Introducción
La granja El Gallo Negro, establecida por Federico L. Vilches Bruzone en la Colonia Roldán, en Málaga (Fotos 1a, 1b), concretamente en el año 1877, fue otra de las primeras granjas avícolas de España.
Al igual que ocurría en la Granja Vella con su dueño, Luis Martí-Codolar, Federico Vilches fue un hombre de negocios que estableció en la Colonia Roldán una gran fábrica de cajas y estuches, llamada San Andrés.
Esta empresa llegó a emplear a más de 400 trabajadores y surtía a toda España, exportando incluso sus productos a Francia y Estados Unidos. Y, junto a esta empresa, Federico Vilches levantó sus gallineros.
Foto 1a: Vista General de la granja El Gallo Negro en la Colonia Roldán de Málaga
Foto 1b: Detalle de los gallineros de la granja El Gallo Negro
Cuna de los primeros intentos de fijación y selección de la gallina castellana negra
El nombre con que fue bautizada la granja, El Gallo Negro, hacía referencia al tipo de gallinas que iba a criar y seleccionar Federico Vilches.
Foto 2. Portada del folleto
Esto lo sabemos porque, en 1886, va a imprimir un folleto publicitario dirigido a sus clientes (Foto 2), a modo de catálogo comercial de sus productos, en el que describe el tipo de gallina que está seleccionando, a la que denomina de raza Negra Castellana (Foto 3).
Foto 3. Imagen ilustrativa de las aves
Lo primero que llama la atención en el folleto publicitario es que las aves que representa gráficamente se corresponden con la raza Española Cara Blanca.
Dado que esta raza era cultivada fundamentalmente en Inglaterra y en otros países europeos, pero no en España, no creemos que la imagen que ilustraba su catálogo se correspondiera con el tipo de gallina que estaba seleccionando Federico Vilches.
El hecho de que ese mismo año de 1886 se publicara una nueva edición del libro sobre avicultura más célebre de la historia, The Illustrated Book of Poultry de Lewis Wright, que en su cubierta llevaba grabada la imagen de la Española Cara Blanca (Foto 4) podría haber influido en Federico Vilches para incorporar esta gallina como logo o icono de la granja El Gallo Negro.
En el interior del catálogo de Vilches nos encontraremos con la descripción morfológica y productiva de sus gallinas, que es la siguiente: “Las aves cuya descripción hacemos en nuestro catálogo y circular de precios, son todas de pura casta y criadas con el esmero indispensable. Presentan plumaje negro tornasolado, cresta de sierra, recta en el gallo y caída en la gallina, cola recta, patas pizarra oscuro, lo mismo en uno que en otra. La gallina es buena ponedora de huevos blancos, de buen tamaño, y empieza la postura antes de los 6 meses. La postura regular de esta raza, es de 110 a 120 huevos en el primer año, y de 120 a 130 en el segundo”.
El caso es que, desgraciadamente, la descripción que realiza Vilches de las gallinas que cría no aclara el color de la cara de las mismas, cuestión que despejaría la pregunta de si el tipo de gallina que seleccionaba se aproximaba o no al de la Española Cara Blanca.
De la aparición de este catálogo se dio cuenta en la revista El Naturalista, que dirigía el profesor veterinario de Barcelona Francisco d´Asís Darder y Llimona que insertó estas líneas en su número de enero de 1887.
“Hemos recibido un pequeño folleto sobre la Granja de Avicultura establecida y dirigida por su propietario don Federico L. Vilches, de Málaga; cuyo ejemplo deseamos que tenga muchos imitadores, para que, desarrollándose en nuestro país la cria de gallináceas, podamos emanciparnos de la importacion extranjera”.
Unos años más tarde, en 1895, Federico Vilches publicaría un pequeño tratado de avicultura que tituló: “Como pueden tenerse gallinas” (Foto 5).
En él se habla por primera vez de raza Castellana Negra (Foto 6) en lugar de raza Negra Castellana, como se venía llamando hasta entonces.
Foto 5: Portada del librito
Foto 6: Ilustración de la raza Castellana Negra
Y también se aporta un primer patrón de la raza que se establece en los siguientes términos:
“Plumaje negro tornasolado, muy brillante, especialmente después de la muda. Cresta de sierra, caida en la gallina y recta en el gallo. Cola recta, variando la del gallo en las plumas del centro que son mucho más largas y caen en forma de arco. Alas largas y bien cubiertas de plumas. Patas pizarra oscuro y con cuatro dedos largos. Pecho ancho y cuello grueso. Pico algo corvo y muy fuerte. Oreja blanca matizada. Ojo muy vivo, redondo y la pupila negra azulada. El pollo se distingue cuando pequeño por tener la pechuga blanca, quedando luego todo negro en la primera muda. Los huevos son blancos y limpios, de tamaño mediano en la pollita y bastante grande en la gallina. El peso ordinario de 65 a 75 gramos.”
A pesar de la modificación en el nombre de la raza, Vilches mantiene el logo de su granja con esa pareja de gallo y gallina del tipo de la Española Cara Blanca.
El hecho de que en este primer patrón de la raza se especifique que la oreja ha de ser blanca matizada pero no haga referencia a las peculiaridades del color en la cara, hace suponer que esta sería de la coloración habitual, esto es, roja, como hemos conocido siempre a la Castellana Negra.
Cuando en 1899 tuvo lugar en Barcelona la primera exposición avícola propiamente dicha que se celebró en España, Federico Vilches acudió a ella como expositor y concursante con sus gallinas Castellana Negra, de tal manera que consiguió el primer premio en la sección de gallinas de esta raza.
