¿Por qué la vacunación se convierte en una técnica clave para el control de salmonella en avicultura?
La vacunación se integra dentro de una estrategia global de lucha contra la Salmonella donde cada punto de control es crucial.
En el contexto actual donde se ha de racionalizar el uso responsable de antibióticos, cuyo uso en avicultura no está permitido para el control de lotes positivos a Salmonella, quizá se debería plantear hacer extensible esta normativa al resto de especies productoras de alimentos, a tenor de los buenos resultados obtenidos con la vacunación en avicultura en los últimos años.
¿Cuál es el objetivo de la vacunación como parte de un sistema integral de control?
El objetivo último de la vacunación contra salmonella es otorgar al animal las defensas que necesita para responder ante una posible infección por Salmonella. En una estrategia de 360º contra Salmonella donde todo se ha de controlar para evitar la entrada del patógeno al interior del ave (Bioseguridad, LDD…) la vacunación se hace imprescindible como medida última de lucha contra el patógeno.
- Las granjas avícolas están en constante movimiento por infinitud de acciones (proveedores, visitas, averías…) y controlar todo el flujo de actividades es complicado.
- Por esto, la vacunación se revela como esencial, ya que, ante cualquier posible error en las medidas de bioseguridad previas, la protección otorgada por la vacuna será lo único de lo que disponga el animal para hacer frente a la infección.
- Poder contar con anticuerpos de tipo Ig A secretora y leucocitos específicos de serotipo como medida final de lucha contra la infección es el mayor valor que pueden otorgar las vacunas contra Salmonella, en especial las vacunas vivas atenuadas.
- Si además en una misma vacunación puedes proteger contra dos serotipos distintos la protección será aún mayor.
¿En qué afecta al sector avícola la presencia de Salmonella Typhimurium en el sector porcino?
Las prevalencias de Salmonella en el sector porcino, especialmente en el serotipo Typhimurium (incluida la variante monofásica), pueden afectar al sector avícola en términos de diseminación del patógeno a granjas avícolas.
En porcino, al igual que en avicultura, una infección por S. Typhimurium puede ser asintomática. Además, podemos encontrarnos granjas positivas a Salmonella tanto en la fase final de cebo, como en etapas previas de producción, como pueden ser en granjas de madres o abuelas.
En términos generales, dos de los factores que pueden favorecer esa dispersión de la Salmonella entre granjas porcinas y avícolas serían una distancia demasiado cercana entre granjas, o una inadecuada gestión de purines.
Particularmente preocupante empieza a ser este último hecho debido a la mayor adaptación de los sistemas productivos a modelos donde los animales salen al campo. Terrenos colindantes entre zonas para las aves y zonas de esparcimiento de purines, son factores predisponentes de diseminación de Salmonella, y por ello debe ser un factor a tener en cuenta.
Parece que existe una cierta relación entre las dos serovariedades de salmonella entérica, entonces… ¿Por qué debemos vacunar contra S. Typhimurium?
Las variedades contempladas en el objetivo de control del PNVC de Salmonella en las poblaciones de broilers y gallinas ponedoras son S. Enteritidis y S. Typhimurium. Aunque pertenecen a la misma subespecie (entérica) están clasificadas en diferentes serogrupos: O:4 para S. typhimuriun, antiguo grupo B según WKLM; y O:9 para S. Enteritidis, antiguo grupo D según WKLM.
Se ha podido llegar a demostrar cierta protección cruzada de una variedad hacia la otra, pero del mismo modo también se ha demostrado que la mejor forma de proteger frente a una variedad es utilizando la cepa homóloga de ese serotipo en concreto.
El hecho de que la protección otorgada frente a S. Typhimurium la ofrezca una vacuna propia del mismo serotipo, ofrece las garantías de que, ante un desafío, la inmunidad del animal estará conferida por una vacuna que comparte los mismos tipos antigénicos que los de la cepa campo, y no por otra vacuna de un serogrupo diferente.
La inmunidad homóloga siempre ofrece mejores garantías que la inmunidad heteróloga en materia de Salmonella.
¿Qué requisitos debe cumplir una vacunación correcta frente a S. enteritidis y S. typhimurium?
El objetivo fundamental de una correcta vacunación contra Salmonella es proteger lo antes posible a los animales, contra los serotipos implicados en los planes de vigilancia y control, e intentar que la protección sea lo más prolongada posible.
Para cumplir con las máximas garantías de una correcta vacunación hay una serie de puntos clave a tener en cuenta:
- La sanidad de los animales a vacunar, donde el posible uso de antibióticos puede inactivar la cepa vacunal.
- La bioseguridad durante la vacunación que garantice que no se producen contaminaciones externas en el momento de la vacunación.
- El correcto manejo de la vacuna hasta el momento justo de la vacunación, donde el mantenimiento de la cadena de frío y el resguardo de la luz son esenciales.
- Y, por supuesto, el propio acto vacunal en el que nos debemos asegurar que todos los animales reciben al mismo tiempo la preparación vacunal.
Aunque en muchas ocasiones las personas responsables de la vacunación son trabajadores con una gran experiencia en ello, no conviene relajarse con algunos puntos, (como los restos de higienizante en agua o el uso de estabilizadores), y actualmente una auditoria de vacunación es la mejor forma de chequear y garantizar que la vacunación en granja se hace de la mejor manera posible.
¿Qué opina de la autorización de otras medidas de lucha contra las salmonellas como, por ejemplo, los fagos?
