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Productividad en reproductoras pesadas: La fertilidad de los machos

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La productividad de un lote de reproductoras pesadas se mide por el número de pollitos producidos de primera, sanos y al menor costo posible, por gallina alojada.

La producción de huevos y su aprovechamiento en un lote de reproductoras, la fertilidad y la mortalidad embrionaria (granja-planta de incubación) son los indicadores que determinan la productividad de un lote.

En esta oportunidad nos vamos a centrar en la fertilidad, y revisaremos aspectos relacionados a esta variable, a fin de exponer oportunidades de mejora.

El desarrollo testicular

Es importante tener presente las diferentes fases del desarrollo testicular de los gallos -ver Cuadro 1– para un adecuado manejo del macho en la etapa de crianza y producción, debiendo tener presente los eventos que suceden en el desarrollo testicular.

La importancia de la multiplicación de las células de Sertoli radica en que determinan el potencial de fertilidad de los machos.

Un programa de luz de 08 horas durante la etapa de levante desde las 05 semanas de edad determina un crecimiento físico mínimo de los testículos. A partir del primer estímulo de luz, el crecimiento físico de los testículos es significativo.

La máxima producción de semen es a las 28 – 30 semanas de edad estando directamente relacionado con el máximo peso que pueden alcanzar los testículos a esta edad. Posteriormente, se va a producir una reducción en el peso de los testículos y la producción de semen, lo que se traduce en un declive gradual de la curva de fertilidad.

Avance genético

El gran avance genético logrado en el pollo de engorde en cuanto a su velocidad de crecimiento hace más difícil manejar las hembras y machos reproductores.

Espacio de alimentación

El espacio de alimentación para los machos determina la cantidad de alimento que pueden consumir en realidad, al margen de la cantidad de alimento que se les programe (gramos/ave/día).

Efectividad de la monta

La efectividad de la monta es afectada principalmente por un exceso de conformación.

Si bien, con el avance de la edad la reducción de la libido disminuye la frecuencia de monta, un exceso de conformación no permite lograr montas efectivas, aun cuando la frecuencia de montas en machos pesados puede ser mayor que aquellos livianos (Duncan, I.J.H., Hocking, P.M. y Seawright, E., 1990).

CONSIDERACIONES IMPORTANTES PARA LOGRAR NIVELES ADECUADOS DE FERTILIDAD

Curva de crecimiento y conformación de pechuga

Es muy importante tener presente las recomendaciones de las casas de genética respecto a las curvas de peso para los machos.

Una recomendación básica es descartar los machos más livianos a las 04 y 08 semanas de edad, pues de alguna manera estos animales no han tenido una adecuada multiplicación de las células de Sertoli, que les da el potencial de fertilidad.

Con el cambio de alimento de inicio a crecimiento, se observa claramente en las aves una reducción rápida de la tasa de ganancia de peso, que se traduce en la reducción de la conformación de la pechuga. Sin embargo, el control de la conformación de pechuga es recomendado.

Se debe tener mucho cuidado para no llegar a niveles de conformación subóptimos, que luego son difíciles de recuperar y nos lleva a un mayor porcentaje de descarte de machos.

El 75% del desarrollo testicular se produce después de la fotoestimulación hasta las 24 semanas de edad. Una ganancia insuficiente o pérdida de peso en este periodo afectaría este desarrollo testicular.

Las casas de genética recomiendan un formato de pechuga para los machos durante toda su vida. Seguir estas recomendaciones permiten lograr machos “atléticos”, con una alta probabilidad de lograr montas efectivas.

A partir de las 40 semanas de edad hasta el final del ciclo de producción, la frecuencia de monta se reduce, y tener machos en este periodo con conformación de pechugas excesivas afectaría la efectividad de las cópulas.

Clasificaciones en la etapa de producción

En la etapa de cría y recría tenemos la oportunidad de hacer clasificaciones por peso, de acuerdo con una frecuencia que nos recomiendan los manuales de las estirpes. Ello acompañado de una adecuada programación de alimento, nos permite controlar la curva de peso y reducir el descarte de aves de pesos subóptimos.

Para el caso de instalaciones en donde se trabaja con corrales en las naves de producción, también es posible continuar con un programa de clasificación de los machos, bien por peso o por conformación.

Ello tiene como ventajas mantener una adecuada uniformidad de peso evitando la pérdida de machos con una conformación muy delgada hasta antes de las 40 semanas de edad, o tener machos con excesiva conformación posterior a esta edad, con dificultad para tener montas efectivas.

Con estas clasificaciones, simultáneamente se realiza un intraspiking (intercambio de machos). Es importante cuantificar en cada clasificación el porcentaje de machos intercambiados, siendo deseable un 30% para un resultado efectivo en el incremento de la frecuencia de monta.

Para facilitar la clasificación en producción, se recomienda implementar restaurantes, que se logra hacer colocando una malla para encerrar los machos en la línea de comederos que les corresponde.

Se recomienda la colocación de bebederos dentro de los restaurantes en el caso de que los machos vayan a permanecer encerrados por un tiempo prolongado durante la clasificación.

Sobrevivencia de los machos en la etapa de producción:

El porcentaje de machos activos con respecto a las hembras después de las 40 semanas de edad es crítico para lograr niveles adecuados de fertilidad debido a que la frecuencia de monta se va reduciendo.

Cuando se practica el traslado de las aves a las naves de producción, los machos deben ser trasladados primero.

Posteriormente, cuando las hembras llegan a las naves de producción, hay que evitar que ellas roben el alimento de los machos.

Dividir la nave en corrales y usar “restaurantes” para los machos dentro de estos corrales es una práctica frecuente en Latinoamérica.

Cuando la alimentación de los machos es automática, no se recomienda implementar corrales en las naves. Las fallas frecuentes de los sistemas automáticos que afectan la distribución uniforme del alimento en los comederos ocasionan desuniformidad de peso y condición de los machos.

Cuando tenemos corrales, es recomendable realizar la alimentación de los machos manualmente.

Así se garantiza que la cantidad de alimento distribuida en los comederos sea uniforme en la medida de lo posible y que todos los machos reciban la cantidad de alimento programada.

Se recomienda utilizar comederos de canal para los machos. Este tipo de comedero es bastante estable, a diferencia de los comederos tipo plato.

Seguimiento y control de la conformación de la pechuga

La condición corporal del macho es muy importante. Su seguimiento nos permite controlarla con el objetivo de tener a la mayoría de los machos en la condición recomendada (2,5 – 3,0). Se debe monitorear la condición de la pechuga periódicamente.

De las dos opciones para clasificar los machos, aquella por conformación es más práctica y de alguna manera, indirectamente se hace una clasificación por peso. El personal que realiza el monitoreo y clasificación por pechuga debe estar bien entrenado y tener el mismo criterio de las formas de pechuga.

Para la clasificación de los machos es necesario dividir las naves en corrales y tener implementado los restaurantes.

Cuando se realiza el pesaje semanal o las clasificaciones se puede aprovechar para revisar la condición de las cloacas.

 

CONCLUSIONES

Los puntos tratados en esta oportunidad les pueden ser de utilidad para obtener niveles óptimos de fertilidad en los machos y mejorar la rentabilidad.

Los mejores niveles de fertilidad resultan de un adecuado manejo de los machos en la etapa de crianza o levante y durante la etapa de producción.

Debemos tener presente que una adecuada nutrición y alimentación, así como una adecuada bioseguridad que garantice la salud de las aves son requeridas para lograr el éxito esperado.

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