La coriza infecciosa está producida por una bacteria Gram negativa bipolar llamada haemophilus paragallinarum, aunque ahora se le denomina Avibacterium paragallinarum
La transmisión se realiza por vía directa e indirecta.
El diagnóstico de la coriza infecciosa se llevará a cabo por:
Examen mediante los síntomas clínicos
Aislamiento, cultivo e identificación del microorganismo.
Bacteriológico: Aislamiento de aves con signos agudos, en forma esterilizada, con una incisión del seno infraorbitario, se separa la piel y se introduce un hisopo estéril humedecido en un caldo nutritivo o solución tamponada de fosfato
Diagnóstico diferencial: Bronquitis infecciosa, Enfermedad de Newcastle, Viruela aviar, Enfermedad respiratoria crónica, Pasteurelosis
La vacunación se presenta como una de las mejores herramientas para el control de la coriza aviar.
Correcto seguimiento y aplicación del plan de bioseguridad
Los programas de vacunación contra coriza infecciosa no evitan que las aves se infecten, pero aminoran los signos de la enfermedad y reducen en buena proporción la eliminación y diseminación de la bacteria.
No existe un tratamiento específico contra la coriza aviar, aunque se recomienda el uso de antibióticos para evitar posibles infecciones secundarias