El uso de fagos en la industria avícola como lucha contra la salmonella es algo de lo que se lleva hablando algunos años. Existen algunos puntos a tener en cuenta en este tipo de lucha contra la salmonella:
- La especificidad del fago por la población de Salmonella contra la que se pretende actuar, que debería ser exclusiva contra determinados serotipos de salmonella.
- La seguridad del producto, ante una posible reversión a virulencia de un agente hasta ahora poco conocido en las instalaciones avícolas.
Como concepto, el uso de virus que fagocitan bacterias (en este caso de Salmonella) se podría encuadrar como una estrategia de desinfección más que de prevención, y es en este punto donde creo que podría tener su sitio. El uso de fagos como medida adicional a la desinfección en manadas que hayan sido positivas a Salmonella durante la crianza, ayudaría a asegurar una mejor eliminación de la bacteria en las instalaciones y materiales.
El nivel de actuación es diferente que el de las vacunas, ya que, en el caso de los fagos, la presencia de Salmonella se hace necesaria para que puedan actuar, mientras que en el caso de las vacunas es la propia cepa seleccionada la que genera las defensas específicas.
¿Le parece que, en algunas granjas, las medidas de bioseguridad sobre roedores e insectos se relajan un poco?
En la industria avícola actual, es bien conocido por todos, que tanto roedores como los ectoparásitos más conocidos (ácaro rojo; Alphitobius diaperinus o la moscas) pueden trasmitir Salmonella de unas instalaciones a otras.
Atrás va quedando la lucha contra estos agentes solo mediante el uso de barreras físicas (mallas pajareras o mosquiteras, cepos para roedores…) y hoy en día se hace necesario el conocimiento concreto de los diferentes productos autorizados en el mercado teniendo en cuenta recomendaciones de uso, dosis, especies diana y mecanismo de acción.
Del mismo modo, tan importante como el correcto uso de los productos, es una correcta concienciación dentro del equipo de trabajadores en la empresa, donde el éxito de una costosa aplicación contra ectoparásitos se puede ver afectado por una insuficiente implicación del propio personal de la granja.
En algunas ocasiones, por tema de reducción de costes, el control sobre roedores lo realizan los propios operarios de las granjas que disponen del carnet de uso de plaguicidas necesario. Y es precisamente en este tipo de instalaciones donde mayores deficiencias se observan en materia de control de plagas. La falta de un protocolo estandarizado, y la ausencia de informes que indiquen las acciones correctoras llevadas a cabo redundan en un incorrecto uso de productos y por tanto en un inadecuado control.
La desinfección del agua con hipoclorito sódico piensa que sigue siendo un buen sistema de desinfección hoy en día. ¿Elimina el biofilm? ¿Se controla bien la cantidad de cloro residual?
La desinfección con hiopoclorito sódico ha sido, y es, un sistema muy utilizado como desinfección del agua de bebida, sobre todo por su bajo coste. Cabe recordar que requiere un tiempo mínimo de contacto de unos 15 minutos, que actúa mejor a pH inferior a 7,5 y que, efectivamente, no elimina el biofilm.
Por otro lado, parece haber una mayor tolerancia a dosis mayores de cloro en los broilers que en ponedoras, donde una concentración de cloro demasiado elevada puede conllevar problemas de cáscara.
Además, el manejo de cloro como higienizante, requiere un control del cloro residual en el final de las líneas a fin de asegurarnos que la cantidad de cloro que llega es suficiente, y esto es un hecho que en la práctica no se realiza adecuadamente en algunos casos.
Si bien es cierto que cada vez más, los productores se van concienciando más de la importancia de una buena calidad del agua para sus producciones. Es por esto, que surgen alternativas al uso del hipoclorito sódico como higienizante, como pueden ser el peróxido de hidrógeno o el dióxido de cloro.
¿No cree que debería ser más importante hacer un enfoque integral de las medidas contra salmonella que apoye la vacunación?
La vacunación contra Salmonella como medida de control ha demostrado ser una de las herramientas más importantes en la reducción de prevalencias tanto en toxiinfecciones alimentarias en humanos como en manadas avícolas. La posibilidad de vacunar frente a los dos serotipos objetivos de control (en el caso de ponedoras y broilers) debería fortalecer aún más la idea de la vacunación como medida de control.
Además, en un mercado que se va moviendo cada vez más hacia una producción alternativa (campera y ecológica) parece que estas consideraciones van cobrando cada vez más importancia dentro del sector.
Pero la verdad es que, desde los organismos oficiales en las diferentes comunidades autónomas el enfoque no es el mismo. Así, podemos encontrarnos con diferentes modelos de apoyo a la vacunación contra salmonella dependiendo de donde nos encontremos; pudiendo ser de hasta un 40% en algunas comunidades, o de ningún apoyo económico en otras.
No solo en materia de subvenciones hay diferencias, también en el tipo de cepas a utilizar contra salmonella, donde en algunas comunidades la obligación en gallinas ponedoras incluye al menos una vacunación contra cada uno de los dos serotipos implicados (S. Enteritidis y S. Typhimurium), si bien en otras no hay ninguna especificación al respecto.
Conocidas normas de calidad como la Red Lion obligan a vacunar frente a los dos serotipos de salmonella, y puede que pronto este tipo de requerimientos lleguen a ser requeridos por las grandes cadenas aquí en España.
Por ello, la necesidad de armonizar un apoyo a la vacunación contra Salmonella común a todas las comunidades y con unos requerimientos mínimos se hace imprescindible tanto para evitar diferencias competitivas entre productores como para seguir siendo un país referente en la lucha contra Salmonella.
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