Uno de los parámetros claves en producción de huevos comerciales es, sin duda, el tamaño de huevo.
Es innegable que la producción de huevos de gramaje alto puede tener contraprestaciones tales como una degradación precoz de la calidad de cáscara, la perdida huevos acumulados por un arranque tardío, un deterioro del índice de conversión o una mayor mortalidad acumulada.
Sin embargo, incluso teniendo en cuenta todo esto, los lotes de huevos de gramaje alto pueden seguir siendo económicamente viables.
- Esto es especialmente cierto en aquellos países donde el mercado paga un precio diferencial muy alto por estos huevos de más gramaje como el español.
El tamaño del huevo tiene un componente genético ya que es un parámetro con una alta heredabilidad. Sin embargo, modificaciones en el manejo del ave y la nutrición tienen un impacto incluso mayor que la genética de la gallina.
- El objetivo de este documento es clarificar los puntos claves para adaptar la producción de huevo a la exigencia de mercados con fuerte demanda de huevos de calibre alto.
El tamaño de huevo está basado en tres pilares:
MANEJO DE AVES
Tamaño de ave y tamaño del huevo
El peso corporal del ave a la edad de maduración sexual tiene una correlación directa con el peso de los huevos producidos. De forma simple, las aves con pesos adecuados a esta edad tienen un mejor perfil productivo a lo largo de su vida y se adaptan mejor a los diferentes requisitos de producción en relación con el tamaño de huevo.
- Se estima que por cada 45 g por encima del estándar a la semana 18 de vida, se aumenta en 0,5 g en el peso del huevo acumulado.
Sin embargo, si el crecimiento se produce en la parte final de la recría no es igualmente efectivo, ya que esencialmente durante esas semanas se deposita principalmente grasa.
Por tanto, no se desarrollará una estructura corporal musculoesquelética adecuada capaz de soportar un ciclo productivo largo y rentable, sino que simplemente se obtendrá ave simplemente pesada.
Se sabe que el período clave para el desarrollo de la carcasa del ave alcanza su máximo a la 6a semana de vida (como se muestra en la Figura 1).
Figura 1. Desarrollo corporal del ave
Monitoreando el desarrollo corporal
La única manera de monitorear el desarrollo corporal del lote es a través del pesaje sistemático de una muestra significativa de aves.
- Los pesajes del lote deben iniciarse al final de la primera semana de vida, repitiéndolo semanalmente.
- En el caso de las gallinas en jaula, se deben pesar siempre las mismas jaulas de diferentes zonas del galpón para hacer un mejor seguimiento.
- En recrías de sistemas alternativos, las aves deben ser seleccionadas de diferentes partes del galpón y pesarse con la misma regularidad que en las gallinas en jaula.
- Además del peso corporal, también debe calcularse la uniformidad del lote. Esta es igualmente importante en la evaluación del desarrollo del lote y el rendimiento productivo futuro.
El cumplimiento del pesaje semanal facilita la identificación de los factores responsables de ralentizar el desarrollo corporal del lote. Igualmente permite poder hacer cambios de alimento balanceado de acuerdo con el desarrollo del ave, cambiar el manejo de tiradas de alimento aplicado al lote o promover cambios nutricionales en el alimento balanceado, ver Imagen 1.
Imagen 1. Presentación de alimento balanceado.
Estimulando el consumo, una herramienta esencial
La estimulación del consumo de alimento debe comenzar tan pronto como las aves entren en los galpones de recría, teniendo en cuenta que el peso corporal de las aves ya en la 6a semana estará directamente relacionado con el peso de los huevos producidos.
- Por lo tanto, tener un buen comienzo es fundamental e influirá en todo el perfil productivo del lote. Para lograrlo debe tenerse en cuenta la presentación del alimento.
Un error que suele cometerse cuando nos encontramos con lotes que tienen déficit de peso y no alcanza la ingesta de alimento balanceado diaria es aumentar el número de tiradas de alimento.
El objetivo de esto es activar a las aves para comer debido al estímulo sonoro de las cadenas de alimentación y por la distribución alimento fresco con partículas groseras de grano preferidas de las aves.
