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En su cuarta edición, el Salón Internacional de Avicultura y Porcicultura (SIAVS 2017), promovido por la Asociación Brasileña de Proteína Animal (ABPA), obtuvo récords de público, número de empresas participantes y volumen de recursos en negocios cerrados. Se trata de una curva ascendente, reflejando la fuerza de la avicultura brasileña, cuyo volumen de embarques de carne de ave representa cerca de 40% del total del producto exportado en el mundo.
En total, 15.300 visitantes provenientes de 51 países estuvieron en SIAVS 2017, superando en aproximadamente 30% al público de la edición de 2015. Los asistentes fueron productores, presidentes y directores de compañías del sector, gerentes de compra, técnicos y otros jugadores de la avicultura y porcicultura. Un público altamente calificado y con gran poder de decisión.
Durante el SIAVS, 151 empresas expositoras estuvieron presentes en los más de 15 mil m² de área comercial, representando un crecimiento de 40% en el área de superficie de la feria con relación a 2015.
El evento también contó con la presencia de más de 1.400 avicultores y porcicultores, que participaron del Proyecto Productor. Además de 1.700 congresistas, que se hicieron presentes a la mayor programación de conferencias del sector productivo.
BRASIL UNIDO
Principal foro político del sector, el SIAVS 2017 reunió, en la solemnidad de la apertura, a los gobernadores y vicegobernadores de siete estados: São Paulo, Mato Grosso do Sul, Goiás, Santa Catarina, Espírito Santo, Rio Grande do Sul y Paraná. Se trata de cinco de los mayores productores y exportadores de pollos de engorde, es decir, 10.615 mil toneladas (80,12% de la producción brasileña) y 3.975 mil toneladas (90,6% del total exportado por Brasil), respectivamente, según datos de la Embrapa (2016).
En la apertura del evento, el presidente de la ABPA, Francisco Turra, afirmó que «finalmente» los exportadores de carnes de pollo y porcino del país están superando los impactos generados por la Operación Carne Débil, desencadenada por la Policía Federal (PF) en marzo, que provocó diversos embargos internacionales.
«Este año enfrentamos la crisis de imagen más grave de la historia del sector y de nuestros productos. Pero puedo decir, con tranquilidad, que estamos finalmente superando ese episodio», afirmó Turra. Según él, «fueron largos cinco meses» para comprobar que la carne producida por Brasil es – por regla general, buena. «Queremos corregir las excepciones», sentenció. En la oportunidad, Turra llamó a toda la cadena productiva a tener una visión optimista para el futuro y a seguir enfrentando los desafíos.
Escenario nacional
Los embarques brasileños de carne de pollo sobrepasaron la marca de 400 mil toneladas en el mes de agosto, presentándose como el segundo saldo mensual positivo en 2017, desde la serie de errores cometidos en la difusión de la Operación Carne Débil. El primer saldo positivo fue presentado en el mes de julio, cuando Brasil exportó 385 mil toneladas.
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) prevé un crecimiento de 3% en la producción brasileña de pollo para 2018 (13,8 millones de toneladas). El estudio de proyección de la producción agropecuaria brasileña para la próxima década, difundido por el Ministerio de Agricultura, Pecuaria y Abastecimiento (Mapa) y Embrapa también demuestra esa tendencia de crecimiento.
La producción de carne de pollo en Brasil, según el estudio del Mapa, es la que más crecerá en los próximos diez años, alcanzando una tasa de 33,4% (2,8% anual), es decir, pasando de 13.440 mil toneladas en 2017, a 17.930 mil toneladas en 2027.
Escenario internacional
Sin embargo, explicó el canciller, la tendencia es que el mercado internacional de carnes siga demandado. Citando datos de la FAO, Azevêdo proyectó un crecimiento del comercio internacional para la carne porcina de 4% y para la carne de pollo en 2,9% para este 2017. «Vamos a tener un crecimiento robusto y saludable», afirmó Roberto Azevêdo
El director general de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Roberto Azevêdo, fue el responsable de la apertura del SIAVS 2017. Según él, ante una coyuntura económica adversa, donde el comercio global crece a un ritmo lento, hay que garantizar condiciones para que la avicultura y porcicultura brasileña logre aprovechar al máximo las oportunidades en el mercado internacional.
