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Granjas avícolas con historia Granja Vella

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INTRODUCCIÓN

El establecimiento de la avicultura productiva en España tuvo lugar a finales del siglo XIX e inicios del siglo XX.En esta serie, que hoy comenzamos, pretendemos mostrar las principales granjas avícolas que se establecieron en este periodo, siendo por tanto pioneras en la avicultura española.

Además de describir las granjas y realizar una breve reseña biográfica de los avicultores que las promovieron y establecieron, en esta serie de artículos se irá mostrando cómo se introdujo la incubación artificial en España, así como el proceso de llegada de razas foráneas y los primeros intentos de selección y creación de nuevas razas a partir de las llamadas “gallinas del país”.

También, abordaremos otros avances e innovaciones que marcaron los primeros años de la avicultura productiva en España y que, con el paso del siglo XX, permitieron su crecimiento hasta convertirla en una actividad clave en nuestro país.

LA DECANA ENTRE LAS GRANJAS AVÍCOLAS ESPAÑOLAS

En palabras de Salvador Castelló Carreras (18631950), considerado el patriarca de la avicultura española, la Granja Vella fue la decana de las granjas avícolas de nuestra nación.

Esta granja fue establecida en Horta (Barcelona) en 1872 por el acaudalado hombre de negocios Luis Martí-Codolar y Gelabert (1843-1915), cuyas actividades abarcaban el comercio, la banca o las compañías eléctricas y de teléfonos.

Luis Martí-Codolar comenzó a criar en sus posesiones gallinas ponedoras, por una parte, y aves exóticas, por otra.

El número y variedad de estas segundas fue aumentando progresivamente, de manera que en 1892 Martí-Codolar optó por ofrecer una buena parte de su colección de aves exóticas al Ayuntamiento de Barcelona.

Entre ellas figuraban:

Incluso, un elefante, apodado Avi (abuelo), y una jirafa se incluyeron en la colección cedida.

El Ayuntamiento de Barcelona instaló todos estos ejemplares en el Parc de la Ciutadella, dando lugar al Parque Zoológico de Barcelona, que sería inaugurado el 24 de setiembre, día de la Merced patrona de Barcelona, del año 1892, en el mismo lugar en el que 4 años antes había tenido lugar la Exposición Universal.

Para dirigir el Zoológico se nombró al profesor veterinario Francesc d’Asis Darder y Llimona (1851-1918), sabio naturalista y taxidermista, que había asesorado a Luis Martí-Codolar en la adquisición de los animales y se había ocupado de la salud y bienestar de los mismos.

INTRODUCCIÓN DE LA INCUBACIÓN ARTIFICIAL A GRAN ESCALA EN ESPAÑA

Por una parte, se incrementó el número de gallinas alcanzando un valor cercano al millar.

Para ello, Martí-Codolar, asesorado por Castelló y por Darder, adquirió gallinas a las payesas de la comarca de El Prat y fue seleccionándolas en la granja Vella.

Además, contó también con gallinas de raza Brahma, Cochinchina, Plymouth Rock y Faverolles, que eran adquiridos por su hijo Luis Martí-Codolar Pascual en sus frecuentes viajes de negocios a Inglaterra, Francia y Bélgica.

Igualmente, se introdujo una gran innovación en la granja Vella como fue el establecimiento de un pabellón exclusivo como centro de incubación artificial, actividad en la que fue pionera la granja Vella y que constituiría su principal distintivo.

Este centro se componía inicialmente de 10 máquinas incubadoras que fueron adquiridas en la casa Roullier Arnoult de Gambais (Francia) pero este número fue creciendo rápidamente, incluso con el diseño de modelos propios.

En esta etapa tuvo un papel crucial el sobrino de don Luis, Joaquín Pascual Martí-Codolar, apodado Kim, que además era gran aficionado a la fotografía y que realizó muy buenas fotografías con motivos avícolas.

Trabajó codo con codo con su tío, pero una grave enfermedad acabó prematuramente con su vida en 1904.

