En esta nueva entrada de año, Galicia alerta nuevos casos de gripe aviar y pide reforzar la bioseguridad de las granjas. Se han notificado nuevos brotes de influenza aviar altamente patógena (IAAP) por la Consejería de Medio Rural de Galicia al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA). Esta alerta, que se comunicó a través de la Red de Alerta Sanitaria Veterinaria, confirma la detección del virus en cuatro ejemplares de gaviotas por el Laboratorio Algete Centro Veterinario en Madrid.
Concretamente, tres de estos ejemplares, que fueron localizados en los municipios de La Coruña, Jove (Lugo) y Vilagarcía de Arousa (Pontevedra), pertenecen a la especie de gaviota dorsiamarilla, una de las aves marinas más abundantes de la Cuenca del Mediterráneo. Por otro lado, la gaviota encontrada en el municipio de Sada (La Coruña) es de la especie de gaviota negra.
Una mitad de los ejemplares se hallaron muertos y la otra enfermos. Al igual que otros casos detectados de influenza aviar, los cuerpos fueron trasladados a los respectivos Centros de Recuperación de Fauna Silvestres de cada provincia, al cargo de la Consejería de Medio Ambiente, Territorio y Vivienda. De esta manera, se pudieron extraer las muestras y eliminar los cuerpos, de acuerdo con la normativa vigente.
El virus de influenza aviar en España, ¿en qué punto nos encontramos?
En lo poco que llevamos de este año, continúan las alertas de gripe aviar en aves silvestres, tanto migratorias como residentes, en toda España. En 2022, la mayoría de comunidades autónomas notificaron casos de gripe aviar en aves silvestres. En concreto, un total de 13 de las 17, un dato que refleja la relevancia de la epidemia que vivimos en estos tiempos.
“Se recuerda de nuevo que el virus circulante no tiene una capacidad significativa de contagiar a las personas”, indican desde Medio Rural.
Para el Gobierno gallego, está reciente detección de gaviotas infectadas representa “un aumento del nivel de riesgo de aparición de la enfermedad en aves domésticas”. Por tanto, recuerdan la necesidad de reforzar los sistemas de bioseguridad en las explotaciones avícolas y aumentar la vigilancia de cualquier signo de enfermedad.