Para todos los técnicos del mundo, la evaluación de la eficiencia de la producción debe ser medida en términos objetivos de determinados parámetros. Algunas veces, esta es la única forma que los propios técnicos son evaluados y valorados.
- Desafortunadamente, los parámetros técnicos no garantizan la viabilidad de las empresas por sí mismas.
- La viabilidad de una empresa viene determinada por su rentabilidad, en términos generales.
Y la rentabilidad es la relación que existe entre los costes de producción de un determinado producto y su valor de venta.
Evidentemente, en estos costes de producción se incluyen parámetros que poco o nada tienen que ver con la labor de los técnicos de campo (precio de compra de los insumos, estructura general de la empresa, situación financiera de esta, y muchos otros).
COSTE TÉCNICO
Es preciso determinar en primer lugar qué se puede considerar, o no, como coste técnico.
En el caso de los pollos de carne, propongo emplear los siguientes:
- Coste de alimentación: resultado de multiplicar el precio de fórmula de los piensos (sin costes de fabricación, estructura, logísticos o nancieros de este) por su índice de conversión.
- Coste de pollito: El coste del huevo incubable más la maquila básica de incubación (sin vacunas, logística u otros gastos) corregido por la mortalidad total y dividido por el peso de los animales.
- Coste de granja: que resulta del pago neto al granjero (o, en su defecto, del coste de crianza neto en granjas propias) dividido por el peso vivo de los pollos.
Como vemos, si simplificamos estos costes, los factores que realmente condicionan el coste real de producción, desde el punto de vista puramente económico son el peso vivo y el índice de conversión.
La mortalidad aparece como factor de coste en el cálculo del coste del pollito, pero sólo como un determinante del precio de este, y es independiente de la edad de la muerte del animal.
Evidentemente, una mortalidad final no es deseable, pero esta afectará al coste en términos de conversión, que ya va incluida en el coste de alimentación.
Como vemos, otros parámetros zootécnicos que interesan a los profesionales del sector, como ganancia media diaria, índice de eficacia europea, mortalidad como valor absoluto o pesos de primera semana, etc., no aparecen en este cálculo de parámetros de coste.
- Esto no significa que no sean interesantes como medio de valoración, es sencillamente que no participan en el cálculo real de costes de producción.
Por otra parte, el peso vivo de los animales no viene determinado por una decisión de los servicios técnicos de las empresas.
Más bien es una imposición de los mataderos, que, a través de sus servicios comerciales, determinan el peso óptimo de los pollos que deben ser vendidos.
COSTE DE ALIMENTACIÓN
Si vamos por partes nos encontramos en primer lugar con el coste de alimentación, que como he indicado se calcula multiplicando el precio de fórmula del programa medio de piensos por el índice de conversión obtenido.
A su vez, el precio de la fórmula depende de los precios de las materias primas empleadas y de las características nutricionales de cada ración.
En las condiciones actuales en nuestro país, podemos decir que entre el 65 y el 75% del coste total de producción es el coste de alimentación.
Por tanto, es, con diferencia, el principal elemento del coste final de la empresa.
Para los profesionales técnicos, lo que vale es la conversión, pero esta sólo es una parte del coste de alimentación. Quiere decir que no necesariamente una conversión menor garantiza el mejor coste de alimentación.
A título de ejemplo, presento un trabajo de Sahle y al, del año 2004 en el que se alimentó a los pollos con niveles progresivamente mayores de Energía.
Evidentemente, con las dietas de mayor concentración los resultados en términos de peso e índice de conversión fueron mejores, pero si calculamos el índice de conversión energético (calorías necesarias para producir un kilo de pollo) resulta que se precisa más energía en los alimentos más concentrados:
En este caso, vemos que incrementar la energía del pienso mejora los datos técnicos, pero puede encarecer el coste de alimentación (a fecha de hoy, aproximadamente el 70% del coste de la fórmula corresponde a la energía de la misma, es decir, casi el 50% del coste total se relaciona directamente con la energía de la dieta).
Este es un ejemplo concreto, y no necesariamente significa que esto siempre sea así, pero debemos ser críticos con los niveles de concentración de las fórmulas empleadas, especialmente en situaciones de elevados costes de las materias primas de los piensos.
A este respecto, es muy interesante el trabajo presentado en la reunión de nutriNews del año 2022 por Leticia Mur, en el que se observa que, a mayores precios de las materias primas, más interesante resulta, desde el punto de vista del costo de alimentación, una dieta de menor nivel de Energía.
Tampoco podemos olvidar el hecho de que la conversión depende, en primera instancia, de la energía de la dieta, pero también de otros muchos factores de manejo, ambiente, salud o nutricionales, de modo que hay un importante efecto de la variación de los datos de campo.
