas las micotoxinas. Antes de seleccionar un producto, es crucial definir qué toxinas se desean controlar,conociendo sus características moleculares e interacciones con los productos disponibles.
CONCLUSIONES
Las micotoxinas impactan significativamente en la productividad y salud de las aves, con implicaciones directas en la industria y seguridad alimentaria. Implementar estrategias de control efectivas es crucial para reducir los riesgos de contaminación.
La investigación continúa y los conocimientos son esenciales para desarrollar enfoques y tecnologías que minimicen los efectos perjudiciales.
Al adoptar medidas preventivas y correctivas, la industria avícola puede garantizar una producción más sostenible, beneficiando a los animales, la economía y los consumidores.
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