Desde el inicio de diciembre de 2016 se han detectado hasta 89 brotes de influenza aviar (H5N8 altamente patógena) en el suroeste de Francia. Mientras que se ha logrado estabilizar la zona de Tarn, Aveyron y Lot-et-Garonne, en la zona de Gers, Landes y los Pirineos aun no se ha logrado contener.
Si bien este virus no es transmisible al ser humano, es especialmente agresivo en las explotaciones avícolas, presentando además una rápida difusión.
La Dirección General de Alimentación del Ministerio de Agricultura francés ha establecido una estrategia de erradicación del virus basada en la despoblación, con el fin de proteger las zonas con una alta densidad de explotaciones avícolas e impedir la progresión de la enfermedad.
De esta forma, se sacrificarán todas las aves palmípedas del área definido por el Ministerio, incluyendo la región de Gers, Landes y los Altos Pirineos. Algunas granjas estarán exentas de esta obligación siempre que cumplan las normas de bioseguridad y que no vendan animales vivos, ya que llevan a cabo todo el ciclo de producción, desde la entrada de las aves hasta la transformación del producto final. Tras la despoblación, limpieza y desinfección de las instalaciones, se pasará a la repoblación siguiendo una estrictas normas de bioseguridad.
Las operaciones de sacrificio de las aves comenzaron el 5 de enero, y finalizarán el 20 de enero. El éxito de la estrategia dependerá de la capacidad de movilización de todos los profesionales de la industria para la aplicación y seguimiento de las medidas de bioseguridad.
El vaciado sanitario será de financiación estatal, y las pérdidas asociadas al cese de la producción serán compensadas una vez estabilizada la situación, y tras definir las medidas de buenas prácticas de la industria, con el fin de evitar rebrotes.
