Icono del sitio aviNews, la revista global de avicultura

Estrategias para enfrentar desafíos intestinales en postura

PDF

Enfermedad Intestinal

IMPORTANCIA

La integridad intestinal juega un papel crítico en la producción animal. Ha ganado interés debido a la búsqueda de rentabilidad, la preocupación por el bienestar animal y la necesidad de reducir el uso de antibióticos.

Una adecuada integridad intestinal asegura el aprovechamiento de nutrientes y mantiene el equilibrio en la microbiota para lograr un buen desarrollo y producción. También minimiza el porcentaje de huevo sucio y reduce el impacto ambiental del amoníaco y otros gases que afectan el bienestar de las aves.

En Europa, las enteritis bacterianas son las responsables del 50 a 70% del uso de antibióticos. Además, muchos de estos problemas se presentan de manera subclínica, por lo que no son detectados, generando un alto impacto económico.

FACTORES PREDISPONENTES

El mantenimiento de la integridad intestinal va mucho más allá de la adición de un promotor de crecimiento en la dieta y debe ser evaluado de manera integral.

Los desafíos para las aves comienzan con su llegada a la granja, un ambiente totalmente nuevo en el que deben adaptarse rápidamente.

Luego, durante el periodo entre la segunda y décima semana, las aves enfrentan despiques, desafíos sanitarios, procesos de vacunación incluyendo vacunas vivas de IBD, ND, IBV entre otras, que replicarán en el tracto gastrointestinal (TGI) y que también aportan su cuota.

Posteriormente, se produce el traslado y su adaptación a nuevas condiciones de manejo, además de cambios hormonales que generan inmunosupresión a medida que se alcanza el pico de producción.

Otros factores como los apagones, problemas con el equipo de alimentación, la calidad de agua, fondos de silo, depredadores, robos y cualquier otro que genere estrés también deben tenerse en cuenta.

Desde el punto de vista nutricional, se ha asociado con dietas desequilibradas, de baja digestibilidad, soyas mal cocidas, harinas de carne y pescado de mala calidad, grasas rancias, etc.

PRINCIPALES ENFERMEDADES

Los eventos más frecuentes a nivel intestinal ocurren como resultado de un desequilibrio en la microbiota, donde algunas bacterias aprovechan el exceso de nutrientes o cambios en las condiciones incrementando sus poblaciones.

Este es el caso de la disbiosis o disbacteriosis (Foto 1) donde no hay una bacteria específica responsable y por ende un aislamiento o antibiograma no resulta de utilidad. Se caracteriza por signos inespecíficos como diarrea, presencia de gas, inflamación, etc., lo que disminuye los rendimientos y predispone a problemas más severos.

Foto 1. Disbacteriosis: presencia de gas y descamación celular. Cortesía Dra. Lucy García.

La enteritis necrótica es causada por Clostridium perfringens, un habitante normal del intestino, que produce toxinas que generan necrosis de la mucosa, pseudomembranas (Foto 2) y alta mortalidad.

Foto 2. Diferentes grados de evolución de una enteritis necrótica asociada a E. tenella.

La duodenitis necrótica focal es asociada con Clostridium colinum y aunque rara vez causa mortalidad, provoca pérdidas en producción y rendimientos. Sus signos clínicos son inespecíficos y muchas veces difíciles de identificar. Se caracteriza por la presencia de úlceras en el duodeno que se observan durante la necropsia (Foto 3).

Foto 3. Duodenitis necrótica focal. Cortersía de Trouw Nutrition

En general, no debemos perder de vista que las afecciones intestinales suelen ser problemas multifactoriales que requieren un abordaje integral.

MANEJO PREVENTIVO

La integridad intestinal se comienza a formar desde la postura del huevo, que debe contener todos los nutrientes y anticuerpos necesarios para el adecuado desarrollo del ave. Las aves que sufren sobrecalentamiento en el último tercio de la incubación nacen con un intestino más corto.