Además de él, obtuvieron premios los avicultores catalanes Alejandro y José Pons, José Casasayas, J. Siljar de Palma de Mallorca y Manuel Cano de Madrid. Por tanto, la gallina Castellana Negra seleccionada y mejorada ya se iba extendiendo por las diferentes regiones españolas.
Casi a la vez que este logro exitoso, en el mes de diciembre de 1898 comenzó Federico Vilches a editar un boletín, al que da el nombre de su granja El Gallo Negro (Foto 7).
El objetivo del mismo fue dar información general acerca de las actividades más destacables de la avicultura española como exposiciones, nueva bibliografía, etc.; pero también dar a conocer los trabajos de cría y selección que se llevaban a cabo en la granja de su propiedad y anunciar sus productos. A este respecto, en el boletín nº 4 se informa que:
“Tenemos ya sacados unos 200 pollitos de los dos lotes de Gallinas con sus gallos que recibimos de Inglaterra en el mes de octubre de 1899 por vapor “Cecilia” de Liverpool y nada mejor podíamos haber esperado. Dichos lotes proceden de uno de los mejores criadores dedicados a la Raza Castellana y que obtuvo primer premio en la Real Exposición de Avicultura del pasado año, habiendo vendido una pareja de la misma casta en catorce guineas (hoy cerca de Ptas. 500 de nuestra moneda).
Nuestro objeto ha sido cruzar y mejorar lo que tenemos, bien conocido hoy en toda España y aún en el extranjero. Nos proponemos sacar esta temporada de 500 a 600 pollitos, calculando poder seleccionar de 50 á 60 machos, de los que la mitad próximamente podremos ofrecer en venta desde Julio próximo. La postura de dichas gallinas es tan abundante, que aunque nos daban la seguridad de que así seria, nos tiene admirados y creemos haya podido influir algo el cambio de clima. Es en todos conceptos el buen tipo de la Gallina Negra Castellana”.
Iban, por tanto, muy bien las cosas para la granja El Gallo Negro y para el proceso de selección y mejora de la Castellana Negra.
Así se corroboraba también en otro de los números en el que, en la sección Correspondencia con los suscriptores, se recogen transacciones de gallinas Castellana Negra desde Málaga a avicultores de otras poblaciones de Andalucía, de Madrid (salían los pedidos a las 8 de la mañana y llegaban a las 6 de la mañana del día siguiente) e, incluso, de Londres.
Pero en diciembre de 1900 se produce un hecho inesperado para el devenir de la granja El Gallo Negro.
Por razones administrativas, el Gobierno Civil de Málaga suspendió la concesión que había hecho a F. Vilches en la Colonia Roldán y este se vio en la obligación de trasladar sus instalaciones.
Así lo describe a sus lectores y suscriptores en el boletín y señala con pena que: “en virtud de ello ha resuelto ofrecer en venta: 1. La Granja, como se halla constituida. 2. Todo su material móvil 3. La existencia total de aves, y 4. Lotes de gallinas y gallos, incluso los reproductores traídos de Inglaterra en el año anterior, y los ya formados para el cruce de gallos hijos de aquellos con gallinas de esta Granja y viceversa.”
Este infortunio tuvo como consecuencia colateral la interrupción de la publicación del boletín avícola, con lo que carecemos de información precisa acerca de los hechos que se sucedieron tras determinar el “desahucio” de la granja avícola en la Colonia Roldán.
El caso es que en 1906 vemos anunciada la granja avícola La Castellana, situada ahora en el Valle de los Galanes, a unos 12 km de la localización anterior en la Colonia Roldán, manteniendo las oficinas en la misma localización de Marqués de Larios 7 y bajo la copropiedad de Vilches y Castañer (Foto 8).
Esto hace suponer que, ante la situación sobrevenida, Federico Vilches se asoció con Mateo Andrés Castañer Vílchez, que era el propietario de gran parte de los terrenos que constituían el Valle de los Galanes, en la proximidad de la capital malagueña, y que ambos llegaron a un acuerdo para crear una nueva sociedad y trasladar la granja al Valle de los Galanes.
En este sentido, en 1906, anuncian nuevamente sus aves en forma de catálogo, manteniendo el logo original de la primitiva granja (Foto 9).
Así mismo, vemos que la granja se anuncia en la prensa nacional. Por ejemplo, en 1909 en el periódico Nuevo Mundo y en Heraldo de Madrid con el siguiente texto: “Gallinas Castellanas negras, pura raza, extraordinaria ponedora, huevos para reproducción. Incubadoras prácticas, económicas. Pídase Catálogos á Vilches y Castañer, Málaga”.
Por tanto, la actividad avícola de F. Vilches y la selección y promoción de la Castellana Negra volvían a estar nuevamente en su punto álgido.
Esta situación duraría mientras vivió F. Vilches, esto es hasta aproximadamente 1917.
Epílogo
A la muerte de Federico Vilches se sabe que la granja avícola La Castellana fue adquirida por Federico Acosta Merino.
Este, dotado de grandes inquietudes comerciales, continuó con la granja avícola pero simultáneamente estableció una fábrica de frutos secos en el propio Valle de los Galanes y una fábrica de conservas de pescado en el cercano enclave de El Palo.
Parece ser que los nuevos negocios fueron floreciendo y el de la granja avícola quedó a un lado.
De esta manera, se cerraba una etapa de casi medio siglo de selección, mejora y difusión de la gallina Castellana Negra, que desde Málaga expandió la raza a toda la geografía nacional e incluso al extranjero.
Quedaría como recuerdo, hasta comienzos del siglo actual, la marca La Castellana en las conservas de esta empresa del Valle de los Galanes y la hermosa imagen de un gallo y una gallina Castellana Negra que ilustraba sus etiquetas (Foto 10).
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