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El Proceso Completo de la Incubación de Pollitos: Desde el Huevo hasta la Eclosión

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La incubación de pollitos es un proceso fascinante y lleno de detalles que debe realizarse con precisión para asegurar el éxito. Desde que el huevo es puesto hasta que el pollito finalmente sale de su cáscara, cada paso es crucial para su desarrollo. Aunque algunas personas aún confían en la incubación natural, muchas prefieren el uso de incubadoras artificiales debido a la capacidad de controlar el ambiente de manera más eficiente. Este proceso comienza con la recolección de los huevos, que deben ser lo más frescos posible para aumentar las probabilidades de éxito. Un huevo de mala calidad o que no se haya recolectado en condiciones adecuadas puede ser inviable, lo que reduce la tasa de eclosión.

Una vez que los huevos se recolectan, es importante almacenarlos en un lugar fresco y limpio hasta que estén listos para ser incubados. Esto ayuda a preservar su viabilidad. Al colocarlos en la incubadora, la temperatura debe estar cuidadosamente controlada. La mayoría de los expertos recomiendan una temperatura constante para los pollitos de entre 37.5 y 38 grados Celsius para asegurar que el embrión se desarrolle correctamente. Además de la temperatura, la humedad también juega un papel fundamental. Debe mantenerse alrededor del 50% al 60% durante las primeras etapas de la incubación y aumentarse en las últimas etapas para facilitar la eclosión del pollito.

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El proceso de incubación dura alrededor de 21 días, dependiendo de la especie de pollo. Durante estos días, el embrión se desarrolla a un ritmo impresionante. Al día 10, el embrión ya tiene una forma definida, y puedes observar una mayor vascularización en el huevo. Finalmente, llega el momento de la eclosión, que es cuando el pollito, después de un proceso de “pipping” (raspar la cáscara con su pico), comienza a salir de su huevo. Este proceso es increíblemente exigente para el pollito, y muchos necesitan algunas horas o incluso días para romper completamente la cáscara. Cuando finalmente emergen, los pollitos deben ser trasladados a un lugar cálido y seguro donde puedan crecer sin estrés.

El cuidado después de la eclosión es crucial. En las primeras semanas de vida, los pollitos necesitan una fuente de calor constante, ya que no pueden regular su temperatura corporal por sí mismos. Las lámparas de calor o las cajas térmicas son ideales para mantener una temperatura entre 30 y 35 grados Celsius. Además, deben tener acceso a agua limpia y alimento adecuado, que normalmente es un pienso especial para pollitos recién nacidos.

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