A partir del lunes 20 de enero, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) elevará el nivel de riesgo por gripe aviar a nivel nacional debido al incremento de casos en Europa y los brotes detectados en varias zonas de España.
La medida, adoptada con el objetivo de prevenir una posible propagación del virus, afectará principalmente a las zonas de «Especial Riesgo», ubicadas en la costa gallega, donde los ganaderos deberán confinar a sus aves y reforzar las medidas de bioseguridad.
El foco de la preocupación está en siete municipios de la provincia de Pontevedra, en Galicia, que se encuentran en la desembocadura del río Umia: Sanxenxo, Vilanova de Arousa, O Grove, Meaño, Ribadumia, Cambados y A Illa de Arousa.
Estos concellos, conocidos por su proximidad a humedales y zonas de paso de aves migratorias, se consideran de alto riesgo debido a la posibilidad de contacto entre aves de corral y aves silvestres, que pueden ser portadoras del virus.
El Ministerio ha decidido imponer restricciones severas en estas áreas, que incluyen la prohibición de mantener aves de corral al aire libre, la suspensión de certámenes ganaderos y la obligatoriedad de encerrar a las gallinas.
Además, se prohíbe la cría conjunta de patos y gansos con otras especies de aves y la utilización de depósitos de agua accesibles a aves migratorias sin medidas de protección adecuadas.
El aumento de casos de gripe aviar en otros países europeos, como Francia y Portugal, ha generado una creciente preocupación sobre el riesgo de propagación en la Península Ibérica. Entre julio de 2024 y enero de 2025, se han registrado 341 focos en aves de corral y 684 en aves silvestres a nivel europeo.
En España, aunque el virus solo afecta a aves silvestres, la proximidad de estos brotes y las bajas temperaturas de enero aumentan la vulnerabilidad del sector.
Además de las restricciones en las zonas de alto riesgo, el MAPA ha establecido zonas de «Especial Vigilancia» en otras comarcas del país.
En estos lugares, las autoridades recomiendan tomar medidas de bioseguridad adicionales, aunque por el momento no se impondrán restricciones tan estrictas como en las áreas de riesgo más alto.
Aunque el riesgo para la salud humana es bajo, la propagación del virus entre las aves podría tener consecuencias económicas para el sector avícola. La nueva normativa se enmarca dentro de un enfoque preventivo para mitigar el impacto de la gripe aviar y proteger tanto la salud animal como la actividad ganadera.