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Desde el punto de vista nutricional, en gallinas ponedoras de tamaño medio, factores claves a considerar son los niveles de Met+Cys, LNL y grasa añadida, así como la energía del pienso. Cuando el tamaño del huevo es prioritario puede ser conveniente elevar el porcentaje de Met+Cys de los piensos de inicio de puesta en un 2-3% en relación con lo indicado en la Tabla 1. Un incremento del nivel de Met (realmente AA azufrados) a fin de aumentar el tamaño del huevo debe ir acompañado de una subida del resto de los AA esenciales, cumpliendo siempre con el concepto de proteína ideal.
A efectos prácticos, el factor que más influye sobre el tamaño del huevo, es el peso de la pollita al final de la recría. Pérez-Bonilla et al. demostraron que por cada 100 g de peso vivo extra, el peso del huevo aumentaba en torno a 1,0-1,1 g.
En España aún se valora de forma descompensada el huevo XL (>73g) por lo que existe interés en aumentar el tamaño del huevo en los períodos iniciales de la puesta.
1.Estrategia nutricional para preparar el ave para ciclos de puesta largos. En el sistema tradicional, se inicia la puesta con el pienso siguiente.
2.Podría ser conveniente el uso de migas para potenciar el consumo.
3.Consumos estimados de 108 g en el inicio y 115 g en el final de fase. En caso de consumos inferiores se recomienda elevar proporcionalmente el nivel de aminoácidos y minerales.
4.Incluye la grasa añadida en materias primas tales como el haba integral, gérmenes grasos y semillas de girasol.
5.Utilizar un 60-70% de carbonato en forma de gránulo (≥ 3 mm) para facilitar la fluidez del pienso y mejorar la digestibilidad del Ca y la calidad de la cáscara.
6.El Ca total puede reducirse en 0,08%, el P disp. en 0,15% y el P dig. en 0,12% en el caso de utilizar fitasas de nueva generación.
7.Reducir un 10% en caso de problemas de excretas húmedas. Subir los niveles en un 10-15% en situaciones de calor. Utilizar en su caso bicarbonato para reducir el Cl- y cumplir con el mínimo de Na.
8.Reducir el máximo a 0,85% (si fuera posible) en caso de excretas húmedas.
9.Niveles máximos podrían ser aplicables en caso de problemas de calidad de cáscara.
10.Niveles superiores podrían ser recomendables en situaciones de estrés calórico.
El aumento del tamaño del huevo con la edad se debe al mayor tamaño de la yema, que va acompañado por un aumento de la cantidad de clara depositada (Grobas et al)
Un nivel reducido (<1,1-1,2%) de C18:2 afecta al tamaño de la yema. Dado el poco conocimiento existente sobre el contenido real en C18:2 de las aDDGS y soja integral) y la variabilidad existente en relación con el contenido en grasa verdadera (y por tanto en LNL) de las mismas, se recomienda un mínimo práctico del 1,35%.
La inclusión de un 3% de grasa en piensos que cumplen con este mínimo de C18:2, mejora el tamaño del huevo en aproximadamente 0,6 g.
La grasa suplementaria es más beneficiosa en aves destinadas a la producción de huevos para venta en cáscara que en aves destinadas a la industria de ovoproductos, ya que la clara es fundamentalmente agua y por tanto tienen un menor valor energético y económico.
Niveles altos de energía tienden a mejorar ligeramente el tamaño del huevo (Pérez-Bonilla et al., 2012; Bouvarel et al., 2010), efecto que puede deberse bien al mayor nivel de grasa añadida de estos piensos o al mayor peso vivo de las gallinas. A tener en cuenta en el caso de producciones orgánicas, que la inclusión de habas (Vicia faba) reduce el tamaño del huevo, debido al alto contenido de las mismas en los glucósidos vicina y convicina (Mateos y Puchal, 1982; Lessire et al., 2017)
Debido a la prohibición de las mudas tradicionales y a fin de amortizar el coste inicial de las pollitas, existe una tendencia actual a aumentar la duración de los ciclos de puesta. En caso de ciclos largos (≥ 80-90 sem) y para minimizar el desgaste de la ponedora es conveniente evitar tamaños de huevo excesivos, reduciendo el nivel de Met (y del resto de AA esenciales) y controlando el porcentaje de grasa añadida.
Calidad y Color de la Cáscara
El principal problema comercial al final del ciclo de puesta es la calidad de la cáscara, problema que se complica cuando el porcentaje de huevos de tamaño excesivo aumenta.
Puntos a considerar:
Utilizar niveles de Ca superiores al 4,0% al final de la puesta. Parte de este Ca (65-75%) debe suministrarse en forma de carbonato granular (> 3-4 mm de diámetro).
A-El efecto positivo del Ca granular sobre la productividad y la calidad de la cáscara se debe a tres factores:
- Solubilidad más lenta que permite al ave disponer de Ca dietético en las primeras horas sin luz.
- Mejor textura del pienso que favorece la fluidez del mismo en los transportadores de la granja y reduce la posibilidad de que parte de las aves se queden sin pienso en momentos determinados
- Mejora del desarrollo y actividad de la molleja con reducción del pH y aumento de la solubilidad y de la digestibilidad de Ca.
B. Utilizar niveles apropiados de P digestible:
- Una deficiencia en P digestible por periodos cortos, rara vez dará lugar a problemas reconocibles en la calidad del huevo.
- Sin embargo, deficiencias prolongadas perjudican la calidad de la cáscara.
