En las últimas décadas, la producción de huevos ha mejorado significativamente, impulsada por la mejora genética, los avances tecnológicos y las nuevas estrategias en relación con el manejo y la nutrición.
Sin embargo, existe una creciente preocupación por parte del consumidor y de la sociedad en general, por el bienestar animal, lo que está marcando pautas y cambios a tener en cuenta en relación con la producción avícola.
Dentro de este contexto, uno de los cambios más destacados dentro de la UE-27, es la prohibición del corte de picos en aves de puesta.
Países como Suecia, Finlandia, Dinamarca, Países Bajos y Alemania ya han prohibido esta práctica.
En España, el Real Decreto 3/2002, de 11 de enero, ya estableció la prohibición de todo tipo de mutilación en animales.
Sin embargo, en el caso de las aves de puesta se permite, de forma excepcional, el corte de picos antes de los 10 días de edad, a fin de reducir la incidencia del picaje de plumas, lo que ayuda a la prevención del canibalismo.
NUEVAS ESTRATEGIAS PARA REDUCIR EL ESTRÉS
Desde un punto de vista productivo, un corte de picos apropiado reduce la capacidad del ave para seleccionar partículas específicas, lo que favorece la ingestión uniforme de nutrientes y reduce las pérdidas de pienso, especialmente de las partículas más finas, que son menos apetecibles y tienden a acumularse en el fondo del comedero.
En vistas de combatir esta problemática, sin comprometer la sostenibilidad económica de la producción, el sector avícola precisa implementar nuevas estrategias con el objetivo de reducir el estrés al que se someten las aves y cumplir con las futuras normativas sobre el bienestar animal y la prohibición del corte de picos.
Entre las mismas merece la pena resaltar las siguientes:
A. Cambios en los programas de mejora genética (selección de líneas de acuerdo con las características anatómicas del pico, más resilientes a situaciones de estrés, y menor propensión al picaje y al canibalismo).
B. Mejorar el manejo general de las aves y el diseño de las instalaciones con atención especial a la reducción de la densidad y un adecuado enriquecimiento ambiental.
C. Modificar la presentación y las características del pienso con una reducción de la concentración energética y asegurando que se satisfacen las necesidades nutricionales del animal en relación con los niveles de sodio, fósforo, aminoácidos y en particular de un nuevo “nutriente”, la fibra inerte.
Todas estas medidas aplicadas, en su conjunto pueden reducir significativamente el nivel de estrés en las aves, lo que resulta en una mejora de su comportamiento productivo.
Fibra dietética
El uso de fuentes de fibra como estrategia nutricional a fin de mejorar el comportamiento de las aves, y por tanto de su productividad, ha cobrado una gran importancia en los últimos años, como consecuencia de disponer, a costes competitivos un mayor número de subproductos agrícolas y coproductos de la industria alimentaria (economía circular), con efectos positivos sobre la salud intestinal.
De hecho, el término “fibra dietética” engloba una amplia variedad de componentes con características químicas y funcionales diferentes, con un mayor o menor aprecio, en función de cómo y quién lo valora.
A este particular:
El gerente del laboratorio de control de calidad valora que la fuente de fibra sea fácil de analizar.
El jefe de fábrica que sea fácilmente manejable.
El nutricionista que tenga un alto valor nutricional y un límite de factores antinutricionales.
El veterinario de campo que no afecte negativamente al comportamiento de las aves y al funcionamiento de su aparato digestivo.
Sin embargo, las fuentes de fibra susceptibles de ser utilizadas en la alimentación de las aves presentan notables diferencias entre sí, lo que unido al desconocimiento actual sobre sus características fisicoquímicas de muchas de ellas supone un reto importante.
Y en medio de esta situación, se encuentra el ave, al que no dejamos participar en la decisión sobre su uso.
Por definición la fracción de fibra de los ingredientes no es digerida por las aves, pero pueden mejorar, según su naturaleza, el desarrollo y la funcionalidad de la porción proximal del tracto gastrointestinal (TGI), la regulación del tiempo de tránsito digestivo, la absorción de agua y la calidad de las excretas.
A este particular, las fibras insolubles, altamente lignificadas y con valor estructural, caso de la cascarilla de avena (CA) y del girasol, muestran beneficios específicos en la producción avícola muy alejados de la problemática de las fibras solubles poco lignificadas, caso de la pulpa de remolacha.
Además, las posibles mejoras de la fibra inerte (insoluble, poco lignificada, con alta proporción de FND, sobre el desarrollo y funcionalidad del TGI contribuyen a reducir el estrés.
Es importante entender que cualquier estrés, especialmente aquellos que afectan al TGI, resultan inexorablemente en una reducción del consumo de pienso y por tanto, de la productividad del ave.
Por otra parte, en términos económicos, la inclusión de fibra inerte en el pienso obliga a reducir la densidad nutricional del pienso, lo que mantiene a las aves “ocupadas” comiendo, con lo que tienen menos tiempo disponible para comportamientos agresivos, favoreciendo un ambiente más tranquilo para las aves.
Recría de aves de puestas
La fase de recría es un periodo crítico que influye de manera significativa sobre la eficiencia y productividad general del lote.
