Debido a muchos factores nuestros hábitos de alimentación difieren bastante de los que teníamos ayer.
…Carne elaborada en un laboratorio, huevos fabricados a partir de materias vegetales, galletas hechas con harinas de insectos o cualquier nueva exquisitez que se le ocurra al homo sapiens…
Hoy en día, sabemos que ya se están haciendo alimentos de ese tipo y que no son ideas de un futuro lejano, pero ¿estamos preparados para la
revolución alimentaria?
Tenemos que estarlo, el trabajo en el campo se está informatizando a gran velocidad. Nuestras nuevas instalaciones de aves están programadas para emitir gran cantidad de datos que van a un ordenador para que las gestione con la supervisión del avicultor según la temperatura, la humedad, el peso de las aves, la cantidad de gases nocivos presentes, etc. y con ello conseguir mejores producciones.
Pero es que la agricultura no se queda atrás y las plantaciones de hoy en día también tienen sensores que emiten la información que se envía a ordenadores, y nunca mejor dicho a una nube, que almacena la información de muchas plantaciones y controla la producción de áreas geográficas enteras.
No tenemos mucho tiempo para mirarnos el ombligo. Hay que ir acondicionando muchas instalaciones avícolas para adecuarnos al reto del futuro que ya está aquí.El acondicionamiento no implica despilfarrar dinero, sino hacer las modificaciones necesarias con cabeza.
Esta mejora influirá decididamente en una mejor producción avícola y además redundará en un incremento de las ganancias económicas obtenidas en cada lote y en una mejora de la calidad de vida del avicultor.
Aquellos que no consigan producir buenos productos avícolas y a un buen costo están avocados a su desaparición en la industria.
El sector avícola va a tener que enfrentarse a sectores industriales muy fuertes que ya comercializan mayonesas sin huevo o sustitutivos de carne de pollo con sabores similares que rivalizan en el mercado mezclados en productos alimenticios, muy difíciles de ser diferenciados.
Debemos buscar nuevas posibilidades y comenzar a tomar decisiones para no quedarnos en fuera de juego. Sólo hay que recordar que en los últimos tiempos la producción de pollo en la Unión Europea está descendiendo y que éste descenso en el cuarto trimestre del año pasado llegó al 23 %.