Si nuestra variación es muy elevada entre las granjas finalizadas en un periodo concreto, encontrar diferencias visibles por cambios relativamente menores de las dietas es muy complicado.
Podemos tener un cierto efecto en cuanto a la conversión, pero no ser capaces de evaluarlo, sencillamente porque el “ruido” general del dato nos oculta esta diferencia.
Por todo ello, en mi muy personal opinión, creo que se deben trabajar dietas relativamente diluidas, siempre que tengamos capacidad tecnológica para seguir haciendo un alimento de buena calidad y apetecibilidad.
Una vez tengamos un alimento relativamente barato, debemos asegurarnos que los índices de conversión obtenidos justifiquen su empleo, no tanto como valor absoluto, sino como elemento de este coste de alimentación.
¿Cómo optimizar el coste de alimentación?
Como resumen de esta parte, para optimizar el coste de alimentación podemos:
- Tener un precio excelente de materias primas, sin riesgo de su calidad. (Compras)
- Formular dietas lo más diluidas posible, sin riesgo de la conversión. (Nutrición)
- Tratar de maximizar los factores positivos para esta, y reducir al máximo los negativos (más allá de la relación de la conversión con la concentración del pienso) (Campo)
El peso de los animales participa en un 30 a 40% del coste final, como parte del coste del pollito y del de granja.
Evidentemente, a mayor peso de los pollos estos dos factores de coste se verán reducidos, y, desde ese punto de vista, será mejor para el coste final del kilo de pollo vivo. Además, un peso mayor diluye el coste de sacrificio e incrementa el rendimiento de la canal, con lo que su impacto en el coste de esta es mayor.
¿Cómo llegamos a este peso elevado?
Llegados a este punto, cabe preguntarse cómo llegamos a este peso elevado.
- La respuesta evidente es aumentando la ganancia media por día.
- En teoría, con una mayor GMD el tiempo de crianza se reduce, y esto debería mejorar el IC.
- Pero esto no siempre es así, a veces, una mejor Ganancia es consecuencia de un mayor consumo medio por día (CMD).
- Si la GMD y el CMD crecen en la misma proporción, el IC no mejorará en lo absoluto.
- Por otra parte, si el aumento de la GMD es consecuencia de un incremento notable del coste del pienso, puede que la mejora del IC no compense, en términos de coste de alimentación.
Por otra parte, una mayor velocidad de crecimiento puede tener otros riesgos adicionales, como problemas de calidad de canal o incremento de la mortalidad metabólica.
De nuevo, el objetivo final es el peso de sacrificio de los animales ajustado a las necesidades del matadero, no la Ganancia de peso, ni los pesos intermedios. Esto no significa que estos datos no sean importantes, pero lo son desde el punto de vista técnico, no económico.
Así, siempre que tengamos dudas de si es mejor aumentar el peso de los pollos o reducir el IC recordar que el factor peso participa en un 35% del coste, mientras que el factor conversión lo hace en un 65%.
Curvas de crecimiento de los pollos
También hay que recordar que las curvas de crecimiento de los pollos cambian progresivamente con la evolución genética de estos.
- Es muy interesante valorar a qué edad de los animales la curva de crecimiento diario comienza a deteriorarse, ya que la de consumo generalmente se mantiene bastante estable.
- Hay por tanto un punto a partir del cual la ratio peso/conversión será progresivamente peor.
- Definir este punto es vital desde el punto de vista de la obtención del mejor coste de producción posible (aún con el condicionante ya comentado del peso óptimo de comercialización).
Pago de granja
Por otra parte, el IC y el peso final determinan (o deben hacerlo) el pago de granja, que es el otro elemento del coste final de los animales.
En teoría, el pago de graja debe depender más del IC obtenido que del peso de los pollos (factor este último ajeno a la granja), pero es bueno verificar que esto es así, ya que en bastantes ocasiones el contrato de crianza favorece los pesos elevados más que las conversiones bajas (recordemos que son el 35 y el 65% del coste respectivamente)
¿De qué dependerá el coste bajo?
Como resumen final, un coste bajo dependerá de:
- Precios bajos de materias primas, o de remuneración de granja.
- Pesos de sacrificio lo más altos posibles en el rango de peso comercial de la empresa
- Optimización de los parámetros de las reproductoras (pollitos nacidos por hembra) y reducción de la mortalidad en campo
- Fórmulas de pienso ajustadas a la obtención del menor coste de alimentación
- Índice de conversión lo más bajo posible, dentro de los rangos determinados por las dietas.
No creo que existan soluciones universales y definitivas a la minimización del coste. Cada circunstancia es diferente, cada momento del año, cada tipo de genética empleada, cada situación de precios nos obligará a reconsiderar todo lo anterior. Pero, si no lo hacemos, en muchos momentos podemos encontrarnos fuera de los rangos de coste que permiten la viabilidad de nuestra empresa.
PDF