- Al final del ciclo de puesta, tanto el defecto como el exceso de P perjudican la calidad de la cáscara, pero el defecto es mucho más perjudicial que el exceso.
C. Reducir el nivel de Cl- del pienso y del aportado a través del agua.
- El exceso de Cl- bien en pienso, bien por cloración del agua de bebida, aumenta la acidosis, reduce el balance electrolítico y perjudica ligeramente los procesos de calcificación.
- A este particular, caso de que el agua no precise cloración, la utilización de bicarbonato sódico podría ayudar en relación con el balance electrolítico ya que proporciona el Na+ necesario sin aumentar el nivel de Cl-.
- El efecto beneficioso de esta práctica no es siempre aparente (Balnave y Muheereza, 1997), especialmente en climas templados y niveles de Cl- en el pienso inferiores al 0,30-0,32% (Bouvarel et al., 2010).
D. Controlar el contenido en Na+, Mg2+ y otros macrominerales presentes en el agua disponible que pueden reducir la calidad de la cáscara:
- A tener en cuenta que un defecto de Mg (<0,2%) podría reducir la calidad de la misma.
E. Reducir los niveles de Met y grasa añadida al pienso.
- Niveles de Met digestible en torno al 0,30% o incluso inferiores, y de grasa añadida inferiores al 1,0% al final de la puesta, ayudan a este particular.
- La reducción del aporte de Met debe ser controlada para que ni la puesta ni el porcentaje razonable de huevos XL se vea afectada.
- Destacar que una reducción del LNL hasta niveles cercanos al 1,2% no afecta al tamaño del huevo y por tanto, no mejora la calidad de la cáscara (Safaa et al., 2008).
F. En la práctica, la mejora del manejo ayuda a reducir los problemas de rotura de cáscara en aves viejas.
- Así, el suministro de 60 a 90 min extras de luz durante la noche, puede mejorar el consumo de pienso y de Ca y reducir la incidencia del problema, especialmente durante el verano. Sin embargo, está práctica no está permitida en la UE-28.
Color y uniformidad de los huevos:
El color y la uniformidad del mismo es un importante parámetro de calidad de la cáscara por su influencia sobre la decisión de compra por el consumidor. La protoporfirina, principal pigmento responsable del color en gallinas rubias, se sintetiza en la glándula cascarógena y se concentra en la capa externa de la cáscara y en la cutícula. Los principales factores que influyen sobre este parámetro, aparte de enfermedades tales como la bronquitis infecciosa, son la edad y la genética de las gallinas, el sistema de alojamiento y el estrés (Samiullah et al., 2015).
A este particular, los huevos procedentes de gallinas con acceso a parque podrían presentar cáscaras de color menos intenso que las criadas en jaulas (Sekeroglu et al., 2010). A destacar la alta incidencia de huevos con tonalidades moráceas de intensidad variable en gallinas muy jóvenes o aves que han sufrido un estrés. El color se debe a la deposición en el huevo de carbonato cálcico sobre la cáscara ya formada y pigmentada, consecuencia de que el huevo no se evagina correctamente.
Algunos trabajos han mostrado efectos positivos de la inclusión de ciertos Bacillus y de proteinato de Fe y efectos negativos del exceso Fe, Va o vitamina D pero los resultados no son siempre repetibles.
A tener en cuenta que la contaminación del pienso con nicarbazina aumenta la incidencia de huevos con cáscaras sin pigmentar y de baja calidad (McClary, 1955). A efectos prácticos, la edad de la gallina es el parámetro más importante a considerar en relación con el color y la calidad de la cáscara.
Calidad del Albumen
Los factores que más afectan la calidad del albumen, aparte de las enfermedades y la genética, son la edad de la gallina, la muda, la edad del huevo y la temperatura de conservación de los mismos durante el período de almacenaje (Williams, 1992). La composición y valor nutricional del pienso tiene poco efecto sobre la calidad del albumen, excepto cuando se incluye en el mismo cloruro amónico (ClNH4) o habas (Vicia faba). El uso de ClNH4, en los casos en que esté permitido, reduce el pH sanguíneo mejorando las unidades Haugh de la clara (Hall y Helbacka, 1959).
A cambio, la acidificación de la sangre perjudica los procesos de calcificación y la calidad de la cáscara. Por otro lado, la inclusión de habas mejora la calidad del albumen, pero a expensas de un menor tamaño del huevo (Mateos y Puchal, 1982). Otros ingredientes, tales como el Mg y los productos de fermentación, caso de los DDGS, podrían tener algún efecto positivo aunque no siempre es observable (Williams, 1992).
Niveles de luteína entre 4 y 7 mg junto a 2,2 a 3,5 mg de un pigmentante rojo (normalmente cantaxantina) por kg de pienso son suficientes para una buena pigmentación de la yema (> 10 de la escala de Roche).
La inclusión de pigmentación amarilla adicional (luteína o zeaxantina) no sería necesario en piensos con más de un 30-40% de maíz. Por otro lado, el exceso de luteína (XAMAS) puede ser contraproducente por diluir la apreciación del color de la yema del ojo humano.
A considerar que la suplementación con grasa de calidad tiende a mejorar la pigmentación del huevo. Por contra, en caso de uso de grasas de mala calidad el efecto es negativo
En ponedoras blancas, caracterizadas por producciones de masa de huevo similar, menores necesidades de conservación por su menor peso vivo y ciclos posiblemente más largos a las de las gallinas rubias, se estima conveniente incrementar los contenidos en AA y macrominerales en un 2-4% en relación a lo indicado en las tablas, siempre en función del consumo esperado.