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La iluminación es un componente esencial para la avicultura: Ponedoras y reproductoras

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La iluminación es un componente esencial para la avicultura: Ponedoras y reproductoras

La iluminación es un componente esencial para una producción avícola comercial exitosa. En las aves ponedoras y reproductoras, la luz es importante en el desarrollo y funcionamiento del sistema reproductivo del ave, influyendo en la edad en que comienza a poner y cuántos huevos se ponen en un período determinado. El patrón de cambio de duración del día que experimentan las aves influye en ellas de dos maneras:

En consecuencia, lo que influye en ellas es el patrón cambiante de luz que reciben las aves, más que la duración del patrón de iluminación.

En países que se encuentran en latitudes que tienen las cuatro estaciones bien definidas se ha trabajado más en el tema, tratando de optimizar el fotoperiodo, pero sin conocer la importancia de factores como:

Ninguno de estos factores es de reciente descubrimiento; la naturaleza los ha usado por miles de años para modelar la reproducción de muchas especies animales, entre ellas las aves (Figura 1).

Desafortunadamente se considera poco la fisiología de las aves en naturaleza y por ello, muchas veces, se procede en contraposición a ella en la avicultura comercial moderna.

Términos como:

SON MANEJADOS MUY POCO POR EL PERSONAL QUE LABORA EN LA INDUSTRIA AVÍCOLA

No es fundamental contar con el conocimiento de un ingeniero eléctrico, pero es necesario entender su significado práctico, ya que influyen mucho sobre parámetros como:

Figura 1. Interacción entre iluminación natural y fisiología reproductiva de las aves.

VISIÓN DE LAS AVES

Las aves ven y responden a un rango de espectro de luz (color o longitud de onda), así como a la intensidad de la misma de una manera diferente a los humanos.

La visión en las aves es su sentido dominante y más importante. Sus ojos son similares a los de los reptiles y cuentan con una membrana nictitante móvil y transparente que limpia y humedece los ojos.

La visión humana puede ver a longitudes de onda entre 440 nm y 700 nm (con un pico de sensibilidad a 550 nm), mientras que las aves poseen 1 tipo de cono adicional (para un total de 4), con lo que pueden ver longitudes de onda entre 315 nm y 750 nm (con 4 picos de sensibilidad espectral en 415-460-510 y 600 nm aproximadamente), lo cual les facilita ver la luz UV-A entre 315 nm y 400nm (Figura 2).

Figura 2. Visión comparativa entre humanos (izquierda) y aves (derecha).

 

Además de influenciar la fisiología reproductiva de las hembras, estudios de Jones y colaboradores demostraron que la luz UV – A influye la elección del macho por parte de la hembra y el incremento en la frecuencia de la monta.

El pico espectral de sensibilidad de las aves es similar al de los humanos (545nm-575nm), pero el espectro de sensibilidad en las aves es entre 400- 480nm (azul) y 650-700nm (rojo), por lo que es mayor que el de los humanos, y esto hace que las aves perciban la luz de diferentes fuentes con mayor brillo.

Esto puede llegar a generar estrés o agresividad principalmente de los machos en galpones de reproductoras donde existen bombillas ahorradoras (CFL) debido al fenómeno denominado “Flicker”, o parpadeo.

Por ello la aplicación de los conceptos de percepción humana de la luz en avicultura es errónea.

Figura 3. Curva de sensibilidad espectral en humanos (superior) y aves (inferior).

 

Las aves tienen 2 formas de fotorrecepción a través de las cuales se puede modificar su comportamiento y actividad sexual (Figura 4):

Figura 4. Dos formas de fotorrecepción en aves (retinal y pineal o hipotalámica).

RECEPCIÓN RETINAL

Iluminación que ven las aves. Un exceso de horas de luz hace que se aumente la producción de dopamina y se suprima la producción de Melatonina (hormona del sueño).

 

RECEPCIÓN PINEAL O HIPOTALÁMICA

Este tipo de recepción de luz posee 2 funciones:

 

Conforme las aves se acercan a la madurez sexual se incrementa su sensibilidad a la fotoestimulación, la cual estimula los receptores nerviosos del hipotálamo (glándula pineal), y con ello se genera una respuesta fotosexual ante el aumento en la producción de GnRH (Hormona liberadora de gonadotropina). La GnRH estimula la produccion de FSH y LH por parte de la glándula pituitaria.

No todas las longitudes de onda (espectro de luz) tienen igual capacidad de penetración intracraneal. Estudios de Baxter y colaboradores demostraron que el poder de penetración intracraneal de la longitud de onda igual o mayor a 650 nm (luz roja o cálida) es mucho mayor que el de la longitud de onda entre 400 y 650 nm, que representa la luz UV o azul. Otros estudios sugieren que esta capacidad puede estar entre 20 y 50 veces mayor, por lo que se concluye que la eficiencia del fotoestímulo aumenta en la medida que aumenta la longitud de onda de la luz (hacia el espectro infrarrojo).

La Hormona FSH producida por la pituitaria después de un estímulo lumínico adecuado tiene como función el inicio del proceso de crecimiento ovárico y los óvulos a su vez producen hormonas sexuales como:

 

Figura 5. Fotoestimulación en aves.

ESTRÓGENOS (estradiol) que genera:

PROGESTERONA:

ANDRÓGENOS:

 

Como puede verse en el resumen anterior, el sistema reproductor de la gallina y su activación dependen directamente del fotoestímulo sobre los fotorreceptores a nivel craneal en el momento adecuado y con la longitud de onda correcta (Figura 5).

OBJETIVO DE LOS PROGRAMAS DE LUZ EN CRIANZA Y PRODUCCIÓN

La pregunta relevante es: “¿Cuáles son los puntos claves a tener en cuenta al momento de implementar un adecuado programa de iluminación en ponedoras y reproductoras?“

Para visualizar un ejemplo de aplicabilidad de estos puntos clave en la etapa de crianza acceder aquí.

La fuente de luz debe facilitar ahorro en costos de energía eléctrica; debe concordar con los objetivos de preservación del medio ambiente; y debe ayudar a mantener el bienestar animal.

 

 

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