De acuerdo con Azevêdo, en 2016, el crecimiento del comercio internacional fue de 1,3%, el ritmo más lento registrado desde la crisis financiera de 2008. Según el director de la OMC, las transacciones comerciales mundiales deben avanzar 2,4% este año. Confirmado ese índice, el comercio internacional habrá crecido por debajo de 3% por sexto año consecutivo, una secuencia negativa sin precedentes desde la Segunda Guerra Mundial.
De acuerdo con Azevêdo, el aumento de la demanda por alimentos, especialmente por proteína animal, en los países en desarrollo y la caída en los precios de los cereales utilizados en la producción de ración, serán los principales inductores de ese crecimiento. «Por eso es importante asegurar que Brasil se mantenga competitivo y aproveche esas oportunidades», aseveró.
Brasil competitivo
El desafío de cómo alimentar al mundo fue debatido en el panel que reunió al presidente de la Cooperativa Central Aurora Alimentos, el vicepresidente brasileño de BRF y el presidente global de operaciones de JBS.
El crecimiento poblacional estimado es de más de 2,2 billones de personas hasta 2050, lo cual va a generar un aumento de 60% en el consumo de proteína animal. El desafío de cómo alimentar al mundo fue debatido durante el SIAVS 2017, en el panel que reunió al presidente de la Cooperativa Central Aurora Alimentos, Mário Lanznaster; el vicepresidente de BRF Brasil, Alexandre Moreira Martins de Almeida: y el presidente global de operaciones de la empresa JBS, Gilberto Tomazoni.
Ya en 2015, BRF apuntaba a que Brasil es muy competitivo en la fase de producción, pero pierde fuerza cuando se trata de valor agregado. El vicepresidente brasileño de BRF destacó que la inversión en innovación es una de las formas que encontró la empresa para enfrentar esa dificultad. BRF invierte más de R$200 millones por año en innovación de productos.
La internacionalización también fue destacada como una de las estrategias de BRF, iniciada en 2014, para combatir los altos costos al otorgar valor agregado. En concreto, con respecto al mercado Halal, el CEO destacó que la BRF construyó la mayor planta de procesados en el Medio Oriente, consiguió distribuidores en los Emiratos Árabes, Omán, Kwait y Qatar, segregó las actividades en Brasil en una nueva compañía, Onefoods, y adquirió Banvit en Turquía.
Alexandre Moraes recordó que los requisitos en calidad y seguridad alimentaria son cada vez más exigidos. «Estamos invirtiendo fuertemente en ese sentido y cosechando resultados muy rápidos, lo que nos permite cada vez más mejorar los índices de atención al mercado externo», subrayó.
Al igual que la BRF, JBS también tiene presencia en diferentes países del mundo como EE.UU. e Inglaterra, gestionando las empresas de forma independiente. La inversión en diversificación del portafolio es otra característica que también es muy fuerte en JBS.
Para el presidente global de la empresa, alimentar al mundo con una cadena sostenible es el gran desafío del sector. La existencia de una laguna entre la realidad del sector de producción de alimentos y la percepción del consumidor es una de las barreras a ser vencida.
El presidente de la Aurora habló sobre los desafíos para la producción de carne porcina, elogió la actuación del Ministro de Agricultura ante la repercusión de la Operación Carne Débil y defendió la intervención del gobierno en la misión de ampliar el mercado para exportación de la proteína animal brasileña.
José Antenor Arigoni fue uno de los 1.500 participantes del Proyecto Productor. Él vino representando a la empresa Seara – Forquilhinha (SC).
La conferencia del Proyecto Productor fue muy productiva, siempre tiene cosas nuevas que aprender. Hoy aprendí que cuando el pollito está corriendo en el criadero puede ser signo de algún problema en el ambiente y no de alegría como yo creía», señaló José Antenor Arigoni.