En El Salvador, la industria avícola comienza a dar pasos hacia un modelo de producción más respetuoso con el medio ambiente. Aunque aún son pocas las iniciativas, algunas empresas han comenzado a utilizar los residuos orgánicos generados por sus operaciones para producir biogás, un combustible renovable que puede transformarse en electricidad.
- Esta estrategia no solo ayuda a reducir la contaminación, sino que también puede beneficiar económicamente a las propias granjas y a las comunidades cercanas.
El sector avícola salvadoreño representa una de las principales fuentes de producción alimentaria. Según datos proporcionados por la Asociación de Avicultores de El Salvador, AVES, cada año se producen aproximadamente 1.200 millones de huevos y 342 millones de libras de carne de pollo.
- Estas cifras reflejan la magnitud de la industria avícola, la cual se ha consolidado como un pilar en la provisión de proteínas de origen animal para la población de este país.
IMPORTANCIA ECONÓMICA
A pesar de su relevancia en la seguridad alimentaria del país, el impacto económico del sector avícola en el Producto Interno Bruto (PIB) nacional es relativamente bajo. Su contribución representa sólo el 0,79% del PIB total, lo que a primera vista podría parecer una cifra modesta.
- Sin embargo, al observar el aporte dentro del PIB agropecuario, el panorama cambia: aquí, la industria avícola representa cerca del 16%, lo que la posiciona como una de las actividades más importantes dentro del rubro agrícola y pecuario.
Este contraste entre su enorme volumen productivo y su limitada incidencia en el PIB general evidencia dos aspectos:
- Por un lado, el peso estratégico que tiene en la dieta de la población, y
- Por otro, los desafíos estructurales que impiden que su impacto económico sea mayor, como los márgenes de ganancia reducidos, los costos de producción, la informalidad en algunos segmentos del mercado, o la falta de inversión en innovación tecnológica.
DESAFÍO DE LOS DESECHOS BIOLÓGICOS
Uno de los principales retos ambientales que enfrenta esta industria es la gestión de los residuos biológicos, principalmente el estiércol generado por las aves. Cada granja, especialmente aquellas de gran escala, produce una cantidad significativa de excretas y materiales orgánicos que, si no se manejan adecuadamente, pueden causar problemas de contaminación del suelo, del aire y del agua, afectando tanto al medio ambiente como a las comunidades aledañas.
- A pesar de esta realidad, son pocas las empresas avícolas en El Salvador que han tomado medidas significativas para mitigar el impacto ambiental generado por sus operaciones.
- En la mayoría de los casos, los residuos siguen siendo tratados con métodos convencionales y poco sostenibles, como el almacenamiento a cielo abierto, que favorece la emisión de gases contaminantes y la proliferación de vectores de enfermedades.
INVERSIONES EN SOSTENIBILIDAD
Existen, sin embargo, algunas excepciones que marcan una tendencia positiva hacia la sostenibilidad.
- Empresas como El Granjero y Grupo Campestre han comenzado a invertir en tecnologías limpias, como los biodigestores, para procesar el estiércol de sus granjas y convertirlo en biogás, una fuente de energía renovable que puede utilizarse para generar electricidad o calor.
Este tipo de iniciativas no solo contribuyen a reducir las emisiones contaminantes, sino que también representan una oportunidad económica al transformar un desecho en un recurso útil. Además, ayudan a mejorar la imagen pública del sector, cada vez más expuesto a la presión social por adoptar prácticas responsables con el entorno.
¿POR QUÉ TAN POCAS EMPRESAS SIGUEN ESTE CAMINO?
El bajo número de empresas que han adoptado soluciones ambientales en El Salvador responde a varios factores. En primer lugar, el costo inicial de inversión para montar plantas de tratamiento o biodigestores puede ser elevado, especialmente para pequeños y medianos productores que no cuentan con acceso a crédito o a programas de financiamiento verde.
En segundo lugar, existe una falta de incentivos estatales claros que fomenten la adopción de tecnologías limpias en el sector agropecuario. La ausencia de políticas públicas específicas y de una regulación ambiental estricta en torno al manejo de residuos limita el avance hacia una producción avícola más sostenible.
También influye el hecho de que muchas empresas desconocen los beneficios a largo plazo de estas inversiones. La percepción de que solo se trata de un gasto, y no de una estrategia de optimización de recursos y reducción de riesgos, ha sido una barrera importante para el cambio.
PERSPECTIVAS FUTURAS
A medida que crece la conciencia ambiental y aumentan las exigencias del mercado en cuanto a sostenibilidad, se espera que más empresas de la industria avícola comiencen a considerar la gestión de residuos como un factor estratégico.
- Incorporar procesos de economía circular, reutilizar los desechos orgánicos y aprovecharlos para generar energía o fertilizantes puede convertirse en una ventaja competitiva en los próximos años.
Además, con el crecimiento de la demanda de energías renovables y los esfuerzos del país por diversificar su matriz energética, la producción de biogás a partir de residuos avícolas podría ocupar un lugar más relevante dentro del sector energético y agroindustrial de El Salvador.
Fuente: Con información de Inter Press Service, IPS.