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El auge de la Avicultura Ecológica de Puesta

Escrito por: Silvia Carné Siles
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El sector de la avicultura ecológica de puesta está en auge. Es uno de los que tiene un crecimiento más rápido en los últimos años. La preocupación de la población por la sostenibilidad, el bienestar animal y por el consumo de productos orgánicos, hace que este crecimiento sea exponencial.

En este enlace están publicados los datos sobre la evolución de los censos en la avicultura de puesta.

Debemos tener en cuenta la Normativa establecida para llevar a cabo este tipo de producción. Son muchos los aspectos a valorar para obtener una producción óptima, con los máximos beneficios posibles y el mínimo riesgo sanitario.

La avicultura ecológica está regulada por el REGLAMENTO (UE) 2018/848. Éste establece que la ganadería ecológica es una actividad ligada a la tierra, estableciendo superficies mínimas por cada especie animal.

Por tanto, la crianza de las aves ecológicas será en libertad, disponiendo de patios y zonas de pastoreo, que les permitan satisfacer sus necesidades fisiológicas y de comportamiento.

Además se determina la obligación de disponer de una superficie mínima en la que se puedan distribuir las excreciones de las aves.
Generalmente se prefiere el empleo de razas autóctonas. Esto puede ser viable cuando se tengan pequeñas explotaciones alimentadas principalmente con subproductos y recursos internos.

 

Sin embargo, cuando se tienen explotaciones ecológicas de mayor tamaño, que dependen de la adquisición de piensos, se hace necesario el empleo de razas híbridas.

En una granja bien gestionada, con los elevados costes de la producción ecológica, la producción comercial prácticamente sólo es viable mediante el uso de razas híbridas.

Estas gallinas no consumirán más de un 25% de sus necesidades nutricionales en el pastoreo, por lo que éste tendrá una mayor importancia etológica que nutricional. La alimentación de los a

Gallina autóctona penedesenca negra

nimales debe basarse en productos obtenidos bajo las normas de producción ecológica, y los aditivos y coadyuvantes tecnológicos para la fabricación de los piensos deben estar autorizados en el Reglamento nombrado anteriormente.

Está prohibido el uso de factores de crecimiento, aminoácidos sintéticos, o alimentos transgénicos (OGM) en los piensos.

El déficit de nutrientes o la composición variable de los piensos puede hacer que la producción se vea muy reducida y con graves consecuencias para la economía de las granjas. Por eso se debe cuidar con detalle la alimentación de las gallinas.

Para llegar a una producción óptima les debemos aportar agua y alimento de manera permanente, protección en los patios, un mínimo de horas de descanso, etc.

Por lo que se refiere a la sanidad, en avicultura ecológica lo más importante es la prevención. ÉsTa la llevaremos a cabo teniendo en cuenta diferentes factores: selección de razas adecuadas, buen manejo, pienso de buena calidad, instalaciones y densidades correctas.

Cuando nos encontramos con alguna patología debemos actuar lo más rápido posible, siempre priorizando los tratamientos naturales (fitoterapia, homeopatía…) a los convencionales. Aunque estos últimos serán un buen recurso en caso de necesidad. La normativa establece en cuantas ocasiones pueden ser utilizados los medicamentos alopáticos.

La desparasitación y la vacunación está totalmente permitida. Es más, es recomendable desparasitar y vacunar de aquellas enfermedades exigidas en los programas de erradicación.

Por otro lado, también se deberá llevar a cabo  el programa de autocontrol de Salmonella, al igual que el control de otras enfermedades relacionadas con la seguridad alimentaria.

Una granja orientada a la comercialización de huevos ecológicos debe tener como mínimo dos gallineros, para así tener una producción constante. También deberán haber espacios auxiliares para almacenar el pienso y preparar los huevos.

La granja deberá ubicarse en un lugar limpio, seco, de buen drenaje, con insolación, protegida de los fuertes vientos, de fácil acceso y con suministro de agua.

Los gallineros deben proteger a los animales de las inclemencias climáticas, la iluminación tiene que ser homogénea en toda su superficie y debe garantizar una buena ventilación sin corrientes de aire a la altura de las gallinas. Los equipos que habrá que instalar serán comederos, bebederos, nidales y aseladeros.

Los comederos pueden estar mecanizados o no. Éstos se deben mantener a la altura de los “hombros” de las gallinas para evitar el lanzamiento de pienso al suelo.

Los bebederos más utilizados son los de tetina y los de campana, siendo los primeros más recomendables por una mejor higiene. Deben estar conectados a un depósito, mediante el cual se podrán realizar los tratamientos pertinentes. Cada gallinero debe contar con un depósito propio.

Existen múltiples tipos de nidales, individuales o colectivos, con recogida manual o automática. Lo más importante es que se puedan limpiar con facilidad y tengan cierta inclinación, de manera que la gallina no tenga acceso a los huevos. Si la recogida es manual, es mejor que ésta sea por la parte posterior. También existe la opción de poder cerrar el acceso a los nidos con tal de impedir que los animales duerman dentro.

Los aseladeros clásicos estaban formados por listones de madera con las aristas redondeadas. Por motivos higiénico-sanitarios, cada vez se usan más los slats. Éstos se conforman por unas rejillas de plástico donde las gallinas se pueden coger cómodamente. En cualquiera de los dos casos, debemos evitar que la gallina acceda a la parte inferior, donde encontraremos las heces acumuladas. Este enrejado no puede supera 2/3 partes del total de la superficie del gallinero.

El cierre perimetral de los parques debe garantizar que no salgan las gallinas y evitar la entrada de posibles depredadores. Por este motivo, se debe enterrar el vallado o colocar un pastor eléctrico por la parte exterior.

Los gallineros pueden ser móviles o fijos. Los primeros ofrecen la ventaja de la fácil rotación de patios para los animales, ya que simplemente se deben mover de un lado a otro. En cambio, los gallineros fijos se deberían colocar en el centro de los patios para poder dar salida a un lado u al otro, según la necesidad.

El vacío sanitario es otro de los puntos clave en la producción de huevos ecológicos. Es preferible el sistema TODO DENTRO-TODO FUERA, en el cual se mantiene un lote de la misma edad durante un cierto período de tiempo. 

Se debe llevar a cabo una limpieza y desinfección a fondo cuando la nave queda vacía. El tiempo mínimo recomendado es de unos 30 días. De esta manera garantizamos que las gallinas entrantes tendrán un ambiente lo más sano y limpio posible.

El sector de la avicultura ecológica de puesta está en auge. Si tenemos en mente un proyecto destinado a este tipo de producción debemos ser conscientes de los parámetros a tener en cuenta para llegar a ser una empresa rentable.

 

 

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