Es esencial vaciar los comederos, preferiblemente diariamente.
La aplicación del protocolo de vaciado de los comederos se puede hacer a partir de la 4a semana de vida, cuando los animales ya ingieren suficiente volumen de alimento para permitir el vaciado, sin perjudicar a la cantidad total de alimento que el lote debe comer diariamente.
El vaciado tiene dos objetivos principales:
1. Forzar la ingesta de los finos del alimento balanceado, permitiendo una alimentación completa a los animales.
2. Ayudar al desarrollo del sistema digestivo del ave y particularmente del buche y la molleja.
La forma más fácil de hacer el vaciado es, simplemente, dejar que las gallinas consuman hasta dejarlos completamente vacíos antes de hacer un nuevo reparto de alimento. Cuando los comederos se vuelven a llenar debe hacerse en dos pasajes consecutivos, espaciados 30-45 minutos, para asegurarse de que todas las gallinas coman y no sólo las dominantes.
Consulte la Guía de manejo de H&N para obtener más información sobre las densidades recomendadas para diferentes tipos de sistema de cría y puesta.
Densidad animal – una decisión importante
La densidad de alojamiento es un parámetro que debe definirse antes de la recepción de animales ya que tiene un impacto directo tanto en la cría como en la puesta del desarrollo corporal, la uniformidad del lote y la ingesta diaria.
El papel del estrés térmico
Las gallinas, como cualquier otro animal de sangre caliente, tienen herramientas biológicas para regular su temperatura corporal.
Sin embargo, esta capacidad es limitada y los períodos prolongados de altas temperaturas pueden afectar directamente el comportamiento del ave. La disminución en el consumo de alimento, el deterioro de los factores productivos, así como mayor estrés de los animales suelen observarse cuando esto ocurre.
PROGRAMA DE LUZ
El programa de luz en gallinas ponedoras es una herramienta esencial para orientar a las aves hacia un tipo de producción concreto. Esto es especialmente cierto para el tamaño de huevo ya que tanto el programa de luz en recría como el momento de estimulación lumínica tienen un efecto mayor sobre este parámetro.
Durante la fase de puesta el tiempo de luz nocturna puede variar entre 60 y 120 minutos, pero en cualquier caso debe estar precedido y seguido por un periodo de oscuridad de, al menos, 3 horas como se muestra en el siguiente gráfico.
Figura 2. Programa de luz en un periodo de 24 horas.
Programas de luz en recría
Los programas de luz en recría van a afectar el crecimiento del ave ya que disponen el tiempo que tiene el ave para alimentarse. Tal y como se ha descrito anteriormente, esto tiene un efecto claro y directo sobre la capacidad de esta para producir masa de huevo y por consiguiente afectara al tamaño de huevo.
Programas de luz en puesta huevos
Desde un punto de vista conceptual, la actividad de puesta de la gallina se podría reducir a transformar kilos de alimento en kilos de masa de huevo. Esa masa de huevo es el producto del número de huevos puesto por el peso de estos y depende principalmente de la genética del ave, así como de su correcta alimentación y manejo.
Las gallinas ponedoras empezarán a poner cuando alcancen un peso adulto, si el fotoperiodo no es inhibidor o han perdido el ciclo circadiano.
Los fotoperiodos los podemos clasificar en:
• Estimulantes: Son aquellos con un fotoperiodo creciente, es decir en los que los días aumentan en duración. Las gallinas expuestas a esta iluminación tienden a adelantar este inicio de producción.
• Decrecientes o constantes: No son estimulantes y no promueven la entrada a puesta.
Es importante reseñar que en gallinas ponedoras comerciales no existe periodo foto refractario como sí ocurre en otras especies de aves. Esto implica que las aves son sensibles a la estimulación lumínica desde edades tempranas.
Por ello se debe ser cuidadoso en no estimular a las aves durante la recría para evitar un adelanto en la entrada a producción no deseada.
