La Unión Europea da por extinguidos los dos focos de gripe aviar declarados en sendas de explotaciones de gallinas ponedoras en el municipio de Íscar.
En Castilla y León se detectaron tres brotes de Influenza Aviar de Alta Patogenicidad (IAAP H5N1) en especies domésticas. En la fecha de enero fue el primero de ellos, en una explotación con 18.900 pavos en Fuenterrebollo (Segovia); por siguiente dos focos, ambos en Íscar (Valladolid), en dos explotaciones distintas con censos, respectivamente, de 133.750 y 33.477 gallinas de puesta.
Jesús Julio Carnero, consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, indica “Lo importantes es que la detección temprana ha sido fruto de la vigilancia exhaustiva de los Servicios Veterinarios Oficiales de la Consejería en la zona y la colaboración estrecha con el sector avícola“.
Desde la sospecha los veterinarios oficiales adscritos a la Consejería procedieron a tomar todas las medidas veterinarias de la Ley de Sanidad Animal Europea, que se trataban de una zona de vigilancia con un radio mínimo de 10 km desde el lugar del brote y una zona de protección basada con un radio de 3 km desde el lugar del brote.
En ambas, se tomaron medidas que incluyeron la prohibición de los desplazamientos de aves desde o hacia esa zona, la repoblación de aves de caza, la celebración de ferias, mercados, exposiciones y otras concentraciones de aves. Así mismo, hubo restricciones a los desplazamientos de huevos para incubar, de consumo y de productos de carne de aves.
En el caso de especies silvestres, a pesar de ser necesario extremar las precauciones, la normativa no establece prohibiciones especiales para la avicultura. Solo se exige establecer medidas al objeto de minimizar el contacto en la interfaz silvestres-domésticas. Por ello, la situación en Castilla y León se ha controlado y los avicultores pueden retomar su actividad habitual.
Adicionalmente, actualmente se están desarrollando labores de visita, censado y verificación de sintomatología clínica, así como toma de muestras oficiales en las explotaciones avícolas situadas en esa zona.
A pesar de la alta patogenicidad en gallinas y pavos domésticos, se recuerda que el potencial de transmisión al ser humano de este virus es bajo, y que desde la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural se están llevando a cabo todas las medidas de revisión de bioseguridad y vigilancia para garantizar la detección temprana de cualquier otro caso.