A pesar de ello, en 1909 se contabilizaban 80 máquinas con una capacidad de producción de 40.000 pollitos/año y en 1915, año del fallecimiento de don Luis Martí-Codolar, eran 140 las incubadoras, con una producción de más de 100.000 pollitos/año.

En el obituario que Salvador Castelló le dedicó en la revista La Avicultura Práctica, refiriéndose a su centro de incubación, señalaba: “hemos viajado mucho, creemos haber visto en Europa y en Norteamérica lo mejor que allí tienen en esta materia, pero nada vimos tan serio, tan constante y tan práctico como la producción de Granja Vieja”.

Efectivamente, así fue como, durante casi un par de décadas, la granja Vella se convirtió en el proveedor de pollitos más importante de España y posiblemente de Europa, aunque su radio de acción fuera fundamentalmente la provincia de Barcelona.

También, se puede atribuir a la granja Vella el origen de la implantación del concepto docena de fraile¹ (esto es, doce más uno de regalo) como unidad de venta de pollitos, que en aquellos primeros años del siglo XX alcanzaban el precio de 5 pesetas/docena.

Por último, también destacó la granja Vella en el cebamiento de volatería fina y de capones de raza Prat, que criaban para Navidad.

Sin duda alguna, todo lo descrito fue posible por la tenacidad y capacidad de trabajo de don Luis Martí-Codolar.

Según señaló Salvador Castelló fue además un hombre amable y bondadoso, que mostraba su granja y daba consejos a todo aquel que se lo requería. Hombre de gran modestia nunca alardeó ni se vanaglorió de sus éxitos.

Cuando en 1911 fue galardonado con la Gran Cruz del Mérito Agrícola, mandó realizar una reproducción en bronce de la misma, que la colocó en el remate de la verja que cerraba el portalón de entrada en la Granja Vella.

Consideraba que la distinción correspondía a la Granja y sus trabajadores y no a su persona, de manera que nunca lució la condecoración en su pecho.

De igual manera, en la publicación avícola de aquel momento, La Avicultura Práctica, encontramos fotografías de la Granja Vella, pero ninguna que retratara a su persona.

Decía su director Salvador Castelló, a quien Martí-Codolar ayudó en la constitución de la Sociedad Nacional de Avicultores de España en 1898, que en diferentes ocasiones le había pedido su retrato para ilustrar las informaciones que se publicaban sobre su granja, pero que nunca accedió a ello por modestia y por no querer significarse.

Trabajador infatigable, aun estando enfermo y siendo ya anciano, siguió ocupándose personalmente del manejo de las incubadoras y de la toma de datos, que estuvo registrando hasta pocas semanas antes de su muerte.

EPÍLOGO

Tras la desaparición de don Luis Martí-Codolar, todavía la granja Vella mantuvo su actividad durante unos años más, bajo la dirección de su hijo Sebastián.

Fue premiada en diferentes exposiciones avícolas como la Regional de Arenys de Mar de 1920 y la Nacional de Barcelona de ese mismo año y fue visitada por los congresistas del II Congreso y Exposición Mundiales de Avicultura, que tuvo lugar en Barcelona en 1924.

Este acto fue el que puso fin a la actividad avícola de la Granja Vella.

Años después la familia Martí-Codolar, que estuvo muy unida a la obra Salesiana, -el propio Don Bosco, ya anciano, visitó la granja Vella en 1886-, cedió la granja, sus pertenecidos y el palacete familiar a esta orden religiosa, que sigue manteniendo allí una residencia.

Principal bibliografía utilizada

Alberdi, R., Casasnovas, R. (2001). Martí-Codolar, una obra social de la burguesía. Obra Salesiana MartíCodolar, Barcelona.

Castelló, S. (1904). D. Luis Martí Codolar y D. Joaquín Pascual Martí Codolar. La Avicultura Práctica, 91: 18-20.

Castelló, S. (1916). Obituario: El patriarca de la avicultura española Excmo. Sr. D. Luis Martí Codolar. La Avicultura Práctica, 151: 4.

Mendizabal, J.A. (2007). Luis Martí-Codolar. En: Avicultores para la Historia (1896-1936), pág. 59-61. Ed. Universidad Pública de Navarra. Pamplona.

 

 

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