La laringotraqueitis infecciosa aviar (LTI) es una enfermedad respiratoria causada por el herpesvirus tipo 1 de las gallináceas, perteneciente a la familia Herpesviridae, tribu alfapherpesvirinae.
Los signos clínicos y las reacciones patológicas pueden variar desde una gravedad extrema, con muertes de aves por asfixia, hasta una muy leve, no diferenciable de otras enfermedades respiratorias leves de los pollos. La lesión más importante es la traqueitis. En aves infectadas, el virus puede convertirse en latente y ser re-excretado en fecha posterior sin signos clínicos
– Identificación del agente causal: aislamiento vírico
– Serología: ELISA, IF, histopatológico.
El diagnóstico de laboratorio depende del aislamiento del virus, de la demostración de la presencia del virus o de antígenos víricos y de la detección de anticuerpos específicos en el suero. Puede ser valioso el examen histopatológico de la traquea para inclusiones intranucleares características.
La LTI se controla generalmente con vacunas vivas, aunque las vacunas inactivadas también se han utilizado por razones de seguridad. Se han realizado estudios recientes sobre las vacunas obtenidas mediante ingeniería genética y los resultados de los estudios preliminares parecen ser prometedores (8, 27). El inóculo del virus vivo es una cepa convenientemente atenuada o naturalmente avirulenta del ILTV
Las vacunas pueden administrarse mediante colirios, aerosoles o agua potable. Si se administran con aerosol y se produce e inhala una pequeña gota, puede producirse la enfermedad clínica. Los pollos jóvenes pueden requerir la vacunación en zonas endémicas, pero muestran las reacciones más graves a la vacuna. Pueden requerirse dosis repetidas para conseguir una buena protección. El nivel de virulencia del virus de la vacuna es crítico. Las cepas de virulencia leve pueden no ser efectivas y las de virulencia más alta, pueden causar enfermedad grave.
La vía de administración por aerosol requiere que se tenga cuidado con el tamaño de la gota y la uniformidad en la aplicación. Puede ser más efectiva con cepas de virulencia leve, pero puede ser más peligrosa con cepas muy virulentas. En la actualidad, con las vacunas disponibles, se trata de establecer un compromiso entre una falta de eficacia y una seguridad escasa. Debido a la persistencia del virus de la vacuna virulenta en una zona, puede ser difícil interrumpir la vacunación una vez que se ha iniciado. Las infecciones subclínicas mixtas por la vacuna y el virus de campo en aves vacunadas pueden causar una enfermedad grave al estar en contacto con aves cercanas no vacunadas.
La vacunación individual con vacunas vivas en zonas de alto riesgo es el método más eficaz para la prevención de la enfermedad.