Entre los indicadores más interesantes para este propósito están los siguientes:
Peso al inicio del estímulo lumínico
Es el mejor indicador operacional para saber cuándo estimular el lote de manera precisa. Sin embargo, requiere hacer pesajes del lote semanalmente e incluso más frecuentes en las semanas previa a la estimulación. Igualmente es un dato que funciona muy bien en lotes con pesos homogéneos, pero no es tan preciso en lotes desuniformes.
Edad al inicio del estímulo lumínico
Es el indicador operacional más usado para decidir cuándo iniciar la estimulación del lote. Correlaciona bien con peso al inicio del estímulo lumínico si el lote tiene un peso corporal cercano al estándar y es uniforme.
Peso al 50% de puesta
Es un buen indicador predictivo de cómo será la producción del lote y de cómo ha funcionado el programa de estimulación. Es muy difícil obtener el peso exactamente en sistemas de jaula ya que requiere hacer un peso del galpón tras la recogida de los huevos, pero en sistemas alternativos con los nuevos sistemas basculas en granja puede ser más fácil.
Edad al 50% de puesta
Es un dato predictivo de la producción del lote fiable siempre que el lote esté en el peso estándar y y sea uniforme. Es mucho más usado que el peso al 50% de puesta pues es muy fácil de calcular si el productor recoge los huevos del lote diariamente o cada dos días.
NUTRICIÓN
Tamaño del huevo y la nutrición
El tamaño del huevo puede controlarse con la nutrición de las aves, pero esta no funcionara si antes no se han realizado correctamente las otras prácticas recomendadas en esta guía.
Los conceptos nutricionales que condicionan el tamaño del huevo son 4, pero en las gallinas fuera de jaula el impacto de la energía será mayor por el sistema de producción en el que van a estar alojadas.
Energía
Las necesidades energéticas se dividen en tres partes en la producción en jaula:
Las necesidades de mantenimiento suponen un 65% del total de las necesidades en producción y salvo al principio de la producción donde hay un crecimiento del ave es significativo. En el resto de la producción, el resto de la energía se destinará a la producción de masa de huevo.
La gallina necesita sus necesidades de mantenimiento cubiertas antes de destinar recursos a la producción del tamaño de huevo.
En la producción de gallinas libre de jaula hay dos nuevos gastos energéticos que hay que tener en cuenta, las gallinas van a tener un aumento de la actividad física y además van a estar expuestas a unas condiciones climáticas no tan controladas como cuando están en el galpón cerrado y en jaula.
La temperatura tiene un efecto en la capacidad de consumo, pero también en las necesidades de mantenimiento.
Temperaturas por debajo de 20⁰C estimulan en consumo y aumentan las necesidades calóricas del ave y temperaturas por encima de los 20⁰C reducen el consumo de las aves y además aumentan las necesidades calóricas del ave (Ver Figura 3).
Figura 3. Necesidades de energía según temperatura
El ave en sistemas alternativos o en situaciones de estrés calórico va a priorizar el uso de la energía ingerida para el mantenimiento y eso reducirá la disponibilidad para la producción.
Hay que recordar que la energía del alimento viene de 4 elementos y la gallina no va a hacer distinción cuando las necesidades de mantenimiento son una prioridad.
La energía en el alimento es:
• Almidón
• proteína
• grasa
• azucares.
Las gallinas pueden utilizar cualquiera de estos componentes como fuente de energía.
- En producciones de huevo libre de jaula hay que contemplar un aumento de las necesidades energéticas, para que la gallina no empiece a metabolizar aminoácidos que son clave para obtener un tamaño de huevo que deseamos.
AMINOÁCIDOS
Los aminoácidos son las piezas fundamentales para hacer crecer el tamaño del huevo alrededor de la yema. La proporción de los aminoácidos necesarios en el huevo no varían, lo que varía es la cantidad necesaria para “construir” un huevo más grande.
Luego sigue una serie de aminoácidos que también limitaran el tamaño de huevo como son Treonina, Triptófano, Isoleucina, Valina y Arginina.
Por ello en la dieta hay que estar seguro de que tenemos los 7 aminoácidos principales bajo control y además que el resto de los aminoácidos quedan cubiertos con un mínimo de proteína.
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