Por Rafael Arlegui, HYPRED IBERICA.
Una parte fundamental del proceso de la bioseguridad viene determinada por la limpieza y la desinfección, así como por la desinsectación y desratización. Es decir, por el empleo de detergentes y biocidas
anto detergentes como biocidas, tienen la función de ayudarnos a mantener nuestras instalaciones libres de plagas y patógenos que pudieran contaminarlas y comprometer a nuestros animales.
Pero, igual que combaten la suciedad, los microorganismos y las plagas, hemos de manejarlos de forma adecuada y con las medidas de seguridad pertinentes para que no resulten perjudiciales para nosotros, pues algunos están clasificados como nocivos, otros son corrosivos, irritantes, etc.
Este tipo de productos los englobaremos en dos grandes grupos, los biocidas y los detergentes.
BIOCIDAS
Son productos que se emplean para combatir organismos nocivos y evitar su proliferación, ya sean desinfectantes, rodenticidas, insecticidas, etc.
La propia palabra describe su función; quedando muy clara si atendemos a su etimología: Bios – viene del griego y significa vida. Cida – Proviene del latín “cadere” que significa matar. Visto esto, su definición queda muy clara, “matan la vida”.
Esto, que así escrito puede sonar bastante contundente e incluso amenazante, no ha de hacernos sino pensar que son las armas que tenemos para defendernos de los agentes patógenos y, como tales armas que son, se han de manejar con el debido cuidado. No son agua de lavanda.
Su uso y comercialización viene regulado por el REGLAMENTO (UE) Nº 528/2012, que clasifica los biocidas en 22 tipos de producto diferentes según su finalidad y empleo; ya sean desinfectantes de uso ganadero (tipo de producto 3), de industria alimentaria englobando alimentos y piensos (tipo de producto 4), desinfectantes para aguas tanto para personas como animales (tipo de producto5), insecticidas (tipo de producto 18), etc.
En dicho reglamento, se hace especial hincapié en la seguridad y en el empleo exclusivamente de productos comerciales debidamente registrados y autorizados para esos usos concretos; llegando incluso a determinar cómo ha de ser el etiquetado y la publicidad para no inducir a errores sobre los riesgos que comportan.
Así, en el artículo 69 referente al etiquetado dice: “…las etiquetas no induzcan a error en cuanto a los riesgos que el producto presenta para la salud humana o animal o el medio ambiente o en cuanto a su eficacia y, en cualquier caso, de que no incluyan las menciones «biocida de bajo riesgo», «no tóxico», «inofensivo», «natural», «respetuoso con el medio ambiente», «respetuoso con los animales» o similares”.
Análogamente, y respecto a la publicidad, el artículo 72: “Los anuncios de biocidas no se referirán a ninguno de estos de forma que induzca a error respecto a los riesgos que entraña el biocida para la salud humana o animal o el medio ambiente o respecto a su eficacia. En ningún caso podrá aparecer en la publicidad de un biocida la mención «biocida de bajo riesgo», «no tóxico», «inofensivo», «natural», «respetuoso con el medio ambiente», «respetuoso con los animales» ni ninguna otra indicación similar.”
Queda claro que no se debe inducir a error al usuario; pues no es extraño que a veces se publiciten este tipo de productos comonaturales, como si eso fuera sinónimo de inocuidad. No olvidemos que natural no tiene porqué ser equivalente a saludable. Pocascosas hay más naturales que el veneno de una víbora del Gabón, por ejemplo;así como tampoco dejan de ser obras de la Naturaleza un terremoto o una erupción volcánica.
La Unión Europea también está revisando todas las sustancias que se emplean como principios activos en la elaboración de biocidas, retirando aquellas que suponen un riesgo inaceptable para la salud o el medio ambiente y prohibiendo su comercialización. De esta forma, se han retirado algunos insecticidas (tipo de producto 18) como el diazinón y el clorpirifós.
Otro ejemplo claro de esto es del formaldehído, que está ya considerado por la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC) como carcinogénico en humanos en el grupo 1, pues se ha demostrado su relación directa con el cáncer de laringe. Por esta razón, el formaldehído está siendo retirado de todos los tipos de producto donde aparece.
Un producto natural NO siempre es inocuo o saludable
Como desinfectante en la industria alimentaria está prohibido desde 2011, como conservante de piensos a partir de 2015, etc., quedando a día de hoy solo como desinfectante de uso ganadero (tipo de producto 3); grupo del que también será excluido tan pronto como le toque entrar a revisión.
DETERGENTES
Son productos que vamos a emplear como parte fundamental en las tareas de limpieza previas a la desinfección. Su misión es hacer esta mucho más sencilla y efectiva, además de permitirnos ahorrar tiempo, agua y energía. No son considerados como biocidas pero, dadas las especiales características de la suciedad a la que se enfrentan, estos detergentes suelen ser alcalinos o ácidos, por lo que también pueden resultar agresivos y habrá que protegerse la piel, la cara y los ojos cuando se empleen para evitar lesiones mediante el empleo de ropa adecuada, gafas, guantes, etc.
Los detergentes permiten ahorrar tiempo, agua y energía: siempre tomando las medidas de protección adecuadas
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