Además, el rápido consumo de agua y alimento desarrollan mejor las vellosidades y las glándulas accesorias multiplican su tamaño en los primeros 10 días. Por lo tanto, un adecuado manejo resulta indispensable. La microbiota intestinal se estabiliza alrededor del día 21, por lo que la calidad microbiológica de agua y alimento serán trascendentales.

Es indispensable un estricto control sobre las materias primas, regulando el uso de ciertos ingredientes.

Se debe evaluar el nivel de micotoxinas, analizar posibles sinergias, implementar un adecuado programa de conservación de materia prima, utilizar secuestrantes de buena calidad que ayuden a controlar las toxinas, así como sus efectos en el ave.

También revisar la calidad de las grasas, la cocción de la soya, la digestibilidad y calidad de las materias primas en general. El uso de nutrición de precisión y la mayor cantidad de fases posible permitirán ajustar la dieta a las necesidades fisiológicas del ave, evitando un exceso de nutrientes en las partes bajas del intestino.

Técnicas como el “Split Feeding” incluso ajustan los nutrientes de acuerdo con las necesidades de la ponedora en diferentes momentos del día. Otros factores como una adecuada granulometría, adecuados niveles de grasa y proteína y la adición de enzimas exógenas puede ayudar a promover la salud intestinal.

El agua de bebida debe ser potable, con un pH ácido, ya que el agua básica reduce la actividad de las enzimas digestivas, favorece la producción de biopelículas y endotoxinas debido a la proliferación de algas y microbios.

Los ayunos prolongados deben ser evitados pues alteran el pH y la motilidad intestinal. Después de cinco horas de ayuno, los caracteres de la mucosa cambian y aumenta la enteritis mucoide.

Durante mucho tiempo se han utilizado antibióticos como promotores de crecimiento para evitar desequilibrios y controlar principalmente al C. perfringens.

Estos funcionan mediante dos mecanismos: en primer lugar, reducen el pH del medio generando un ambiente hostil para bacterias patógenas como C. perfringens, Salmonella spp., Campylobacter spp., E. coli, etc. Además, la fracción no disociada ingresa a las bacterias perturbando su fisiología, lo que lleva a su destrucción.

También se ha demostrado que estas sustancias tienen sinergias en diversas combinaciones, por lo que se han desarrollado diferentes presentaciones, como ácidos libres, buferados o protegidos, cada uno con diferentes propiedades y enfoques para controlar diferentes zonas del TGI.

También es posible aprovechar las propiedades antimicrobianas del cobre mediante el uso de hidroximinerales que son menos reactivos con otros ingredientes y al ser de lenta liberación permiten su uso en altas dosis. En el caso de ponedoras, se ha tenido éxito utilizando cobre en intervalos no continuos.

Los fitogénicos varían según su composición, muchos de ellos tienen propiedades antimicrobianas, inmunoestimulantes y/o antiinflamatorias. También se han utilizado como estimulantes del apetito, jugos gástricos, pancreáticos, antioxidantes y como protectores de la pared intestinal.

Algunos son muy volátiles y se absorben en el primer tramo del TGI, por lo cual deben ser protegidos para mantener su efectividad.

Los probióticos introducen microorganismos beneficiosos en el TGI, los prebióticos promueven su crecimiento y los simbióticos son el resultado de la combinación de ambos.

Por último, cualquier afección del TGI superior que afecte la adecuada función de alguno de sus órganos repercutirá en la digestión y por ende en la integridad intestinal.

Por lo tanto, se debe prestar atención a la calidad del despique, presencia de úlceras en boca, proventriculitis o erosiones de molleja (Fotos 4 y 5).

Foto 4. Despique mal hecho que compromete el adecuado consumo de nutrientes en el ave.

Foto 5. Proventriculitis que interfiere en la secreción de ácido clorhídrico y adecuado funcionamiento del proventrículo.

El manejo preventivo y el enfoque integral son fundamentales para mantener la integridad intestinal en las aves de producción y minimizar los problemas de salud y rendimiento asociados.

PDF
PDF
Salir de la versión móvil