Aunque históricamente las fases previas a la puesta se percibían como un coste, actualmente se valoran como una inversión anticipada, con un impacto directo en la etapa de producción posterior.
Durante esta etapa, los programas de manejo y alimentación tienen como principales objetivos:
- Alcanzar el peso objetivo de las aves con una alta uniformidad en el lote.
- Garantizar un óptimo desarrollo óseo en los primeros estadios de vida.
- Aumentar la capacidad de ingesta de pienso que permita iniciar en condiciones adecuadas los largos periodos productivos actuales.
En este contexto, la incorporación de fuentes de fibra inerte, lo que conlleva el uso de piensos con baja densidad nutricional, adquiere una importancia fundamental.
Durante la fase de recría, la fibra inerte favorece el desarrollo del TGI y aumenta la capacidad de ingesta de las aves y en el inicio de la etapa de puesta, capacitándolas para aumentar de forma significativa el consumo de alimento, clave en los inicios de producción de huevos.
En resumen, incluir fuentes de fibra insolubles muy lignificadas en la dieta durante la recría optimiza el desarrollo físico y funcional de las aves, resultando en una estrategia eficaz para mejorar la productividad en las etapas posteriores del ciclo de producción. nutrición
ENSAYO CIENTÍFICO
En un trabajo reciente (Ben-Mabrouk et al., 2023) hemos estudiado el efecto del corte de picos por infrarrojos en incubadora y la inclusión de CA en pienso, sobre el crecimiento, la preferencia por partículas de distinto tamaño y el comportamiento de picaje exploratorio en pollitas Lohmann Brown.
El diseño experimental fue al azar con 4 tratamientos ordenados de forma factorial con tratamiento o no del pico y la inclusión de CA (0 vs. 3%) como efectos principales.
Cada tratamiento se replicó 20 veces y la unidad experimental fue la jaula con 10 pollitas.
De 0 a 15 sem de vida, se evaluó semanalmente los datos productivos.
Además, se valoró a las 7 sem de edad la preferencia del ave por diferentes partículas según su tamaño (grueso vs. f ino), así como el comportamiento (picaje exploratorio de las pollitas) semanalmente, de 8 a 14 sem de edad.
Rendimientos productivos
De 0 a 15 sem, no hubo efecto alguno en los rendimientos productivos debido al tratamiento o no del pico.
Sin embargo, de 0 a 5 sem, las pollitas con el pico cortado consumieron menos pienso (19,5 vs. 20,5 g/d; P < 0,001) y tuvieron menor crecimiento (9,00 vs. 9,24 g/d; P < 0,01) que las pollitas con el pico sin tratar, pero presentaron una mejor eficiencia alimentaria (2,17 vs. 2,22 g/g; P < 0,001).
Los efectos negativos del corte de picos sobre las variables estudiadas fueron más relevantes durante las primeras semanas de vida (Tabla 1).
De hecho, la mortalidad fue mayor en las pollitas con el pico tratado (2,5 vs. 0,4%; P < 0,01), se concentró en la primera semana de vida.
A las 5 sem de vida, el consumo de pienso se igualó entre tratamientos y el peso vivo sufrió un efecto compensatorio, con mayores ganancias para las pollitas con el pico tratado (14,5 vs. 13,8 g/d; P < 0,01).
Respecto a la fracción de fibra, la inclusión de 3% de CA empeoró la conversión (3,94 vs. 3,84; P < 0,05) y redujo la mortalidad (1,1 vs. 1,7%; P = 0,099) de las pollitas de 0 a 15 sem de vida, sin afectar al resto de parámetros productivos.
A las 4 sem de edad, el diámetro geométrico medio (DGM) y la desviación estándar geométrica (DEG) fueron superiores (P < 0,001) en el pienso original que en el pienso no consumido, que permanecía en el comedero 24 horas tras la provisión del alimento (Tabla 2).
Además, las pollitas con el pico tratado mostraron una mayor selección de parículas gruesas.
Por otra parte, el tiempo transcurrido desde la introducción del estímulo (bolígrafo), colocado en el panel lateral de la jaula a la altura de los ojos, hasta que la primera pollita lo picoteó, fue superior en las aves con el pico tratado y con las aves alimentadas con 3% de CA (Tabla 3).
De manera similar, el porcentaje de pollitas que picotearon el bolígrafo en menos de 5 segundos tras la presentación del estímulo, fue menor en las aves con el pico tratado (57,8 vs. 64,9%; P < 0,05) y en aquellas que recibieron CA en el pienso (57,8 vs. 64,9%; P < 0.05).
En resumen, los datos presentados confirman la necesidad de mejorar la estructura del pienso en todo tipo de aves, bien aumentando el tamaño de partícula, evitando en todo caso el exceso de finos o bien añadiendo fibra insoluble lignificada al pienso.
En este estudio destaca la importancia de asegurar un mínimo de fibra inerte (insoluble y lignificada) en piensos para pollitas y aves de puesta, lo que va a contribuir a reducir la mortalidad sin efecto negativo alguno sobre el crecimiento. Por último, destacar que las pollitas precisan entre 3 y 4 semanas para recuperarse de los efectos negativos sobre el crecimiento del tratamiento del pico en incubadora