El hígado es uno de los órganos más importantes en las aves, y su correcto desarrollo es fundamental para la salud general y el rendimiento productivo de las gallinas ponedoras. Durante las etapas de cría y recría, el hígado desempeña un papel central en la síntesis de nutrientes esenciales, almacenamiento de energía y eliminación de toxinas.
Comprender su crecimiento y funcionalidad en estas fases iniciales permite optimizar el manejo nutricional y productivo, sentando las bases para una postura eficiente y sostenible.
IMPORTANCIA DEL HÍGADO EN LA GALLINA PONEDORA
En las gallinas ponedoras, el hígado es el centro del metabolismo general. Aunque representa apenas el 2%–3% del peso corporal del ave adulta, puede recibir entre el 15% y el 20% del gasto cardíaco total, consumiendo hasta el 30% de la energía metabólica cuando trabaja en conjunto con los sistemas digestivo y reproductivo.
El hígado es responsable de múltiples funciones esenciales:
- Síntesis de grasa a partir de carbohidratos: vital durante las etapas de cría y postura, ya que la dieta comercial no proporciona los niveles de grasa requeridos.
- Producción de bilis: necesaria para la digestión de lípidos.
- Almacenamiento de nutrientes: como glucógeno, hierro, aminoácidos y vitaminas liposolubles.
- Desintoxicación de sustancias: incluyendo residuos de medicamentos, micotoxinas y otros compuestos tóxicos.
- Regulación del equilibrio hídrico y electrolítico, así como la generación de calor corporal.
Estas funciones hacen del hígado un “segundo corazón”, por su intensa actividad metabólica y su rol clave en el bienestar de la gallina.
CARACTERÍSTICAS ANATÓMICAS DEL HÍGADO EN PONEDORAS
El hígado de la gallina presenta una morfología especializada:
- Compuesto por dos lóbulos principales (derecho e izquierdo), unidos en su porción craneal.
- El lóbulo derecho, más grande, alberga la vesícula biliar, encargada del almacenamiento de bilis.
- De este lóbulo parten conductos hepatocísticos hacia la vesícula, mientras que el lóbulo izquierdo conecta con el duodeno mediante el conducto hepatopancreático.
Su coloración varía entre rojo oscuro y ocre, dependiendo de factores como la nutrición, acumulación de grasa, edad del ave, manejo avícola y presencia de toxinas o enfermedades.
Por ello, el estado visual y estructural del hígado es un indicador confiable de la salud y del comportamiento productivo de la ponedora.
FUNCIONALIDAD DEL HÍGADO DURANTE LA CRÍA Y RECRÍA
Durante las primeras etapas de vida, el hígado no solo participa en funciones vitales, sino que se adapta anatómica y funcionalmente al desarrollo del ave. Entre sus funciones específicas en este periodo destacan:
- Regulación del metabolismo de carbohidratos mediante el almacenamiento de glucógeno.
- Síntesis de proteínas plasmáticas, incluidas las lipoproteínas esenciales para el transporte de grasa.
- Transformación del exceso de aminoácidos en ácido úrico, y gestión del metabolismo lipídico.
- Conversión de nutrientes en formas utilizables para el organismo y, posteriormente, para la formación del huevo.
Una gallina en postura requiere aproximadamente 6 g de grasa y 6 g de proteína por día solo para la formación del folículo. Dado que las dietas comerciales no alcanzan esos niveles de grasa, el hígado se ve forzado a sintetizarla a partir de carbohidratos, lo que incrementa su carga metabólica.
- Este esfuerzo continuo puede derivar en condiciones hepáticas como hígados esteatósicos, friables o con dislipidosis, incluso en edades tempranas. Esto subraya la importancia de monitorear el estado hepático como reflejo del manejo alimenticio y la salud general del lote.
ESTUDIO SOBRE EL CRECIMIENTO HEPÁTICO EN GALLINAS PONEDORAS BROWN
Objetivo del Estudio
Con el propósito de entender mejor el desarrollo hepático durante la cría y recría, se llevó a cabo un estudio en una granja comercial a 2.200 m.s.n.m., utilizando 30.000 aves de una línea Brown. El objetivo fue analizar la curva de crecimiento del hígado e identificar momentos clave donde la nutrición, el manejo y el uso de aditivos puedan favorecer su desarrollo funcional.
Metodología
Se aplicó un análisis estadístico por conglomerados. Los datos recolectados se basaron en aves cuyo peso corporal coincidía con el estándar de la línea genética (±2%) en cada semana de vida, durante las primeras 20 semanas. La gráfica 1. reporta la curva semanal de crecimiento y desarrollo del hígado (variable peso) entre el primer día y la semana 20 de edad. Estos datos fueron obtenidos de gallinas ponedoras alojadas en piso y con traslado al galpón de producción en jaula durante la semana 16.
Gráfica 1. Peso absoluto de hígado en pollas de reemplazo Brown. (Sorza y Sorza, 2020).
Gráfica 2. Valor relativo del hígado en pollas brown. (Sorza y Sorza, 2020).
Con la medición del peso de hígado se calculan tres indicadores:
- Variación semanal del peso
- Valor relativo al peso corporal;
- El crecimiento alométrico del órgano.
Grafica 3: Hígado (crecimiento alométrico).
Resultados y Análisis
Los resultados revelaron que el hígado no crece de forma constante en relación con el peso corporal del ave. Los puntos más destacados fueron:
- Semanas 1 y 2: Se observó el mayor crecimiento relativo del hígado, probablemente debido a la maduración rápida de órganos esenciales.
- Semana 7: Otro pico de crecimiento relativo del órgano.
- Semana 15: Se reportó la menor velocidad de crecimiento hepático, alcanzando solo el 67% de la velocidad del peso corporal.
- Semana 16 en adelante: Se evidenció un aumento marcado del peso hepático, asociado a la madurez sexual y la preparación metabólica para la postura.
El análisis de crecimiento alométrico mostró que en las semanas con valores superiores a 1, el hígado creció más rápido que el resto del cuerpo, lo cual indica momentos estratégicos para intervenir nutricionalmente.
CONCLUSIÓN: IMPORTANCIA DE UN DESARROLLO HEPÁTICO SALUDABLE
El crecimiento y desarrollo adecuado del hígado durante las fases de cría y recría es determinante para el éxito productivo de las gallinas ponedoras. Su rol central en el metabolismo, sumado a la alta demanda energética durante la postura, exige que su funcionalidad esté garantizada desde etapas tempranas.
Una curva de crecimiento hepático saludable refleja un buen manejo nutricional, densidad adecuada, condiciones de alojamiento óptimas y uso inteligente de aditivos. Así como se monitorea el peso corporal y el desarrollo óseo, es clave integrar el seguimiento hepático como un parámetro rutinario en programas de levante.
Proteger la salud del hígado no solo previene enfermedades, sino que también asegura el máximo rendimiento genético y económico de las ponedoras comerciales. ¿Desea consultar el artículo completo? Puede hacerlo haciendo clic en el siguiente título: Desarrollo hepático durante las etapas de cría y recría de ponedoras comerciales brown.
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