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Enfermedad de Marek: Diagnóstico progresivo y claves para el control vacunal

Escrito por: Isabel M. Gimeno
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Enfermedad de Marek: Diagnóstico Progresivo y Claves para el Control Vacunal

La Enfermedad de Marek (MD por) es una de las amenazas más persistentes y costosas para la industria avícola mundial. Se trata de una enfermedad linfoproliferativa causada por un herpesvirus oncogénico conocido como virus de la Enfermedad de Marek (MDV), que afecta principalmente a los pollos.

ENFRENTAR UN BROTE: ¿QUÉ SE DEBE INVESTIGAR?

 

Cuando ocurre un brote de Enfermedad de Marek, la primera medida que toman las compañías avícolas es una auditoría de los protocolos de vacunación aplicados en las plantas de incubación. Sin embargo, una revisión eficaz no debe limitarse solo a verificar si se administró la vacuna; también debe incluir un análisis detallado de los puntos críticos que pueden afectar la inmunidad de los pollos.

Entre estos factores críticos destacan:

Cada uno de estos puntos debe ser cuidadosamente monitorizado para entender el origen del fallo vacunal.

 

MONITORIZACIÓN DE LA VACUNACIÓN: ¿CÓMO SABER SI FUNCIONÓ?

La vacunación contra la Enfermedad de Marek es compleja, ya que las vacunas están asociadas a células vivas y requieren cuidados extremos durante su almacenamiento, reconstitución y administración.

Uno de los pasos más críticos es la correcta mezcla y reconstitución de la vacuna. La mezcla periódica evita la sedimentación celular, garantizando una distribución uniforme de la dosis en cada aplicación. Una preparación inadecuada puede reducir significativamente la eficacia vacunal.

La titulación (medición de la concentración del virus vacunal) mediante ensayo de placa es una herramienta útil, aunque poco común, ya que requiere instalaciones especializadas de cultivo celular, raramente disponibles en incubadoras comerciales.

EVALUACIÓN DE LA REPLICACIÓN VACUNAL

Para comprobar si la vacuna se replicó correctamente en el ave, se analiza la presencia de ADN viral, preferiblemente en muestras del bazo o folículos de pluma. La sangre no es recomendable debido a la alta tasa de falsos negativos.

El uso de pulpa de la pluma tiene ventajas logísticas, ya que se puede obtener de pollos vivos y permite un muestreo más práctico. Las muestras deben ser recogidas individualmente y pueden almacenarse a -70°C o en tarjetas FTA® a temperatura ambiente.

Además, el conteo de células vivas en la vacuna también ofrece pistas sobre el manejo durante su preparación: una alta tasa de células muertas indica manipulación inadecuada.

¿CUÁNDO ES EL MEJOR MOMENTO PARA ANALIZAR?

La primera semana de vida del pollito es el momento ideal para monitorizar la vacunación, ya que en este periodo es posible diferenciar entre animales que recibieron la dosis completa y aquellos que recibieron una dosis diluida o ineficaz.

A partir de la tercera semana, el virus vacunal se detecta en la mayoría de los pollos, independientemente de la dosis administrada, por lo que es más difícil identificar errores de aplicación.

Factores que influyen en la detección temprana del virus vacunal incluyen:

DETECCIÓN DE INFECCIÓN TEMPRANA CON MDV ONCOGÉNICO

Uno de los mayores desafíos es que los pollos pueden infectarse con MDV virulento incluso antes de desarrollar inmunidad vacunal, la cual se alcanza entre los 5 y 7 días post vacunación. Por esta razón, se recomienda evaluar la carga de ADN viral en pollos de una semana de vida, lo que permite detectar infecciones tempranas.

EVALUACIÓN DE LA PROTECCIÓN VACUNAL

A partir de la tercera semana de vida, la medición de la carga viral de MDV en folículos de pluma o muestras de sangre puede predecir el nivel de protección del lote. En aves adecuadamente inmunizadas, la carga viral es baja y refleja un estado de latencia viral. Por el contrario, una alta carga de ADN viral puede indicar una vacunación deficiente y un riesgo elevado de desarrollar tumores inducidos por MDV.

Si se utilizan muestras de sangre, es crucial emplear EDTA como anticoagulante y evitar la mezcla de muestras de distintos animales.

HERRAMIENTAS MOLECULARES PARA DIFERENCIAR CEPAS

Para determinar si el virus detectado es vacunal o patógeno, se utilizan técnicas de PCR con cebadores específicos para cada serotipo. En especial, cuando se emplea la cepa CVI988 (serotipo 1), se necesitan cebadores que no amplifiquen otras cepas del mismo serotipo. Esta técnica requiere precisión técnica y cuidado extremo en la interpretación de resultados.

DETERMINACIÓN DEL PATOTIPO: ¿QUÉ TAN VIRULENTO ES EL VIRUS?

En algunos casos, el brote puede deberse a una cepa más virulenta del MDV. Para determinar el patotipo (grado de virulencia) de un aislamiento, se realizan pruebas biológicas, conocidas como la prueba “Gold Standard”. Esta prueba consiste en evaluar si una determinada cepa viral puede superar la inmunidad generada por las distintas vacunas:

Cuando se sospecha de un incremento en la virulencia, es crucial confirmar si el protocolo vacunal actual es suficiente frente a esa nueva cepa.

ALTERNATIVAS A LA PRUEBA GOLD STANDARD

Existen métodos alternativos de diagnóstico, como la atrofia de órganos linfoides, neuropatotipificación y cuantificación del ADN viral, que permiten distinguir entre cepas virulentas y muy virulentas plus. Sin embargo, estas técnicas no permiten diferenciar entre vvMDV y vv+MDV, por lo que aún se requiere seguir desarrollando metodologías más accesibles y específicas.

 

CONCLUSIÓN

La lucha contra la Enfermedad de Marek no se limita a aplicar una vacuna. Requiere una estrategia integrada de monitorización, diagnóstico y análisis técnico, que permita detectar los fallos en cada etapa del proceso vacunal. Comprender la biología del virus, las técnicas de diagnóstico y la eficacia real de las vacunas es esencial para prevenir y controlar los brotes.

Si desea leer el artículo original completo y consultar todos los detalles técnicos, puedes visualizarlo aquí.

 

 

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