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Entrevista con Andrés Valencia. Presidente de FENAVI

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Doctor Andrés Valencia Pinzón, Presidente Ejecutivo de la Federación Nacional de Avicultores de Colombia (en adelante FENAVI), es Economista de la Universidad de los Andes. Cuenta con una amplia experiencia en temas gremiales, sanitarios y de apertura de mercados internacionales.

Fue responsable de la gerencia comercial de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia y representante de la organización en Asia. Ha sido Gerente General del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), Asesor Internacional de la Federación de Cafeteros, Negociador Internacional del Ministerio de Comercio Exterior, Negociador de la Misión de Colombia ante la OMC y asesor del Consejo Superior de Comercio Exterior.

¿Qué cifras representa la industria avícola en Colombia?

El mercado avícola en Colombia es una industria que equivale en pesos colombianos a 16 billones, lo que equivaldría a 5.000 millones de dólares, a la tasa de cambio que podemos tener hoy. Es una industria que está compuesta por tres sectores: el de la incubación, el que produce el huevo y  el de la carne de pollo.

Cada año Colombia ingresa a granjas alrededor de 780 millones de aves, 740 millones para pollo de engorde y unos 40 millones para poner huevos.

Es decir, es una industria grande, que no ha dejado de crecer en los últimos 15 años, y cada año que cerramos producción de huevos y pollo es récord.

Este año vamos a cerrar con alrededor de 1.460.000 toneladas de carne, lo que consolida al sector como gran productor de carne del país. La siguiente industria que produce más carne es la de res, que más o menos es la mitad de la carne de pollo. Luego sigue la carne de cerdo, que es una séptima parte, y luego sigue el pescado, que más o menos es lo mismo. En ese sentido, el gran generador de carne en Colombia es la industria avícola.

¿Y en el caso del huevo?

Para el caso del huevo también vamos a romper un récord de producción de huevos este año, que creo que vamos a superar los más de mil millones de huevos al mes. Esto consolida la industria del huevo como la tercera, y próximamente, la segunda proteína más consumida en el país.

De promedio, per cápita, en Colombia se consumen unos 252 huevos al año y unos 30 kilos de carne de pollo.

En unos cinco años yo creo que el consumo de huevo en kilos per cápita va a ser superior al consumo de carne de res. Dentro de muy poco tiempo, el pollo  y el huevo serán las proteínas más consumidas en Colombia.

De los 70-80 kilos per cápita que consumimos los colombianos de proteína, incluido el huevo, la avicultura está aportando aproximadamente 45 kilos.

De esa gran torta, nosotros somos los que estamos proveyendo más. Eso quiere decir que nosotros tenemos un factor fundamental, la seguridad alimentaria. Tenemos más o menos unas 7.000 granjas avícolas en el país, una industria que genera más de 400.000 empleos, que moviliza mucha carga, por lo que significa mover todo: materias primas, productos finales, insumos…

Pero materias primas no tienen a su alcance…

Tenemos unas debilidades asociadas: la ausencia de materias primas locales. Esa ha sido una nuestra gran debilidad, que nos impide ser competitivos, pero sin afectar nuestra productividad que es de talla mundial.

Tenemos un nivel de productividad que no tiene nada que envidiarle al de Brasil o Estados Unidos en materia de producción de carne de pollo y materia de huevo: los equipos, las plantas, los sistemas de producción, las eficiencias en el alimento balanceado.

El único fallo es la falta de materias primas, porque todo es importado de los Estados Unidos, sobre todo el maíz amarillo, que es un gran insumo para la producción de alimento balanceado.

Hoy en día la industria avícola está consumiendo más o menos las dos terceras partes de alimento balanceado de Colombia: estamos hablando que de los 7 millones de toneladas de alimento balanceado que produce el país, 5 millones de toneladas se consumen en avicultura.

Somos un sector que está totalmente integrado hacia atrás en la producción de alimento.

¿Cuál es la misión de FENAVI y qué actividades realizan?

Manejamos un fondo parafiscal, de recursos públicos, donde los avicultores todos los días cuando compran un pollito o una pollita de un día pagan un impuesto, que se recauda desde las incubadoras y lo entregan a Fenavi; nosotros lo depositamos en una cuenta aparte de nuestras cuentas normales del negocio y constituimos un fondo que se llama el Fondo Nacional Avícola.

Lleva 20 años operando y recauda más o menos unos 6 millones de dólares al año. Con esa plata, nosotros invertimos en consumo, en promoción de actividades para que los avicultores tengan una mejor sanidad aviar y para que cumplan las normativas ambientales y para que saquen al mercado un producto inocuo y apto para el consumo humano.

¿Quiénes conforman FENAVI?

La Federación Nacional de Avicultores está compuesta por los productores de huevo, los productores de pollos y las incubadoras, que trabajan de la mano.

Somos una federación a la cual están asociadas seis asociaciones de productores a nivel regional, que son avicultores de las zonas más importantes del país: Santander, el valle del Cauca, la costa, Antioquia, el eje cafetero y Bogotá

Las asociaciones regionales son las que afilian a los avicultores. Cada una tiene una independencia presupuestaria y una autonomía adminsitrativa.

O sea, que al final revierte en los avicultores…

Hacemos unas inversiones, pero Fenavi las devuelve en todos los servicios que presta. Al final hay una retribución de la cuota que se paga.

Lo que hemos hecho recientemente, además, es vincular los recursos de los avicultores con los recursos del sector público, con el Ministerio de Agricultura, del Servicio Nacional de Aprendizaje -que es la institución educativa de formación en Colombia- y con recursos de otras entidades, haciendo una gran bolsa que el año pasado fue el equivalente casi a los 8 millones de dólares.

Esto es una situación sui generis tal vez para la avicultura a nivel mundial, pero que nos ha permitido financiar nuestras propias campañas de consumo y jalonar el crecimiento en Colombia del pollo y el huevo, el cual se ha duplicado en los últimos tres años.

¿Interviene el banco y las inversiones suyas de alguna manera en la fluctuación de precios?

No tenemos absolutamente ninguna incidencia en precio, no inducimos la oferta ni inducimos el comportamiento de producción de los avicultores.

Manejamos mucha información económica, que les sirve a los avicultores, por supuesto, para tomar decisiones. Pero el gremio en ningún momento tiene incidencia ni en la oferta ni en los precios ni en el mercado de carne de pollo o producción de huevo. Esa no es nuestra función.

Pero, ¿cómo se articula en función de la demanda?

Digamos que todos los días la demanda de pollo y huevos crece. En Colombia no hemos tenido caídas en las producciones salvo algún episodio que tuvimos tal vez hace unos diez años. Siempre ha crecido sistemáticamente, en la medida en que la carne de res es más cara, la carne de cerdo es más cara y el huevo es el más barato, y también en la medida en que Colombia vaya saliendo de la pobreza y haya más gente que ingrese en la clase media.

El consumo de pollo todavía es bajo, 30 kilos; bajo en comparación con los vecinos, que puede estar en 45 kilos. En huevo tenemos un margen de crecimiento que puede llegar a los 50-60 huevos más.

Lo que el Fondo ha inducido es a la generación de mucha confianza en el sector.

¿Cómo está estructurado el sector de producción de pollos?

En pollos está más concentrado, porque hay más barreras de entrada al negocio; para poder estar en la industria de pollo hay que tener una planta de sacrificio.

Hoy en día hay unas 20-25 empresas  tienen el 75% de la producción de carne de pollo en el país.

Entre la empresa número 1 y la número 2 ya tienen el 25% del mercado. Después hay una serie de empresas medianas que pueden tener unas producciones por debajo del 5%.

¿Y el de huevos?

Para el caso de huevos hay una dispersión, porque el huevo es un producto que tiene menos barreras de entrada para los productores.

Es un sistema de medianos y pequeños productores. Más o menos 50 empresas tendrían el 50% de la producción.

En Colombia hay una producción en jaula y en piso. Tenemos más o menos el 70% de la producción en jaula pero hay un mayor número de granjas en piso, lo que significa que son más pequeñas.

¿Qué campañas de promoción del consumo se han llevado a cabo?

Con los recursos del Fondo realizamos campañas de consumo. Hoy en día nos podemos estar invirtiendo unos 2-3 millones de dólares entre pollo y huevo, en  campañas en radio, televisión, en festivales que hacemos dos veces al año, en el Día Mundial del Huevo, campañas con escolares, con amas de casa, con la comunidad médica…

¿Desde hace cuántos años se organiza el Congreso Nacional Avícola en Colombia?

Este fue el congreso número XVIII. Nosotros hacemos un congreso cada dos años, así es que llevamos 36 años trabajando en este congreso. El primero surge antes de la creación de Fenavi como tal.

Antes existían tres gremios, que se unieron hacia el año 94 y se crea uno solo como un gran interlocutor de los avicultores ante el gobierno. ¿Cuál ha sido el resultado de la edición 2016?

Se han cumplido totalmente las expectativas. Yo creo que más de lo que esperábamos. Yo creo que ha sido el congreso con más asistencia de la historia. Desde el punto de vista de personas registradas hemos tenido 1560.

Aparte tenemos una muestra comercial que se está volviendo una gran feria, en la que no sólo están los productores, sino también sus proveedores.

Tenemos aproximadamente 160 stands y cada vez la muestra comercial es mayor.

¿Cuáles son los desafíos a los que se tiene que enfrentar la industria en Colombia?

Muchos. El proceso de paz, porque estamos en un momento de incertidumbre. Tendremos un país más compacto, más unido, sin tanta polarización, y eso es fundamental para sacar al país de la inmovilidad en la que estábamos. Llevamos cuatro años inmóviles esperando que se resuelva el proceso.

También tenemos un desafío tributario. Si no hacemos una reforma tributaria tendremos problemas graves; debe ser lo suficientemente estructural y profunda como para que garantice un recaudo que reduzca el riesgo país, pero al mismo tiempo lo suficientemente buena para el bolsillo de los colombianos.

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